De Ríos y de Truchas. Y de Pesca a Mosca. Y de amigos mosqueros.

Aquí se plasmarán todas esas ideas, sensaciones y vivencias de un pescador a mosca y de su grupo de compañeros.

Su finalidad es tratar de inculcar que la pesca a mosca puede llegar a ser una forma de vida.

Páginas

Competición NO..... Gracias.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Captura y Suelta

Por qué Cath & Release?
=========================

Las deducciones están a la vista; cada día hay menos truchas, y serán más pequeñas con el tiempo.
Sabemos que un río dispone de cierta cantidad de alimentos, los cuales pueden mantener un determinado número de peces.
Éstos crecen y alcanzan determinada edad máxima, particular para cada tipo de río.
Tamaño "máximo" que no superarán la mayoría de los peces de cada lugar.

Hoy, además, estas condiciones óptimas están alteradas por los factores de erosión y polución que todos conocemos.
Tales truchas producen cierto número de peculios, que deberían garantizar la permanencia de la especie en ese río, aunque también la freza tiene su traba en la desaparición de kilómetros de frezaderos por motivos de erosión y consiguiente colmatación de álveos... Ahora bien, existe una mortandad natural que regula la población en condiciones óptimas naturales, así como la extracción de peces por los depredadores, entre los cuales incluiremos al hombre.
Cuando el volumen de esos factores superan la producción natural, la población de truchas disminuye, y lo hace tanto más cuanto mayor es la desproporción entre la depredación-producción...



Insisto una vez más: la producción de peces de un determinado río es como la renta de un patrimonio económico:
PARA CONSERVARLO SE DEBE USAR ÚNICAMENTE EL RÉDITO SIN TOCAR EL CAPITAL.
Y aún deberíamos añadir la pérdida del poder adquisitivo de ese capital original.
En cuanto a lo relacionado a las tallas mínimas, recuerdo lo que hace un buen ganadero al seleccionar los mayores y más fuertes ejemplares como progenitores de su rebaño.
Según está la gestión de la pesca actual, se consigue justamente lo contrario: acabar con todos los grandes peces para proteger a los pequeños, con el riesgo de que entre éstos existan taras graves que afecten a su descendencia.
ADEMAS UNA HEMBRA PEQUEÑA PONE HUEVAS PEQUEÑAS, que tienen mayores problemas a la hora de sobrevivir, y esa puesta es mucho menos numerosa...



Al instalar un tramo sin muerte..., se incrementó tanto el número de peces y su tamaño, con el beneficio lógico para el pescador... Y este tamaño en el aumento de los peces, en contra de lo que aquí se pensaba, lleva implícito un gran número de ventajas:
HEMBRAS QUE PONEN MÁS Y MAYORES HUEVAS, que realizan nidos de puesta más profundos y en mejores posturas, CON LA CONSIGUIENTE GARANTIA PARA LA SUPERVIVENCIA DE SU FUTURA PROLE, descendencia con genes resistentes y de óptima calidad que garantizan la permanencia de la especie en futuras épocas, al estar adaptadas a un medio conocido durante milenios por "ellas".




LUIS ANTUNEZ VALERIO / FARIO
Noviembre-Diciembre 1995.

===========================

Las cosas no dejan de ser verdaderas porque los necios no las entiendan

viernes, 20 de noviembre de 2009

I QUEDADA MOSQUERA 2009-04-07

Una nueva temporada de pesca se inicia en Castilla la Mancha y, como ya es tradición un grupo de mosqueros nos reunimos para celebrar dicho acontecimiento, disfrutando de la compañía de pescadores con sentimientos afines, para desempolvar aperos de pesca y para tener una primera toma de contacto con el rio.



En esta ocasión hay mas noveles que veteranos en la reunión y los viejos mosqueros encontramos campo abonado donde poder sembrar historias, anécdotas, lecciones y, como buenos pescadores alguna mentirijilla que otra que, los nuevos mosqueros escuchaban con interés.

A las 10 de la mañana y con bastante puntualidad nos reunimos en uno de los “pueblos negros” de la sierra norte de Guadalajara, el día bastante soleado nos invitaba a estirar un rato las piernas antes de sentarnos a almorzar.
El clásico paseo por el pueblo terminando en su plaza donde en el pilón de su fuente además de un puñado de cachos hay dos bonitas truchas que observamos con avidez e interés propio de pescadores.

En el mesón ya está todo preparado, Rafa nos saluda cuando llegamos y con prontitud llegan las viandas. De menú, el consabido de huevos fritos de corral, patatas fritas y torreznos bien frititos acompañado de buen caldo de Valdepeñas rematando con café y orujos.



