De Ríos y de Truchas. Y de Pesca a Mosca. Y de amigos mosqueros.

Aquí se plasmarán todas esas ideas, sensaciones y vivencias de un pescador a mosca y de su grupo de compañeros.

Su finalidad es tratar de inculcar que la pesca a mosca puede llegar a ser una forma de vida.

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Competición NO..... Gracias.

martes, 30 de abril de 2013

EFÉMERAS Y LA LOCURA DE SUS CUERPOS…

           Si hay algo que me trae de cabeza es conseguir realizar el cuerpo de las efémeras bajo las ideas que me rondan en la cabeza.

No, aún no he conseguido una plena satisfacción, aunque he de decir que ciertos cuerpos me gustan bastante.


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La premisa es la aproximación a lo que son los cuerpos de las moscas naturales.

Teniendo claro que esto nunca será posible y más si partimos de la máxima que los cuerpos de las moscas son blandos y nuestras imitaciones por mor del anzuelo son duras.

Para ello no queda otra sino recoger algunas moscas naturales en el rio y observarlas detenidamente.


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A más abundar observarlas al trasluz que, es más o menos la forma en que “maese pintona” las ve (obviando el prisma acuático y la refracción que, pienso también influye…. Y mucho).

El montaje que os muestro en esta ocasión va encaminado a ello, no al montaje de la mosca en sí, sino, en buscar un cuerpo más o menos aceptable utilizando para ello diferentes materiales.


Materiales.-


Anzuelo Grip 11011 BL número 18

Seda de montaje color marrón claro

Cercos, seis fibras de pluma de León pardo

Bajo cuerpo tinsel transparente tipo “pearl”

Cuerpo Body fly verde

Tórax dubbing de liebre teñida en oliva mezclada con dubbing de alpaca teñida en marrón

Poste Organza color crema clarita

Hackle Dos plumas de colgadera genética, una color grizzli teñido en oliva y otra color Brown claro.


Montaje.-


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Aseguramos el hilo de montaje sobre el anzuelo

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Sujetamos seis fibras de pluma de León pardo

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Dividimos las fibras en par y abrimos en “uve”, con ello dejamos conformados unos cercos abiertos

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En la base de los cercos, sujetamos el tinsel pearl y el body fly. Así mismo y con la seda de montaje damos forma al cuerpo

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Cubrimos el cuerpo con el tinsel que, al ser transparente lo único que da es un brillo que es lo que en principio buscaba.

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A continuación cubrimos el cuerpo con el body fly, como al cubrirlo con una capa le note demasiado brillante volví a cubrirlo con una nueva capa.

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Vista del cuerpo conseguido con tonos y brillos

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Tonos y brillos suficientes, pero también “matizados”

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Más o menos aproximándose al concepto buscado

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A continuación, con la organza confeccionamos un poste

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En la base del poste sujetamos las dos plumas con las que realizar el hackle

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Adherimos el dubbing confeccionado a la seda de montaje

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Con el dubbing conformamos el tórax de la mosca

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Realizamos el hackle, yo con ambas plumas a la vez he dado dos vueltas

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Con la seda de montaje formamos una pequeña cabeza y aseguramos con un buen par de nudos

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Entramos en la fase “peluquería”.

Cardamos el dubbing con el útil para ello y recortamos las fibras que queden demasiado largas, con ello hemos conseguido un dubbing ahuecado.

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Finalizamos el montaje recortando el poste a la medida deseada, yo la he dejado un poquito larga para verla mejor en acción de pesca y además he cortado en bisel

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Vista inferior del montaje realizado donde entre otras cosas podemos apreciar el cuerpo y tórax realizado y la conjunción de ambos

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Vista del montaje realizado

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Montaje finalizado.


El resultado me parece óptimo y en la línea de lo que voy buscando referente a los cuerpos. 

Más, como siempre digo. Es el rio y sus truchas quienes determinan la eficacia o no del trabajo realizado.


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                            LasmoscasdePaco.

domingo, 28 de abril de 2013

UN HERMOSO FRESNO….

          No hace muchos días estuve pescando un rio que frecuento muy poco y, en un tramo de rio que nunca había pescado.


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El invierno en este lugar ha sido muy duro, acentuado con unas sueltas de agua del pantano existente aguas arriba.

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Sueltas importantísimas que han propiciado que el cauce del rio se limpie de la gran cantidad de arboles caídos atravesados y también su lecho, dejando descubierto un cauce de lecho de grava y piedra limpísima.


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Caminando por la ribera me tope de bruces con un árbol que me llamo poderosamente la atención.

