De Ríos y de Truchas. Y de Pesca a Mosca. Y de amigos mosqueros.

Aquí se plasmarán todas esas ideas, sensaciones y vivencias de un pescador a mosca y de su grupo de compañeros.

Su finalidad es tratar de inculcar que la pesca a mosca puede llegar a ser una forma de vida.

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Competición NO..... Gracias.

miércoles, 28 de julio de 2010

El Pisuerga pasa por …Quintanaluengos.

No hace muchas fechas un grupo de amigos y yo mismo nos aventuramos por tierras norteñas, Tierra de Campos que dicen, allá por Palencia con el fin de pescar el coto de Quintanaluengos.
Primer madrugón de la temporada, quedamos a las cuatro de la madrugada para iniciar el viaje que charla va y charla viene se hizo amena y casi sin darnos cuenta nos encontramos en Cervera de Pisuerga para desayunar.
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En un ambiente brumoso y una temperatura de siete grados centígrados llegamos al pueblo de Barcenilla donde saludamos al rio Pisuerga. Alguno de nosotros no venia preparado para estas temperaturas y sinceramente pasó frio hasta que el sol consiguió abrir paso entre la bruma y caldear el ambiente.
El espectáculo de una ancha y larga tabla de aguas en movimiento y con truchas cebándose sinceramente nos apabullo a nosotros pescadores de ríos modestos y angostos. Los dedos se nos hacían huéspedes a la hora de cambiarnos de ropa y preparar los aperos de pesca.
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Nos dividimos por parejas. Yo ante los consejos preventivos de varios amigos había montado una dura caña 9 pies línea 5 y una línea sintética del número 4 por si había que ejecutar lances lejanos o emplear la técnica de pesca a ninfa.
Empato al bajo un tándem de seca - ninfa y realizo una docena de lances, la sensación no me gusta para nada, llevo toda la temporada pescando con un equipo muy liviano y esto no me gusta.
Rápidamente vuelvo al auto y monto mi equipo habitual, caña 8.6 pies línea 3 y línea de seda del numero 2, pienso que es posible que me quede corto en los lances, o que no sea capaz de manejar una captura de gran tamaño (como así sucedió) pero acepto este riesgo y el placer de volar mis moscas secas con mi equipo habitual.
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Vuelvo a la tabla y realizo lances a las cebadas que van sucediéndose, lances lejanos, tanto que en muchas ocasiones noto como corre el backing entre los dedos de mi mano izquierda. Lances y posadas que con una frecuencia más que aceptable van deparando subidas a mi mosca y capturas de unas preciosas truchas de tonos verdes-dorados.
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La primera trucha de buen tamaño se ceba a mi mosca a eso del mediodía, en unas fuertes corrientes donde con un seco cabezazo rompe el bajo del 0.11 (curioso, se rompe en la unión del tramo del 0.11 con el 0.13) y me previene de lo que va a ocurrir (y de echo ocurrió en varias ocasiones) si no soy muy fino.
No pasa ni quince minutos y en la misma corriente me pica otra hermosa trucha, ésta aún más grande. Se desplaza rápida rio abajo, en su camino se topa con unas ramas sumergidas y allí enreda y rompe el bajo.
Un poco más arriba otra trucha tamaña me pica, esta vez no estoy dispuesto a perderla, cierto es que es algo menor que las anteriores pero la brava lucha de la trucha sumergida en una corriente profunda es intensa. Lo mas difícil fue conseguir dominar la trucha y recoger hilo para meterlo en el carrete, una vez conseguido y pudiendo utilizar la acción del carrete la cosa mejoro, que no fue sencillo pero si mejoro, al punto que tras un buen rato de lucha conseguí orillarla y llevarla a la mano. Prueba superada.
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Nos reunimos a comer en el refugio de Quintanaluengos, el interior del refugio limpio y con una mesa, pero sin sillas. En el exterior una mesa de piedra y los pilares de unos asientos de piedra que habían sido arrancados.
