De Ríos y de Truchas. Y de Pesca a Mosca. Y de amigos mosqueros.

Aquí se plasmarán todas esas ideas, sensaciones y vivencias de un pescador a mosca y de su grupo de compañeros.

Su finalidad es tratar de inculcar que la pesca a mosca puede llegar a ser una forma de vida.

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Competición NO..... Gracias.

miércoles, 27 de junio de 2012

PESCANDO EN TRIO…

            Hacía tiempo que no coincidía con dos buenos compañeros mosqueros, a fuer de ser sinceros echaba de menos el varear a la par y charlar y comentar historias.

Tal es así que optamos por pescar acompañados, cediéndonos los lances y disfrutando tanto de la pesca propia como la del compañero.

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El rio mostraba una cara amable, en temperatura, con un caudal justo para pescar a mosca seca, con fuertes eclosiones de insectos y como resultado de todo ello con una buena cantidad de cebadas a nuestras moscas que en mayor o menor medida conseguíamos terminar con preciosas Xanas Sorbeñas en nuestras manos. 

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De reseñar el placer de acompañar a Álvaro durante un tramo de rio.

 Curiosamente las truchas se sacaron en tramos duros y difíciles, en tanto en tramos cómodos no se dieron.

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Muy reseñable la pesca de un tramo de rio en galería, donde uno ha de utilizar todas las artimañas y triquiñuelas de las que es capaz para conseguir lanzar y posar las moscas correctamente.

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Y esto fue lo que paso. Álvaro fue ajustando lances, unas veces semitumbado orillado, otras veces arrodillado, con lances rodados, de punta, a la “remanguillé”.

 Cierto es que moscas quedaron en las ramas… quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.

 Pero también cierto es que hubo lances muy muy medidos, muy muy justados y como consecuencia de ello, capturas de preciosas Xanas Sorbeñas que satisfacían con creces nuestros egos de mosqueros.


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Hubo un momento.

 Al llegar a un tramo de rio muy especial para mí que me aparte de la compañía, que pesque dicho tramo en solitario, despacio y con lances muy medidos.

 Fue una hora, no mas, una hora de pesca en solitario donde conseguí la captura de preciosas pintonas.


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Tras ello renovar la pesca en trío. 

Viendo, o mejor dicho, aprendiendo de como dos mosqueros Juanma y Álvaro actúan, de cómo posicionarse, de cómo evitar dragados, de cómo posar moscas y de cómo clavar y capturar truchas.

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Cierto que tuvimos una tarde muy especial. Donde los tricos por miles revoloteaban por encima de las copas de los arboles, copulaban entre las yerbas de la orilla y, al fin, las hembras golpeteaban las aguas en acción de puesta y, las pintonas se cebaban a ellas en frenéticas tomadas incluso saltando fuera del agua en pos de ellos.

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Lo he dicho en muchas ocasiones y es cierto, soy afortunado, muy afortunado de poder varear a la par en compañía de buenos mosqueros.


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                     LasmoscasdePaco.

lunes, 25 de junio de 2012

POR EL DESPEÑADERO DE LOS PESCADORES… VISITA OBLIGADA…

          Tenía una deuda pendiente con éste enclave. Las dos últimas ocasiones que allí acudí bajaba tan fuerte de agua que sencillamente me fue imposible el pescar.

Bien distinto el presente con un rio en condiciones optimas para vadear… si de caudal hablamos. Y digo de si de caudal hablamos porque vadear éste rio y si cabe éste enclave es lo más difícil que conozco.

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Rio de bolos y piedras lisas súper resbalosas que vuelve el transitar por su cauce algo duro, tanto que no puedes pescar y avanzar, tienes que poner todos tus sentidos en asegurar tus pies y una vez los pies bien asentados es cuando tienes que lanzar, lo contrario es aumentar mucho las posibilidades de caerte en el agua.

 Muestra de lo dicho es que pese a saberlo y pese a la cautela tuve varios resbalones, tres de ellos dando con los huesos en las piedras del fondo del rio con remojadura incluida.

-Gajes del oficio- que diría aquel.

Antes de proseguir no puedo dejar de comentar la barrabasada observada que, a más de indignarme es fiel reflejo de que en general seguimos siendo tan brutos como hace cien años y que no hemos avanzado ni un pasito.