Las charlas se entremezclan unas con otras mientras vamos dando cuenta de tan opíparo almuerzo y a las 11,45 voy apremiando a la gente para levantarnos e irnos al rio a poner en práctica muchas de las teorías que se han ido comentando en el almuerzo.





Al llegar al rio observamos con extrañeza que viene muy cortito de aguas, esperábamos todo lo contrario pues el año ha sido bueno de lluvia y nieve, pero por lo que se ve, los días de sol y calor hicieron desaparecer las nieves, provocaron riada y en poco tiempo lo que fue abundancia de aguas hoy es escasez, cosa que suele ocurrir en estos ríos pizarrosos de montaña.




A pie de rio hacemos planes, nos dividiremos en cuatro grupos y pescaremos zonas diferentes y alejadas unas de otras.
Dos grupos y con autos todoterrenos irán a dos pistas forestales alejadas muchos kilómetros una de otra.
El resto nos dividiremos la zona donde estamos, un terceto pescara aguas arriba del puente (tramo sin muerte) y otro aguas abajo (tramo tradicional), la reunión final para una merienda la programamos para las 19,30.





El día soleado y el poco caudal dejan a las claras que la opción de pescar a mosca seca es acertada, con todo y con eso el agua baja fría, 9ºc. lo que hace decantarme por un tándem ahogada-seca, intercambiando moscas olivas de rhodani y pardones, a la postre las secas pescaron más que las ahogadas y, las olivas de rhodani más que los pardones.



Mi primera captura la consigo en una tablita de aguas corrientes, he visto como la trucha se ha cebado y al primer lance la trucha sube a comer mi mosca seca, truchita pequeña que, por lo reciente me hace pensar en un buen día de capturas, Luis ha visto el lance pues esta pescando 50 metros rio arriba y esto le hace prospectar con más ahínco la corriente que fluye pegada a la orilla contraria en busca de su premio que, no llega.




Comparto el tramo con Edu y Luis. Edu ya conoce el lugar por haber acudido el año pasado y se decanta por pescar las chorro-tablas cercanas y en solitario. Yo en compañía de Luis bajo hasta el final del tramo para ir subiendo pescando todo el rio.

En las corrientes de cabecera de una poza consigo una nueva captura, una pequeña y preciosa trucha de no más de 16 cmtrs. que se prende a la ahogada de pardón, escaso tamaño para semejante lugar que, otras veces me ha deparado capturas más señeras.

El rio es complicado de pescar, las orillas cerradas de vegetación obliga a transitar por el lecho pedregoso y resbaladizo del rio y a afinar mucho en la medida de los lances. Un descuido y mis moscas han quedado atrapadas en unas ramas altas haciéndome perder todo el bajo desde las moscas hasta la conexión al cónico, pero es que, aquí quien no arriesga no pesca






Confecciono un nuevo bajo alterando la posición de las moscas, estoy en la parte baja de una chorro-tabla (la tablada que diría mi amigo Alex) y recuerdo la conversación de un compañero en una tertulia no hace mucho, la picada inducida. Lanzo a la orilla contraria y cuando las moscas están en mi vertical freno su avance y atraigo las moscas hacia mi orilla con pequeños tironcitos, la lección ha dado resultados y una trucha se ha lanzado a la ahogada y se ha prendido en ella, demostrando la efectividad de esta acción de pesca.



Media docena de lances más tarde, en el mismo lugar y con la misma técnica otra trucha, esta de mayor porte muerde de nuevo la ahogada, en vez de clavar he aplicado tensión, tirando de la línea con la mano izquierda y levantando poco a poco el puntal de la caña, noto el peso de la trucha y como tironea. Ya con la caña en alto, tras el movimiento de volver a coger línea más cerca de la caña para seguir recogiendo dejo de notar el peso de la trucha, se ha soltado y ha sido por no haberla clavado desde el inicio de la acción, error de principiante.





Se ha levantado un viento de cara que dificulta aún más la acción del lance y de la posada correcta, durante el día ha estado produciéndose una escasa pero continua eclosión de efémeras olivas que aventuro rhodani, también algún pérlido pequeño y mas escasamente un tricóptero clarito. Pero este viento racheado hace desaparecer las eclosiones. Por si fuera poco el sol incide en las aguas en un punto tal que provoca que sea un espejo y, pese a las gafas polarizadas no hay forma de ver ni tan siquiera por donde transita nuestra artificial, esto provoca el perder un par de nuevas picadas a mi mosca seca.