Comimos con apetito las viandas y eufóricos charlamos de la mañana de pesca que hemos disfrutado, unos más, otros menos, pero todos hemos conseguido capturas, en general de tamaño medio y algunas grandes, la tertulia se alarga hasta casi las cinco de la tarde momento en que nos volvemos a meter en el rio y a proseguir con la jornada de pesca. Fue poner un pie en el rio y levantarse un fuerte viento de cara que hacia dificilísimo el lance cuando no imposible. Quedan dos opciones, rastrillar el lecho del rio con una ninfa o sencillamente sentarse en la orilla del rio en espera de que el vendaval amaine. Mi compañero y yo optamos por esta segunda opción. Charlamos, disfrutamos del hermoso paisaje del rio, del vuelo de bandos de Cormoranes y de la satisfacción de la compañía de un amigo mosquero.
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Aplaca el viento y ante nosotros se muestra una ancha y larga tabla donde acá y allá se están cebando las truchas y donde con una pesca pausada, tranquila, serena las truchas se ceban a la mosca que las ofertamos, una, dos, tres, docenita y media, dos docenitas y media, no, no exagero en la cantidad de capturas, sencillamente la tarde es una sucesión de llevarse truchas a las manos.
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Llegan las sombras del anochecer, estoy pescando la entrada de la tabla y pegada a la orilla una trucha se ceba de cuando en vez. Una postura muy particular, a un palmo de la misma orilla y justo detrás de unas ramas que sobresalen del agua. Lanzo en sus proximidades y no consigo que la trucha se cebe a mi mosca. Afino el lance, poso entre la orilla y la rama, la mosca se pega a la rama y justo cuando la sobrepasa la trucha la toma en brutal picada. Un rabotazo impresionante una fuerza explosiva que rompe el bajo en un sin sentir. Me quedo helado.
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Sigo pescando por la zona, y consiguiendo capturas. En esas estoy cuando llega mi compañero Gabi. Le digo que se acerque donde estoy y que lance a la postura donde me rompió la trucha.
Uno, dos, tres, media docena de lances y una trucha se ceba a su mosca, trucha hermosa, más de treinta centímetros que consigue dominar y llevara a la mano.
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-No te muevas de ahí, Gabi. Espera un poquito y renueva los lances, te aseguro que ahí hay mas chicha.-
Tras un ratito de espera viendo como pesco la cabecera de la corriente me acerco a su vera.
-Venga, vuelve a lanzar donde antes.-
Renueva los lances, ajustados a las ramas, una y otra vez. No ha realizado ni una docena de lances cuando una trucha se ceba a su mosca, Una cebada brutal, una clavada certera y en una explosión del agua surge en un salto una grandísima trucha, no exagero si afirmo que es tan larga como mi perro Teckel.
La caña se vuelve un arco, los ojos de mi compañero se salen de las orbitas, aplica con maestría la tensión justa para sacar a la trucha de su escondrijo y atraerla al centro del rio entre cabriolas y cabezazos. Los corazones se nos salen del pecho la lucha es brutal y tan fulgurante como todo empezó, de repente la trucha busca el lecho del rio, pega dos cabezazos y rompe el bajo que la une a su apresor.
Nos quedamos quietos, en silencio, sin mirarnos, observando el escenario de la contienda. Tras un buen rato nos miramos a la cara con ojos inquisidores, buscando el uno del otro una respuesta a lo sucedido, no la hay.
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-Gabi, esto ha sido el mejor colofón de una jornada de pesca.-
-No, mejor hubiera sido llevarnos la trucha a la mano,… pero no ha estado mal.-
Salimos del rio y caminamos orilla abajo hasta donde nos aguardan los otros compañeros de pesca, tras un rato de silencio empezamos a charlar, de la trucha, de la jornada, del rio y poco a poco vamos elevando la cabeza y disfrutando del momento y del recuerdo de la jornada de pesca que nos ha deparado el coto de Quintanaluengos que, a fe mía repetiremos la próxima temporada.
LasmoscasdePaco.