Un ejemplar hermoso y grande que se alzaba altivo en medio de un claro.


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Fotografía al canto y, tras ello consulta a mis amigos para certificar la denominación del mismo.


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Un hermoso ejemplar de Fraxinus angustifolia o comúnmente Fresno.


Las observaciones y características espero que seáis vosotros en los comentarios quienes las expliqueis.





           LasmoscasdePaco.

sábado, 27 de abril de 2013

ABRIL COMO SI FUERA JUNIO…

          Decididamente la climatología esta tan loca como los mismos tiempos que nos toca vivir.

Apenas se han secado impermeables y paraguas, apenas hemos dejado el abrigo colgado en el armario y los termómetros marcan temperaturas pasadas de los treinta grados con días radiantes de sol.


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En dichas condiciones disfrute una nueva salida de pesca, a más abundar en un valle precioso donde huertos bien cuidados y cerezos en flor dejaban abrumado a quien lo contemplara. 

Tal es así que decidimos partir la jornada en dos, pasar la mañana haciendo turismo y recorriendo todo el valle para maravillarnos con el paisaje contemplado y dejar el posar moscas secas para la tarde una vez hubiéramos comido.


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Ya comiendo a la vera del rio, bajo la sombra de los chopos, vimos tímidas cebadas. Y es que a nuestro alrededor podíamos observar en vuelo algunos plecópteros de tamaño medio, siálidos, tricópteros… incluso alguna efémera. Algo que nos hizo abrigar esperanzas de pasar una buena tarde de pesca a mosca seca.

Calor, mucho calor, tal es así que pesque en camiseta como si fuera verano y, cruzar huertos y sembrados con el sol cayendo de plano fue un ejercicio asfixiante. Incluso ya metido en la fraga del rio, con aguas a dieciséis grados más parecía estar pescando en el mes de junio o julio que en el presente. 


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Lo cierto es que éstos pequeños regatos tienen un algo especial, quizás sea por un entorno concentrado donde la vista no se desparrama por anchos caudales o por lejanos horizontes. 

La ventana de visión del mosquero se concentra y estrecha y por esto mismo somos capaces de apreciar hasta el más mínimo detalle.


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Observar todo lo que se desplaza por las aguas, hojas, semillas, exuvias, insectos y mil cosas. Observar cada rincón de la orilla, cada telaraña donde apreciamos imagos de efémeras atrapadas que nos dan idea de la mosca que atar al bajo.

Observar las pequeñas truchas que huyen a nuestro paso, asustadas, y donde vuelven a ocultarse.

Observar, al fin, la tímida cebada de la trucha pegada a la orilla tras la raíz de un frondoso árbol.


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Rodado. Mucho lance de rodado pues el escenario así lo exige y, cuando nos volvemos osados y optamos por lances tradicionales, poco a poco nos confiamos y en el momento más preciso, aquel donde queremos realizar un lance algo largo, suave, a un punto querencioso observado, nuestra mosca queda atrapada en las ramas de los arboles, el lance se estropea y todo se trastoca en salvar la mosca, o salvar el bajo. 

Desgraciadamente en muchos casos sin éxito y nos obliga a perder tiempo en volver a recomponer nuestras artes.

El rio no da para pescar en pareja y, o bien cada mosquero pesca un tramo diferente o bien se van intercalando los lance en un “ahora tu, ahora yo”.


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Esto tiene su punto divertido, pues cuando somos los protagonistas del lance estamos pendientes de nuestra mosca en su deriva y en la cebada de la trucha. Mas cuando somos compañeros además de ello, observamos el quehacer del mosquero y, si ese mosquero es un maestro mosquero como es el caso, aprendemos.

Aprendemos muchas cosas. 

Aprendemos como colocarnos, aprendemos como lanzar, aprendemos donde posar la mosca. 

Aprendemos, siempre aprendiendo y siempre disfrutando del placer de la pesca a mosca y del mayor placer de contemplar pescar a un maestro mosquero amigo.

A la sazón fueron al menos ocho truchas capturadas por cada uno en una placentera tarde de pesca.

-Truchuelas, Paco, truchuelas-

-Pues lo que había Jesús-


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Bien cierto es que no vimos truchas grandes, ni tan siquiera truchas medianas, pero también lo es que vimos muchas truchas, pequeñas, que aseguran un venturoso futuro a éste rio.

Digo yo que, si hay truchas pequeñas debe haberlas grandes, quizás en un par de meses con mayor abundancia de eclosión de insectos seamos capaces de observar alguna trucha tamaña y ofrecerla nuestras moscas.