Me he quedado solo pescando, mis compañeros han debido de subir por el rio y no los veo. El tramo donde me encuentro es difícil y técnico, con grandes rocas aflorando en la superficie y pequeñas islitas donde se arraigan a duras penas unas salgueras. Pero a la vez que difícil es venturoso en capturas, pescando despacio, a los blandos entre corrientes, al filo de las rocas, bajo las salgueras de la orillas, a ras de corrientes, he conseguido dos nuevas capturas de bravas truchas.



Miro el reloj, son las 18,30 horas, el día se ha pasado en un suspiro. Salgo de las aguas y asciendo por la pequeña trocha enmarañada de la orilla, aún hago una parada en un tabla querenciosa, allí, al filo de la corriente, observo un par de cebadas en el mismo punto. Cambio el bajo, quito el ramalillo corto y troco la ahogada de punta por una emergente de rhodani, efectúo un lance delicado, la trucha se ceba a la artificial pero no se clava, vuelvo a lanzar pero ya no consigo que suba. Espero un rato, observando las aguas, veo que a ras de agua vuelan pequeños dípteritos que seguramente será lo que está comiendo la trucha. Alargo el bajo con un tramo de hilo del 0,10 y pongo una imitación de díptero montado en un 22.




La trucha se ha vuelto a cebar un par de veces. Efectúo un nuevo lance, otro, otro de nuevo, y al cuarto la trucha come mi artificial y yo, prevenido clavo certeramente, la subo a una piedra aflorante, la fotografío y la devuelvo su libertad. El lance ha sido bonito y preciso y me llena de satisfacción. El mejor colofón a esta particular jornada de pesca.





Al llegar al auto me encuentro a Mario y a José, me dicen que Luis y Edu ya se fueron y que Paco también lo hizo.
Llegan José Luis, Gabi y Víctor en el todoterreno, me comentan que Mariano también se fue pronto. De Moisés, Roberto y Ángel, que estuvieron en la otra pista forestal no tengo noticias hasta el día después.
Nos cambiamos de ropa y reponemos fuerzas con una frugal merienda mientras vamos comentando resultados y anécdotas de la jornada. Todos compartimos un buen cansancio y afirmamos que el rio es duro de transitar y que sus truchas son esquivas y preciosas.
El sol se oculta bajo las montañas y la temperatura cae rápidamente, lo que provoca la marcha a nuestros hogares tras los saludos y las propuestas de próximas reuniones. La afamada reunión de los huevos fritos con torreznos ha llegado a su fin.




A continuación y como información comentare los resultados obtenidos.
El grupo que se fue a la pista forestal lejana se encontró mucha competencia, cuando llegaron había cuatro autos y unos doce pescadores en el tramo con lo que la zona ya estaba “tocada”.
Roberto consiguió tres truchas, dos a ninfa y una a seca, Ángel hizo un bolo y Moisés dos más a seca. Quizás por la competencia que encontraron fueron los que tuvieron más duro el conseguir capturar alguna trucha.
El grupo que pesco por encima del puente no encontraron compañía. Mario saco dos a ninfa, José dos a ninfa y una a seca. Paco una a seca siendo ésta la pieza mayor de la jornada con más de 30 cmtrs.

El grupo que pesco por debajo del puente tan solo se encontró con un cucharillero y una pareja de mosqueros. Luis hizo bolo, Edu consiguió una a seca y Lasmoscasdepaco tres a ahogada y cuatro a seca.



El grupo que pesco la pista forestal más complicada de transitar se encontró con dos autos y dos pescadores. Mariano hizo bolo, Víctor consiguió tres a seca, José Luis una a seca y Gabi tres a seca.
Un total de veintiséis capturas no es cifra desdeñable pese a ser trece los pescadores. También como curiosidad comentar que la mayoría se decanto por la pesca a mosca seca y, que entre estos la muy afamada Royal Coatchman fue la más empleada y la que deparo mas capturas.






Tras el día de pesca me llegan correos refiriéndose a la “quedada”, comentándome los resultados obtenidos y las opiniones sobre el rio, la pesca, la reunión y los participantes. En algo estamos todos de acuerdo, que esta quedada es una de las mejores formas de iniciar la temporada, que es un placer el pescar un rio tan duro y bonito y compartir todo ello con un entrañable grupo de mosqueros. Si además conseguimos capturar una de las bravas truchas que aquí habitan, miel sobre hojuelas.
Muchas gracias a todos y cada uno de los participantes de esta jornada de pesca, un pequeño recuerdo a aquellos otros que por diferentes motivos en esta ocasión no han podido acudir y, a los unos y a los otros decirles que nos seguiremos viendo a la orilla del rio volando líneas pesadas y posando moscas.

Lasmoscasdepaco.