lunes, 26 de julio de 2010

Tricópteros, los Marianos…

En próximas fechas y si nada lo impide pescare el coto de Barbellido, sita en la garganta del mismo nombre en la sierra de Gredos, comentando ésta próxima jornada con uno de los compañeros que me acompañara me dijo,
-Paco, y con que mosca pescaremos allí?-
A lo que respondí,
-Con cualquiera con la que estas pescando ahora, pero que no se te olviden ni Ignitas ni Marianos.-

El Mariano es un montaje de tricóptero muy particular a la par de sencillo. Sus características básicas son un cuerpo anaranjado, tejadillo de pelo de ciervo y un hackle rojizo. Este montaje imita a un tricóptero que abunda en dichas aguas (y en otros muchos lugares) y por las cuales tienen mucha querencia las truchas.
Por supuesto a la base del montaje se le pueden aplicar tantas variaciones como la imaginación de lugar y no es sino la propia acción de pesca la que deseche o avale el montaje realizado.
Yo os presento dos montajes diferentes de Marianos con los cuales he conseguido un buen numero de capturas.


Mariano con cuerpo en pelo de ciervo y Mariano con cuerpo en dubbing de antrón.
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Mariano con cuerpo en pelo de ciervo.-

Materiales.-
Anzuelo GRIP 14723BL numero 16
Hilo de montaje gris oscuro
Pelo de ciervo teñido en color naranja
Pelo de corzo (capa de invierno).
Pluma colgadera genética color Brown
Dubbing de antrón color marrón.

Montaje.-
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Afianzamos sobre el anzuelo el hilo de montaje
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Seleccionamos un mechón de pelo de ciervo teñido en color naranja y lo sujetamos al anzuelo con las puntas para atrás.
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Dejamos el hilo de montaje tras el pelo de ciervo y volvemos el pelo hacia delante cubriendo de esta forma el anzuelo. A continuación avanzamos con el hilo de montaje sujetando el pelo de ciervo y realizando una brinca.
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Cortamos el pelo de ciervo naranja sobrante. Cogemos un mechón de pelo de Corzo, lo igualamos por las puntas y lo colocamos sobre el anzuelo formando el Tejadillo.
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Cortamos las puntas sobrantes delanteras que nos queden por debajo del anzuelo y con las que nos quedan por encima formamos un poste.
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Sujetamos una pluma de colgadera genética color Brown en la base del poste.
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Enrollamos el dubbing de antrón marrón sobre el hilo de montaje.
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Con el dubbing cubrimos la zona del base del poste o tórax.
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Realizamos un hackle con cuatro o seis vueltas sobre el poste
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Formamos una cabeza con el hilo de montaje y cortamos a la medida deseada el poste, finalizando de esta forma la mosca.
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Vista inferior del montaje.

Mariano con cuerpo en dubbing de antrón.-

Materiales.-
Anzuelo GRIP 11911BL numero 16
Hilo de montaje de color marrón
Hilo de nylon color negro
Dubbing de antrón color anaranjado
Pelo de ciervo
Pelo de cola de ternero teñido en anaranjado
Pluma de colgadera genética color Brown
Dubbing de antrón color marrón.