En un remanso del rio, donde bandos de bogas se soleaban a flor de agua me encontré con un hombre de edad incierta pero que a la sazón sobrepasaría la treintena.

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El caballerete armado de tirachinas se dedicaba a apedrear el bando de bogas con el objetivo de desnucar cuantas más posibles e irlas guardando en una bolsa de plástico. 

-¡¡Que gañaneria y que falta de civismo!!-

No pude por menos que acercarme al personajete y decirle que si estando como estaba en un enclave paradisiaco necesitaba actuar como el hombre de las cavernas es que todos los años de educación que hubiera tenido han servido para muy poquito.

Omito dimes y diretes dialecticos para comentar tan solo que mientras me alejaba del lugar sentía un profundo pesar interior, sobre todo pensando en lo que se hace por educar por el respeto a la naturaleza y la realidad canallesca y pueril del presente diario.

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He de decir que no me duro mucho la mala sangre, el rio Sorbe se encargo de apaciguarme con un día bondadoso. Duro muy duro pero completo de capturas. Deseche los tramos de aguas paradas llenas de ciprínidos para dedicarme a las aguas movidas, a corrientitas donde las pintonas estuvieran en acción de caza.

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Maestro, puse el trico de nuevo, y he de decir que subieron muchas truchas a por él y también que al postrer rechazaron varias, entre otras tres de las mejores truchas del día, pero fueron tantas las tomadas que no podía cambiar de mosca.

Y como hay que decirlo todo, comentar que perdí muchísimas moscas, que un rio resbaloso con orillas de bosque en galería y una caña de 8.6 pies no casan del todo bien (debí haber cogido la cañita de 6 pies que me hizo Dani) y que cuanto más confiado estas, la mosca termina enganchada en la alta rama de un árbol de imposible acceso para recuperar.

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Pescando mucho de lance rodado, mucho de lance lateral con mayor o menor acierto conseguí una buena cifra de capturas de truchas, en las más ocasiones de corto tamaño (prueba evidente de que el tramo es el desovadero de las grandes truchas del pantano aguas abajo), aditadas con capturas de hermosas bogas y de buenos barbos (que lucha tan interesante la de éste pez) que pusieron el listón de las capturas en lugar muy elevadado (no, no os preocupeis que no pondré fotos de todas las capturas… no me va).

Comentar un lance de pesca…

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Pescaba una corta tabla de aguas movidas de poca profundidad, acaso con el agua a la rodilla donde la corriente se pegaba al filo de la orilla y allí, muy pegadas a las hierbas observaba de cuando en vez tímidas cebadas.

-Eso son bogas- que diría mi maestro con toda la razón.

Empero también cebadas de truchas a las cuales lanzaba el trico rubio y tomaban en buen número.

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La vi claramente. Salió de la oscura solapa de la orilla, una trucha de buen tamaño… al menos para mí, que rondaría los dos palmos.

Nadar sinuoso, claramente en acción de caza, se puso al final de la tabla casi casi en paralelo a mí y solo achaco su aparición al poco movimiento que yo realizaba.

La veía tan nítida que distinguía perfectamente el blanco de su boca abriendo y cerrando las fauces.

Lance rodado y de lateral, de poco movimiento y posado del trico rubio. 

La caída de la mosca la alerto demostrándolo con un par de rápidos coletazos, incluso se acerco algo hacia el lugar por donde bajaba el trico elevándose acaso un palmo del fondo. 

Tras ello de nuevo se posiciono pegada al fondo.

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Espere a que el trico estuviera muy por detrás de ella y aproveche para cargar la línea lo máximo posible y efectuar de nuevo un lance rodado lateral que poso frente a la trucha acaso un par de metros por encima de ella.

Fue caer el trico al agua y activarse el torpedo, digo la trucha. Se lanzo rauda, en ataque brutal que la hizo incluso saltar fuera del agua.

 Vi perfectamente como la trucha cerro sus fauces en torno a mi mosca y como se hundía en la aguas con ella.

En ese momento tense línea y clave con seguridad, la trucha huía rápidamente aguas arriba mientras movía la cabeza de un lado a otro intentando en vano escupir la mosca clavada.