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El tañer de la campana nos avisa que son las ocho de la tarde y que va siendo hora de dar por finalizada la jornada de pesca. De salir de las aguas, de desmontar cañas y carretes, de despojarnos de vaders y tras ello y antes de marchar del rio, dar buena cuenta a un apetitoso bocadillo de tortilla de patatas con pimientos fritos y refrescante agua recogida en la misma fuente del pueblo.

No hubo capturas señeras que comentar. 

No hubo forcejeo con bravas truchas, pues el tamaño de las mismas no dio para tal juego.

Mas lo dicho no es óbice para haber disfrutado de una placentera jornada de pesca esperando, eso sí, nuevas lides donde medirnos con truchas tamañas.


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A mi compañero y maestro. 

Tan gran mosquero como la larga sombra que proyecta. Siempre tras tus pasos, siempre aprendiendo. 

Agradecido.


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                LasmoscasdePaco

domingo, 21 de abril de 2013

AL FIN…. LA SIERRA NORTE…

          Acaso tres días soleados sin que el cielo lagrimeara han bastado para echar vista en lontananza, allá donde las cumbres de las sierras blanquean por las nieves y aventurarme a pescar por uno de sus maravillosos ríos.

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Lo cierto es que por el camino albergábamos dudas del estado del rio, por si estuviera pescable o fuera un torrente brioso y desabrido.

Al llegar al rio se desvanecieron las dudas, el rio bajaba pescable, alto pero pescable. Es más, al bajar alto le da un punto de indómito que le da mayor interés si cabe.

Viento, mucho viento como es normal en una pradera de altura de la sierra, un viento que no dejo de azuzar en momento alguno y que si algo bueno tenia es que era viento sur, que pegaba de espaldas (menos molesto para el lance) y que hacia desplegar línea con poca dificultad.


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Me amilane. No voy a negarlo, cuando hicimos planes para distribuirnos por el rio, mi penoso estado físico y la inseguridad de las botas de vadeo que no sujetan nada hizo que optara por pescar por la pradera y dejar para otra ocasión la aventura de bajar a los cañones de la Hoz.

A la postre la elección me hizo compartir la jornada de pesca con multitud de paseantes domingueros que ciertamente poco me molestaron y con una pareja de mosqueros que me acosaron durante toda la jornada pescando a escasos cien metros de donde yo lo hacía, tanto por delante como por detrás.

Para mayor encono, en ningún momento siquiera tuvieron la delicadeza de acercarse a saludar.


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Es cierto que el rio es de todos, pero cuando uno llega al rio a pescar y lo ve ocupado lo mínimo que se tendría que hacer es saludar al pescador que allí está y de alguna manera ponerse de acuerdo en cómo pescar para no molestarse… 

En fin, llegara el día en que cuando veamos a un mosquero por el rio lo veamos como compañero y no como enemigo.

Todo lo contrario ocurre con los paseantes, que ven a un pescador y raudos se acercan a su vera a saludar y a preguntar por ¿Cómo va la pesca?, tan tan próximos que, con un viento rabioso no se dan cuenta que hasta peligran ser pescados por la mosca voladora.

Con las anteriores premisas y con la certeza de estar pescando aguas ya pescadas acaso una hora antes no pronosticaba demasiadas venturas.


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Prepare un bajo en tándem de ninfa y mosca seca y me dispuse a pescar no ya lentamente, sino camaleónicamente el tramo de rio elegido.

No paso mucho tiempo cuando me sobresalto una rápida picada a la mosca seca, tan repentina que no acerté a clavar en momento optimo.

Fue suficiente para cambiar el bajo y ponerme a pescar a mosca seca. 

Atando algunos montajes de moscas de tamaño terciado (anzuelo del 14/16) que había confeccionado este invierno y que tenía que probar.

La siguiente picada me pillo avisado y clave con acierto, consiguiendo llevar a buen puerto la captura de una pequeña trucha.


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Tanto ésta trucha como las siguientes tenían un tacto “blandito” cosa que achaque al duro invierno que han tenido que sufrir.

Seguí pescando con parsimonia, en un momento determinado observe una eclosión moderada de plecópteros pardo-marrones de tamaño medio. 

Ate a mi terminal una imitación de plecóptero en pelo de ciervo que a la postre no me dio ningún resultado y cambie por un montaje en cripple de tonos olivas.


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Fue cambiar la mosca y que una trucha se lanzase a tomar la cripple, consiguiendo una nueva captura y aseverando que el consejo que me dio Jesús Azorero sobre esta mosca no es baladí.


