De Ríos y de Truchas. Y de Pesca a Mosca. Y de amigos mosqueros.

Aquí se plasmarán todas esas ideas, sensaciones y vivencias de un pescador a mosca y de su grupo de compañeros.

Su finalidad es tratar de inculcar que la pesca a mosca puede llegar a ser una forma de vida.

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Competición NO..... Gracias.

sábado, 18 de octubre de 2014

IGUAL QUE LLEGO, SE MARCHO...

          Sí, la temporada de pesca 2014 finalizo apenas sin darnos cuenta, fue una sucesión de jornadas de pesca reales y otras fallidas, que si hoy vamos, que mañana no, que llueve, que el rio se toma y a la postre y apenas sin apercibirnos llego data y la temporada echo cierre.
 
Jornadas extrañas, pescando de la mano de antiguos amigos mosqueros las unas, mostrando ríos a noveles mosqueros las otras y en medio yendo de la mano de mosqueros ya cuajados, con lo que en ocasiones acudo de aprendiz, de compañero mano a mano o enseñando lo poquito que uno atesora.
 
Jornadas de pesca en el rio padre lo que supone afinar en el arte de conseguir capturar truchas engañándolas con sutiles imitaciones de moscas. 

 
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Poniendo a prueba la calidad de los equipos, a veces con exigentes lances alejados donde las nociones de lanzador tienen que estar a la altura como poco de la calidad de cañas, líneas y bajos.
 
Donde apuramos en vadeos profundos que nos permitan colocar nuestra mosca a la trucha avisada que se ceba sintiéndose segura.

O nos exponemos en rabiosas corrientes para tratar de llegar a rincones inexpugnables de la orilla contraria.
 
A la postre tanto va el cántaro a la fuente que terminamos el día con remojadura incluida.

 

 


Y si nos exige en equipos y calidad de mosqueros, también lo hace en imitaciones. 

Las truchas abandonaron los chorros donde una atractora Royal consigue capturas. 

Ahora se colocan en zonas medias de tablas, donde las aguas se amansan cuando no amainan totalmente. 

Es entonces cuando el mosquero debe saber "leer el rio", acertar en lo que maese pintona está tomando y si me apuran en qué estadio lo está haciendo, es cuando salen a la luz esos montajes particulares. 

Ninfas emergiendo, emergentes placadas, chochones copulando, hormigas aludas, imagos agotados y un largo etcétera de montajes que todos poseemos.
 
-Ya, Paco. Pero al final la mosca que pesca es la mosca atada al bajo de línea.-
 
-Puesssss, sí y no.-
 
Evidentemente mosca que no avalamos con "confianza" no pescara, mas hay moscas que se las paso el momento y que por mucho que atemos al terminal ya poco productivas van a ser.
 
-Pues yo conozco un pescador de León que pesca con tres moscas toda la temporada-
 
-Ya, ya lo sabemos todos.-

 En contraposición conocemos a montones de mosqueros con los chalecos a rebosar de cajas de moscas con infinidad de montajes diferentes.

 
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Lo cierto es que cuando te encuentras frente a una trucha cebándose glotona a los chochines que pululan en el rio, poco va a funcionar un trico saltón y (en mi opinión) es mejor incitarla con un dipterito montado en un 22... mi experiencia es que con la segunda opción conseguí varias capturas que dejaron buen recuerdo.
 
El rio padre en octubre nos exigió aplicar todos nuestros recursos y habilidades, pero también es verdad que tuvo momentos mágicos donde sus "lobas del rio" se mostraron, se pusieron a tomar y si supimos estar en tiempo y momento pudimos conseguir buenas capturas o al menos gratas sensaciones.

 
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Me viene a la cabeza una buena loba, que se colocaba en una corriente, pegada a los juncos de la orilla y donde apenas ocho o diez metros rio abajo había un chopo caído en las aguas que la ofrecía protección.
 
Había realizado ya media docena de lances y decidí cambiar de imitación, puse un imago de efémera y aproveche para cambiar el terminal, colocando un cabo de "pelorana" del 20.
 
En el segundo lance la trucha tomo mi mosca y yo clave con franqueza y seguridad.
 
Como era previsible maese pintona dio media vuelta y cual misil se lanzo a buscar el amparo de las ramas sumergidas del chopo.
 
