En el ocaso
del 2018 y en el venidero 2019 me
propongo rememorar buena parte de todos esos recuerdos de pesca, digo buena
parte porque al igual que todos, hay detalles que dejamos para el privado
propio.
Empero como
el año ha sido asaz en jornadas de pesca, en la misma proporción abundan anécdotas
y sensaciones.
Así, a
vuelapluma uno recuerda unos comienzos de temporada de ríos henchidos de caudal
donde hubo que afinar mucho no para conseguir la captura de una trucha, sino
para encontrar un tramo de rio mínimamente aceptable donde posar nuestras
moscas.
Hubo ríos y
cotos que quedaron en el tintero y otros que pescamos a duras penas.
La otra cara
de la moneda ocurrió en los meses estivales donde los ríos carecieron de estío
y mostraron escenarios de pesca con óptima cantidad de agua.
Palencia y
el Carrión fue pescado por segundo año consecutivo y tal cual el anterior vendió
muy caras sus capturas dejándome la sensación de que rio tan bonito para la
pesca a mosca merece nueva visita esperando la amabilidad de sus truchas a la
hora de tomar nuestras moscas.
Los ríos de llanura
nos dieron buenas capturas luchando en todo momento con caudales altos,
junqueras y carrizos abundantes y zonas profundas con lechos limosos
dificultades que no hacían sino valorar al alza las capturas.
La montaña,
la Sierra Norte de Guadalajara fue gloriosa, quedan registros de días lluviosos
con abundantes eclosiones de grandes efémeras (Pardones) y cebadas y capturas a
la par.
El Tormes de
Gredos se nos cerro por las riadas y tuvimos opción de pescar la garganta de
Barbellido con sus pequeñas y abundantes truchuelas. El de tierras charras fue
escaso de capturas pero dejando profundo poso ciertos lances de esos de contar
en tertulias mosqueras.
El rio
Padre, maese Tajo estuvo Tajo, Tajo, o lo que es lo mismo duro y difícil hasta
el punto que él solo sabe mostrar.
Se pudo pescar
a partir de julio, no antes por las riadas, ése mes fue bueno en capturas pero
bravo y difícil, poniendo a prueba el punto de arrojo que cada mosquero acepta
solventar.
Llego agosto
y la luz y los calores, el rio se cerró a cal y canto y tan solo esperar a que
el sol tornara los altos y el agua se tintara en sombras ofrecía la posibilidad
de tentar a las lobas del rio.
Pasado el mes ya algo se hacía pescando con el
bicharro o posando nuestras moscas literalmente adosadas a los juncos de las
orillas.
Finales de septiembre y octubre fueron la delicia del mosquero,
aparecieron eclosiones de efémeras y dípteros aflorando cebadas y preciosos
lances de pesca con bonitas capturas, capturas que a fuer de sinceridad no las
tuve de gran tamaño, un par de ocasiones en toda la temporada donde la fortuna
no me acompaño y la lid siempre sonrió a la trucha oponente, queda pendiente
para la próxima temporada.
Es ésta
entrada en vuestro blog mosquero un pequeño prologo de próximos capítulos donde
explayarme en detalles de jornadas en particular donde contaros peripecias
ocurridas y donde mostraros fotografías, videos y cortometrajes que siempre me
dejan la sensación de no expresar toda la intensidad de sentimientos que me
provocaron los hechos mostrados.
Así mismo
comentar que corren tiempos extraños en esto de la pesca a mosca, tiempos donde
parece que los pescadores que menos daño provocamos a los ríos y sus habitantes
pintamos poco o nada a la hora de ser tenidos en cuenta en planes y gestiones
de pesca.
No contamos ante los gestores de la pesca que tan solo escuchan a
cuatro "iluminatis" que miran mas por su posición en el "star
sistem" que por el bien de la pesca conservacionista.
Si bien uno
ya peina canas que abundan y reafirman en
lo poco "políticamente correcto" que he sido a lo largo de mi vida, también es cierto
que no está en mi afán las polémicas y disputas que no provocan más que
malestar en mi ulcera al punto que mi médico me lo tiene prohibido.
Es por tanto
fino y delgado el alambre donde transitar y si bien es mi intención expresar
tanto mis ideas y opiniones como las de un buen puñado de mosqueros que me
encuentro por los ríos, procurare someterme a censura propia para no alimentar
a determinada carroña que siempre espera hambrienta despojos para graznar.
Difícil desfiladero
por el que tratare de encauzar mis pasos, firmes pero tratando de no provocar
aludes.
A la postre
os anuncio un buen puñado de acasos que espero no os dejen indiferentes y
provoquen momentos gratos y de inquietud porque, tener claro, la ultima
finalidad de todo esto es compartir con vosotros esto de vivir una vida
mosquera.
Por último
pero no menos importante, puede que de lo más.
Agradecer a ése gran grupo de
mosqueros amigos, La Cuadrilla el poder acompañarlos a tantas jornadas de pesca
y aventuras, verdadero tesoro que tengo el gusto de disfrutar.
Así mismo a
todos aquellos mosqueros con lo que en The Fly Center disfruto de charla y de
sesiones de montaje de moscas aprendiendo mucho de ellos y compartiendo lo
poquito que se.
Dicho lo
cual y desde ya mismo os emplazo a una nueva entrada de éste vuestro blog
mosquero donde iniciar la singladura prevista en espera de un grato navegar por
estas páginas.
LasmoscasdePaco.
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