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Nuevo cambio de mosca, en esta ocasión una efémera en quill de dos tonos (natural y Corinto). 

Lanzaba en una tabla con corriente muy moderada y fue posar la mosca y que una trucha saltara a por ella, con tal ímpetu que literalmente salto por encima de ella. 

-Esto claramente es que la trucha ha fallado-

Un nuevo lance al mismo punto y en esta ocasión la trucha toma la mosca, yo clavo, siento “chicha” pero no consigo clavar la trucha.

-Y esto?? Ahora quien falló??-

No me doy por vencido, recompongo el bajo, seco la mosca, la flotabilizo, dejo la caña en la orilla y me dispongo a hacer unas fotografías al entorno mientras dejo pasar el tiempo.


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De nuevo caña en mano me dispongo a pescar la trucha esquiva, lanzo y de nuevo la trucha salta por encima de la mosca sin atraparla. 

Cuanto menos extraño el comportamiento que no termino de achacarlo a algo.

Una docena de lances más tarde por la misma zona y la trucha vuelve a tomar la mosca, en esta ocasión si clavo con certeza, la caña se comba, cimbrea y noto el tironeo de la trucha que, en su huida toma camino de aguas corrientes, cuando ya me las prometía felices el hilo se parte y la trucha huye. 

Al mirar el extremo del bajo observo la punta rizada y, creo que la trucha huyo gracias a un mal anudado de la mosca que propicio que el nudo se deshiciera.

-Esto de los nudos es un capitulo que tengo que revisar de nuevo-

Me encuentro absorto, pescando plácidamente cuando vuelvo la mirada a la orilla y veo a mi compañero Juanma  sentado realizando fotografías.

Ni cuenta me había dado de su llegada.


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-Hola Paco. Qué tal se te ha dado?-

-Pues me han subido siete u ocho y he conseguido sacar seis. Y tú?-

-Yo parecido-

Hala, vamos a comer que ya es tarde.

Nos dirigimos al automóvil que hemos dejado en la pradera en las cercanías de una mesa de piedra y allí damos buena cuenta de tortilla de patatas, lomo empanado y pimientos fritos acompañados de bebida fresca.

El atardecer es grato, pese al viento el sol gratifica en buena medida y alargamos comida y charla contando anécdotas y acasos sucedidos en la jornada. 

Al fin, decidimos no pescar la tarde y marchar a casa pues mañana es día laborable.


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Un buen día de pesca. Una primera toma de contacto con los ríos de la sierra y sus preciosas y preciadas truchas que, nos hacen aventurar próximas jornadas de pesca por estos queridos parajes.



            LasmoscasdePaco.

jueves, 18 de abril de 2013

QUERCUS PYRENAICA… O ROBLE “REBOLLO” O “MELOJO”…

          En varias ocasiones os he comentado que el pescador a mosca es algo más que un sujeto que acosa a piñón fijo a las diversas especies piscícolas.

La pesca a mosca tiene una visión “3D” Full HD. Que le provocan inquietud por la fauna y flora que le rodea.

Es así como observamos a los insectos en vuelo, algo indispensable para aproximarnos a la mosca que atar a nuestro bajo de línea.

Quien no ha visto diversidad animal, Ciervos, Jabalíes, Corzos, Zorros, Nutrias, Cormorán, Visón y un largo etc.



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Cuántas veces hemos dejado de pescar para observar absortos el majestuoso vuelo de las rapaces.

Siempre me ha intrigado la flora que rodea nuestros ríos, la diversidad vegetal que, he de reconocer, en la mayoría de los casos soy incapaz de poner nombre propio. 

Pese a ello muchas veces he frenado mi acción y me he parado a contemplar desde el más esplendoroso árbol hasta la minúscula y bellísima florecilla.

Pues ésta temporada, éste blog mosquero se adornara de diversas especies vegetales que por un motivo u otro me llamen la atención.

Creedme que es ardua aventura, pues carezco de cualquier cualidad para determinar las especies vegetables. 

Sin embargo disfruto de la amistad y compañía de varios mosqueros que pueden ayudarme a identificar y denominar las diferentes plantas y árboles.


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Comenzamos con un árbol majestuoso que me encontré en lo alto de la montaña, tras haber atravesado varias lomas y que pese al agotamiento del esfuerzo de la caminata me pareció un árbol imponente.

Creo no equivocarme al decir que es un bello ejemplar de Quercus Pyrenaica, más conocido por Roble o por Roble Melojo o Roble Rebollo.

 (Gracias Roberto por la identificación de la especie)




              Lasmoscasdepaco.