Montaje .-
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Afianzamos el hilo de montaje sobre el anzuelo
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Sobre la curva del anzuelo sujetamos un cabo de hilo de nylon negro
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Sobre el hilo de montaje enrollamos una porción de dubbing de antrón anaranjado
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Avanzamos con el dubbing formando un cuerpo
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Brincamos el cuerpo con el hilo de nylon negro
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Colocamos un primer mechón (escaso) de pelo de ciervo la longitud será la total para el tejadillo.
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Colocamos un segundo mechón, en esta ocasión la puntas las dejamos mas cortas que el primer mechón
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Realizamos un poste con el pelo de cola de ternero anaranjado (en mi caso he utilizamos pelo de perro mastín)
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Sobre la base del poste afianzamos la pluma de colgadera genética color Brown
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Cubrimos la zona restante (tórax) con dubbing de antrón color marrón
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Formamos un hackle sobre el poste con cuatro o seis vueltas de pluma.
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Cortamos la pluma sobrante, formamos una cabeza con el hilo de montaje y recortamos el poste a la longitud deseada.
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Mosca finalizada.
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Vista inferior de la mosca realizada.

Espero que os hayan gustado estos dos montajes de Marianos.


LasmoscasdePaco.

miércoles, 21 de julio de 2010

LLEGA EL ESTIO…..

Este ha sido año de lluvias, año de ríos henchidos de caudal, tanto que casi la memoria no llega a recordar vernos en otra similar.
Borrascas atlánticas, vientos polares, tormentas primaverales incluso veraniegas lo cierto es que no hemos pasado un mes sin unas buenas lluvias que aumenten y mantengan los caudales de nuestros ríos y repongan las reservas de los acuíferos.
A tal punto llega la cosa que hay ríos en el presente bien por exceso de caudal bien por aguas embarradas y teñidas aún no han mostrado condiciones óptimas para la pesca.
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En fechas pasadas me acerque a pescar de nuevo un rio en altas praderas de montaña, lo he pescado en varias ocasiones esta temporada y tras quince días sin hacerlo volvía de nuevo.
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Me encontré un rio diferente, un rio donde el estío aprieta al punto de volver muy dura la vida de las pintonas que lo habitan. Bajo un sol implacable, unos niveles de agua de apenas un par de palmos en sus tablas subsisten duras y bravas como solo las truchas autóctonas son capaces de hacerlo una óptima población de truchas comunes.
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Pesque una mañana calurosa, bajo un sol de justicia que propiciaba una temperatura del agua superior a los 20ºc.
Lances lejanos, a zonas sombreadas, aguas movidas propiciaron la captura de alguna de las habitantes del rio, ciertamente menos que en pasadas jornadas pero también cierto que en condiciones muy diferentes.
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Siempre he dicho que los pescadores a mosca debemos de respetar una serie de normas, como poco en el rio, entre otras el respeto al medio ambiente y a sus habitantes.
Una de ellas y muy importante se refiere a las truchas y a su hábitat. Pienso que la lógica y la razón deben de estar por encima de las órdenes y restricciones y, cuando nos encontramos un rio en las condiciones comentadas lo razonable es asumir que demasiados problemas tienen nuestras queridas truchas con subsistir en dichas condiciones como para que además estemos nosotros acosándolas.
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Momento es de asumir que pese a que la normativa nos permita pescar estas aguas hasta septiembre seamos consecuentes y demos por finalizada la temporada en estos ríos ya agostados, pues hacerlo es ser consecuente no solo por el bien de nuestras truchas sino por un buen futuro donde seguir disfrutando de la pesca.
Por mi parte y predicando con el ejemplo este rio será el primero que deje de pescar esta temporada. Me ha propiciado muchas satisfacciones y anécdotas tanto el rio como sus truchas, bien se merecen el descanso de los campeones.
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Nos volveremos a ver pescando la próxima temporada, entre Zarzas y lilas….
LasmoscasdePaco.

viernes, 16 de julio de 2010

LA MARRONCITA.