Mi cañita de 8.6 pies línea 3 se puso a prueba, sujetándola con ambas manos y arqueando la caña conseguí frenar su carrera apenas un par de metros antes de que llegara a las ramas, tras frenarla tocaba hacerla girar y que abandonara la intención de seguir aguas abajo. 
 
Fue raudo, rápido y sencillo, la trucha pego un cabezazo de izquierda a derecha, un segundo cabezazo y un tercero con el que consiguió liberarse.
 
Fueron segundos... segundos eternos.
 
Con mi compañero al lado observamos la mosca. 
 
La trucha se había zafado del anzuelo enderezándolo, no consiguió romper el nylon pero si logro enderechar el anzuelo.
 
Un palmetazo en la espalda de mi compañero,
 
-Mala suerte, Paco. Otra vez será-

 
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Le comente el suceso a un buen amigo mosquero que acudió por aquellos lares al día siguiente y consiguió enfrentarse con tamaña "loba de rio".

En esta ocasión tuvo mejor fortuna... o sencillamente es infinitamente mejor mosquero que yo (que va a ser que si) y logro capturarla... un misil con pintas rojas de más de 60 cmtrs. de longitud a la que fotografió justo antes de devolverla de nuevo a las aguas.

 
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Disfrute de un lance de un Tajero "Gran Reserva" (que no le gusta que le llame maestro), pescando una de las inmensas tablas de aguas paradas del rio padre.

Detectó la cebada mínima de la trucha orillada y con un maravilloso lance más bien lejano poso la emergente en lugar preciso. 

La trucha subió a tomar la mosca y en el último momento rechazó. 

Empero la fortuna estuvo de parte del mosquero y el artero anzuelo hizo presa en el lomo de maese pintona.

Tras ello el buen hacer de quien se enfrento en multitud de ocasiones a estas vicisitudes para llevar a buen puerto la captura y suelta de la trucha... no comentare mas que no le gusta, discúlpame maestro por hacer mención de ti.

 
 



Como contrapartida la captura de una buena trucha por parte de un Tajero novel. 

La vi cebarse en la colada de una tabla, aguas paradas, tomando golosinas de dípteros insistentemente.
 
-Antonio. Ponte a mi lado, ven despacio y mira-
 
-Joder, Paco. Se está poniendo golosa-
 
-Si, esta a dípteros, que llevas puesto?-
 
-Una Marroncita-
 
-Pues cámbiala por un díptero, no te apures que ésta no se va a ir-
 
Antonio reviso el bajo, troco la marroncita por un díptero y tras ello realizo un par de lances sin conseguir que la trucha tomase el engaño.
 
-Espera, para un ratito, déjala que se cebe un par de veces más y luego vuelve a ponérsela-

 
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Dicho y hecho. 

Tras un par de nuevas cebas Antonio posa la mosca adecuadamente y la trucha la toma sin miramientos.

Clavada efectiva y tras ello explosión de sucesos. 

La trucha que busca escapatoria, el mosquero que trata de impedírselo y al mismo tiempo le sucede un traspiés que a poco le hace caerse a las aguas.
 
Los compañeros (Raúl y quien relata) tratando de asesorarle que no provoca sino ponerle más nervioso.
 
Al fin, la trucha se abriga con la red de la sacadora y tras observarla anonadados es devuelta a las aguas.

 





Son apenas tres pequeños acasos de los muchos sucedidos estas últimas jornadas.

Sucesos que dejan poso y que fraguan amistades entre mosqueros.

 
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Al postrer. Agradeceros a todos los que aceptasteis mi compañía en los ríos, con lo que disfrute de gratas jornadas de pesca y con los que siempre me sentiré obligado, permitirme no dar nombres pues la omisión por olvido de uno solo sería grave. 

Saber que os llevo en mi corazón de mosquero. 

Lo dicho agradecido.
 
Y ya que son momentos de agradecer. 

Agradecer a todos vosotros, lectores de este humilde blog el que os paseéis de vez en cuando por él y en ocasiones participar de una u otra forma.

 
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Finalizó la temporada de pesca 2014, pero en ningún modo capitulo este rincón mosquero. 

En la medida que pueda seguiré exponiendo en él experiencias, colaboraciones, montajes y mil cuestiones de mosquero inquieto.


 
                              LasmoscasdePaco.