Huía derecha a la broza de un montón de ramas y palos que las avenidas de agua habían depositado.

 Asegure la línea con la mano que sujetaba la caña, cacheteé y pare en seco la carrera de la trucha.

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La caña, mi querida ROSS 8.6/3 flexiono su tramo superior, se combo cual cereal al viento a derecha e izquierda según los arreones de tan brava pintona y yo notaba todos los tirones en la mano que la asía.

Con la mano izquierda fui tirando de la línea (Scientifics Anglers WF 2) atrayendo la trucha. Solté la línea, cogí la sacadera portada a la espalda, tironee para desasirla e introducirla en las aguas frente a mí.

Arrodillado en las aguas levante la punta de la caña lateralmente y con este movimiento acerque y ensalabre la trucha en las redes de la sacadera donde ya vanamente chapoteo frenética.

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La sonrisa ilumino mi rostro y el placer mi corazón. Rápidamente desanzuele a la preciosa Xana y tras fotografiarla la devolví a las aguas donde en rauda huida se perdió de la vista al esconderse en la orilla solapada.

Ya era tarde, ítem más en éste enclave donde no es nada aconsejable aventurarse por el Despeñadero de los Pescadores sin luz. Con lo que decidí no seguir avanzando por el rio.

 Pescar la tablita que aun me deparo algunas capturas y agotar allí la jornada de pesca.

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Deje de pescar tras la caída del sol, en el espacio de esa luz difusa que hace muy difícil fijar la vista en algo en concreto y más aun en nuestra mosca navegando por las aguas.

Fue entonces cuando note el agotamiento físico de tan dura jornada, aumentada por la falta de bebida y alimentos (olvide agua y bocatas en casa).

Recogí la caña en su funda de tela, guarde el carrete en uno de los bolsillos del chaleco y torne por la insinuante trocha entre la fraga de la orilla hasta el paso del Despeñadero de los Pescadores.

 Lo atravesé con cuidado, consciente de la fatiga y de que un traspiés allí podría tornarse en accidente serio. 

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Tras atravesar al paso y ya por mejor trocha llegue donde había dejado el auto y di por finalizada una jornada de pesca dura, agotadora y abundante en capturas de preciosas Xanas Sorbeñas… y hay quien dice que éste tramo de rio tiene poco valor ecológico al estar enclavado entre dos pantanos… 

-¡¡Señor que cruz!!-


                                LasmoscasdePaco.

lunes, 18 de junio de 2012

EMERGENTE MARRON ALAS EN PLA…

          Un nuevo montaje, en esta ocasión el montaje de una efémera, la intención es de un efemerelido de color marrón-oxido y alas en PLA (Pata de Liebre Ártica).

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La cuestión de los efemerelidos es un contar y no parar, en principio por la cantidad de ellos que existen (dificilísimo de catalogar a pie de rio a simple vista… al menos para mí) y también por la cantidad de variaciones de tonos/colores que tienen.

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Diría que en buena medida son las que provocan las mayores “selectividades” en tomadas de las truchas. Al hilo de esto y tan solo como ejemplo, he sido testigo de cómo las truchas tan solo comían efemerelidos emergiendo, aun con la exuvia a cuestas y moviendo las alas. Ignorando cualquier otra mosca o estadio.

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Cosas como están pueden hacer desesperar al mosquero más templado.


MATERIALES.-

Anzuelo VARIVAS 2200 BL numero 20
Hilo de montaje de color marrón
Hilo de Dracón de color marrón
Hilo de brinca color oro viejo
Tinsel verde eléctrico
Dubbing de PLA (Pata de Liebre Ártica) color marrón
Pelo de PLA (Pata de Liebre Ártica) color gris humo

MONTAJE.-


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Aseguramos el hilo de montaje sobre el anzuelo

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Con un trozo de hilo de dracón marrón formamos la exuvia

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Sujetamos el hilo de brinca de color oro viejo

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Con el tinsel verde formamos un bajo-cuerpo

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Con un poquito de dubbing de PLA marrón cubrimos el bajo cuerpo y dejamos formado el cuerpo de la mosca

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Brincamos el cuerpo con el hilo de brinca color oro viejo

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Cogemos un mechón de PLA color gris humo, tratamos de que las puntas estén bastante igualadas y las colocamos a modo de alas

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A continuación con un poquito de dubbing de PLA marrón formamos el tórax

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Abatimos el mechón de PLA gris humo hacia delante

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Y lo rebatimos de nuevo hacia atrás

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Finalizamos el montaje con una pequeña cabecita de hilo de montaje marrón

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Queda hacer un poquito de “peluquería”, recortamos la exuvia a la distancia idónea e igualamos en lo posible las puntas de las alas, pasamos un cardador de dubbing por la zona del tórax para sacar alguna fibra y la recortamos.

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Vista inferior del montaje realizado

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Vista trasera del montaje realizado

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Montaje finalizado.


Este montaje puede ser una buena opción para cuando las truchas se ponen selectivas cebándose sobre eclosiones de emergentes de efemerelidos.

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                                     LasmoscasdePaco.

viernes, 15 de junio de 2012

QUÉ GRANDE ES ESTO DE LA PESCA A MOSCA…

… Y que grandes son las lecciones que nos da mi querido rio padre.

La jornada vespertina comenzó con la observación de la cebada de una trucha en un lugar habitual.

Lo frecuente es conseguir la captura, mas en esta ocasión no fue el caso… no importa, hay mucho día por delante.

Ascendiendo por el rio observe pequeñas cebadas, cebadas en grupos, a decir verdad me alertaban y tenía que ser mi compañero quien bajo su experiencia me sosegase…

-Que no Paco. Que eso son bogas-

Como es habitual, tenía razón.

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Seguimos ascendiendo por tablas de aguas sosegadas donde no había que pescar.

Miento maese “bicha” conseguía atrapar un pez con un grosor mayor que el suyo propio.
Difícil rival, ella tiene que pescar si quiere vivir y nosotros poco podemos hacer frente a sus habilidades.

La cosa mejoraba y alguna trucha se cebaba acá y allá.

 Mi compañero me cedía turno y yo insistía en los lances buscando la captura de alguna de las pintonas, en vano tan solo tuve un ataque a mi mosca que no logre llevar a buen puerto.

Una sarga orillada al lecho del rio inclina sus ramas hasta lamer las aguas, tras ella se observa una cebada, una cebada que si soy franco no me altera demasiado.

Todo lo contrario que a mi compañero.

Se le encienden las alarmas. Me agarra del brazo y me dice

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-Me permites. Llevo tres años tratando de pescar esa trucha-

-Paco, esa trucha mide más de cuarenta cinco centímetros-

Ante tal comentario. Uno que no es sino aprendiz de mosquero se le erizan todos los vellos del cuerpo.

Veo como se sitúa en posición de lance, de lance alejado para no espantar a la trucha que, a mas decir se vuelve a cebar en el mismo punto.

El lance es preciso, suave, certero, como si no pudiera ser de otra forma, como si caña y línea fuera una prolongación del propio brazo y colocara con dos dedos la mosca en el lugar preciso.

Un metro por encima de la cebada observada, derivando con suavidad y naturalidad. 

En el punto preciso vemos una gran honda en el agua, una cebada a la artificial ofrecida.

Tirón de la caña, tirón de la línea, todo perfecto excepto que la trucha no es atrapada y ambos, pescador y compañero nos quedamos perplejos.

Con el corazón que se nos sale de la boca no somos capaces de articular palabra.

 Tras unos segundos que se antojan eternos me atrevo a preguntar.

-Qué ha pasado, porque no la has clavado??-

-Es que no ha atrapado la mosca, no ha cerrado la boca-

-Es como si hubiera rechazado en el último instante-

No me atrevo ni a rechistar, repaso lo observado y trato de encontrar lógica a lo ocurrido, sencillamente no podría decir que ha ocurrido.

Dicen los que saben, que las grandes truchas “sorben” las moscas con gran cantidad de agua, algo parecido a como se alimentan las ballenas. 

Bien pudiera haber sido el caso y el clavar fallido fue por encontrarse en un cuenco de agua en las fauces de tamaña trucha.

Reflexionando más tarde, bien podría haberse dado el caso de que la gran trucha comiera con parsimonia, al punto que el cacheteo fue prematuro antes de que cerrara la boca.

Incluso podría haberse dado el caso de que en el último momento la trucha avisara la trampa y rechazara.

Fuera como fuera nos quedamos sin tamaña captura.

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Llego la caída del sol sin observar ninguna otra cebada y sin haber conseguido ninguna captura.

Pescábamos una corta y ancha tabla de aguas corrientes, posicionados a la par. 

Sobre las aguas observábamos los golpeteos de los tricópteros poniendo huevos, pequeñas nubecitas rasantes de diminutos dípteros, incluso la eclosión de delicados efemerelidos.

Empezaron las cebadas, acá y allá, empezamos con los lances, nuestras moscas posaban en lugares precisos y heran ignoradas totalmente por las truchas.

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Observe la eclosión de una mosca de tamaño notable, de un verdoso muy claro.

-Mira. Que pedazo de moscón ha eclosionado-

-Son Potamantus-

-Joder, pues son bien grandes-

Mi compañero atrapa una de esas moscas.

-Coño, Paco. No son Potamantus, son Moscas de Mayo-

El rio Tajo no suele dar eclosiones de dicha mosca, recuerdo haber visto alguna esporádica por la zona de Poveda y por Peralejos, nunca por aquí, y siempre de modo anecdótico y desde luego no recuero eclosiones de moscas de mayo a la caída de la tarde.

Doy fe que eran dichas moscas y que estábamos ante una eclosión importantísima que a mas decir no producía el mínimo interés a las truchas.

Y mientras tanto las cebadas se producían, y nuestras moscas eran ignoradas. 

Comenzamos con un baile de cambio de moscas, Cambiamos todo tipo de moscas, de tamaño, de tonalidad, de conformación, tricos, dípteros, moscas de mayo, efémeras, secas, emergentes, spent.

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Fue mi compañero quien pudo acercarse algo al colocar una efémera en spent que incito a un par de truchas a acercarse a ella y rechazar en el último instante.

Yo, he de decir que no acerté en absoluto, que llego un punto que abría cajas y mas cajas de moscas y tras observar ya no ser capaz de decidirme por que mosca atar al bajo.

 Todo fue inútil y tras más de una docena de modelos de mosca diferente cayo la luz, se hizo noche y no conseguía enfilar el bajo por el ojo del anzuelo.

Y mientras tanto las moscas eclosionando.

 Y mientras tanto las truchas cebándose y yo, siendo consciente de que el rio Tajo, el rio padre me estaba dando una lección que jamás olvidare.

-Paco, ya no veo donde posa la mosca, por mi podemos dar por terminado el día-

Y Paco que esta enfrascado en el imposible de enfilar el nylon bajo la luz del frontal para atar la enésima mosca, mira las aguas espejeantes por la mortecina luz lunar. 

Sigue habiendo cebadas y siento en lo más profundo una sensación de derrota.

-Pues vamos a dejarlo. Hoy nos han vencido en toda regla-

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Hay quien pensara que tras todo esto estaríamos cariacontecidos, cabizbajos y abochornados.

 Nada más lejos de la realidad. Volvemos felices, relatando la experiencia vivida y buscando explicación a la ilógica ocurrida.

Y es que, como he repetido innumerables veces. La pesca a mosca es mucho más que el conseguir una captura y, bien puede darse el caso como el relatado, que portando un rotundo y solemne boloncio vuelvas contento y feliz.

 Por lo vivido, por lo observado, por lo aprendido.

 Aseverando con rotundidad lo grande que es esto de la pesca a mosca.




                LasmoscasdePaco.

martes, 12 de junio de 2012

PODRIA HABER PUESTO CUALQUIERA…


          Pues eso. Al hilo del post anterior y un comentario “inocente” recibido, colgué las fotos de capturas que mas me gustaron (criterio propio).

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Sin haber fotografiado todas las capturas, pues, sinceramente no fotografio todas las capturas porque pienso que hay otras cosas (como demuestro entrada tras entrada) mas interesantes que exponer fotografiadas en el blog.

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Pues eso, algunas (tampoco todas) de las fotos de truchas capturadas el dia relatado en el post anterior.

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De verdad crees que esto es interesante???

Mi opinión es que ésto sobra a un buen mosquero.

Pues eso “majete”, un saludo.

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                    LasmoscasdePaco.