Es curioso como un montaje de mosca puede pescar sin que haya una mosca natural que se le asemeje.
Si, esto no es nuevo y, el ejemplo notorio lo tenemos en los patrones de moscas atractoras que, sin saber bien que imitan (o quizás que no imitan) nos procuran una buena cantidad de capturas, a modo de ejemplo, Royal, Humpies y Tricolores.
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La mosca que os presento, la “Marroncita” es un patrón claramente definido, en teoría imitamos un imago o subimago de efémera de tonos oscuros.
-¿Pero es esto lo que ves que vuela en el rio?-
-Pues ciertamente, no. Es más, durante la mayor parte del día veo eclosionar más bien pocas efémeras.-
-¿Entonces?-
Entonces ocurre lo de siempre, la “fe” en la mosca que atamos al bajo y la diferencia de puntos de vista que hay entre nosotros los pescadores y nuestras amigas las pintonas.
¿Es posible que en ciertos escenarios (aguas en movimiento) haya similitudes entre un patrón de montaje de efémera y otro de tricóptero? Pues podría ser, o quizás también que nuestras amigas la truchas en general no sean tan escrupulosas y tiquismiquis como nosotros imaginamos, sobre todo en el tema colores.
¿Entonces, porqué pesca esta mosca?-
Creo que lo hace por dos motivos importantes, el primero que una mosca oscura bajo un cielo claro se debe ver muy bien, mucho más que una mosca de tonos claros. Y el segundo que el patrón clásico de montaje de una seca de efémera es un patrón muy “vivo”, que produce muchas sensaciones de movimiento o, lo que es lo mismo de un insecto vivo que se mueve y al cual la trucha no debe examinar mucho o se le escapara volando.
Observemos el montaje….
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Una notoria cola, bien definida, quién sabe si son cercos, o tejadillo enfilado.
Un cuerpo robusto, apetitoso y con los brillos atrayentes motivados por esa brinca.
Un hackle y alas determinantes, que en todo momento pueden asemejar sensación de movimiento, de “vida”.
Bien, pues a mi modesto entender creo que es la globalización de todos estos elementos, amén de la fe que la tengo (evidentemente la mosca que pesca es la que atamos al bajo o, mejor dicho justo lo inverso), lo que hace que esta mosca me esté proporcionando muchas capturas.
Material.-
Anzuelo Grip 11911Bl (la monto en tamaño del 16 y 18).
Hilo de montaje marrón clarito.
Cercos pluma de gallo de León, mezcla de rubión con penca y crema.
Brinca fino hilo metálico color dorado.
Cuerpo, fibra de pluma de ave teñido en color marrón.
Hackle pluma de colgadera genética color Brown claro.
Alas puntas de pluma de cuello de gallina color crema.
Montaje.-
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Afianzamos el hilo de montaje al anzuelo.
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Seleccionamos unas fibras de pluma de gallo de León, de color rubión con penca y de color crema, las arrancamos y las mezclamos en el útil de igualador de pluma.
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Sujetamos las fibras de pluma de gallo de León formando los cercos, cercos notorios, al menos la misma longitud que el anzuelo o un poquito mayor.
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Sujetamos a la par la brinca metálica dorada y la fibra de pluma de ave marrón.
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Con el hilo de montaje pre-formamos un cuerpo más o menos cónico.
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Cubrimos el cuerpo con la fibra de ave, a efectos de que sea duradero antes le habremos dado una pinceladita de pegamento rápido.
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Brincamos el cuerpo con el hilo metálico dorado. Tras esto seleccionamos dos plumas de cuelo de gallina color crema.
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Sujetamos la puntas de las plumas de cuello de gallina para formar las alas, la altura será un poquito mayor que la del cuerpo de la mosca.
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Con ayuda de cruces en “ocho” con el hilo de montaje levantamos las alas y las posicionamos en un ángulo de cuarenta y cinco grados aproximadamente.
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Sujetamos una pluma de colgadera genética color Brown.
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Con la pluma realizamos el hackle, damos dos vueltas por detrás y dos por delante de las alas.
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Cortamos la pluma sobrante, confeccionamos una cabecita con el hilo de montaje y rematamos con varios nudos.
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Montaje finalizado.

Espero que os haya gustado, que lo montéis y lo utilicéis y os proporcione las capturas que a mí me depara.
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LasmoscasdePaco.