Así a botepronto más de un quinquenio que no posaba moscas
por el rio Ucero, y parece que fue ayer.
Ocurre que conseguir una plaza en el coto de Ucero o en
Sotos en buena fecha ítem mas que los avatares no trastoquen la visita es un
premio que no he conseguido obtener.
Luego los tramos libres pescarlos en fin de semana es acudir
a una romería y si a todo lo anterior añadimos distancia y ya poca costumbre
resultado final es no haberlo pescado durante tanto tiempo.
Había que enmendarlo y en brevedad y en cuanto hubo ocasión
caminito de tierras por mejor decir de aguas Sorianas.
-Soria pura, Soria dura. Cabeza de Extremadura-, que escribió
el poeta.
Algo ha cambiado en el tramo libre que suelo pescar de éste
rio.
Como mejora aunque hay zonas de algas y ovas hay mucha agua
libre de ellas y se puede pescar muy bien.
Como empeorado se nota que al rio lo han tocado, trastocado
por mejor decir con maquinaria y la draga ha hecho y deshecho el cauce del rio.
Una preciosa tabla justo debajo del puente donde pescar a
cebada vista los atardeceres era pura gloria literalmente ha desaparecido, no
queda sino un ancho estero pedregal.
Al llegar al tramo escogido se estaba cambiando de atuendo
un hombre, con buenas palabras y buen talante y dejándole escoger pues había
llegado primero nos repartimos las aguas y con el fin de poder pescar durante
toda la jornada alargue la caminata por la senda de la orilla para pescar zonas
que nunca había pescado.
Lo cierto es que había corrientes, tablas y pozas muy
interesantes.
Con el hándicap de aguas altas por las lluvias que junto a fondos
lodosos y orillas poco accesibles cuanto menos complicaban bastante la pesca, más,
qué es esto para aguerrido guerrero veterano.
Y así fue como accedimos a tramos donde las truchas se
cebaban y nosotros íbamos engañándolas con nuestras moscas, no en demasía pero
si a un tran tran satisfactorio.
Ocurrió que la osadía troca en imprudencia y toco salir de
una tabla por la corriente de cabecera, corriente de aguas profundas.
La
sensatez aconsejaba dar media vuelta y salir por donde entramos aunque fuese
muy aguas abajo, pero la orilla salvable esta allí mismo, acaso media docena de
pasos agarrándote a los juncos con el agua a limite de vader.
Mi compañero por delante hace aguas y yo le tengo que
sujetar por el cinturón para que la corriente no le arrastre, ya empapado
consigo auparle y sube a la orilla.
Yo trato de avanzar esa media docena de pasos, la corriente
me lo impide, aun voy seco, de puntillas a paso de procesión asido a los juncos
voy remontando.
Mi compañero me ofrece la mano en el mismo momento que una
pierna se me acalambra y hundida en el fango no consigo moverla, el resultado
es que voy al agua de cara, el agua entra por dentro del vader y la corriente
no me revuelca gracias a que mi compañero me tiene asido.
Al final, a duras penas y totalmente empapado consigo salir
de las aguas y el susto torna en risas.
No queda ahí la cosa, en la orilla un charco de ranas
fangoso y tras ello una selva de maraña de arboleda que nos costó un triunfo
superar.
Tras la peripecia y calados hasta los huesos el pescar no es
cómodo, aun así insistimos un buen rato consiguiendo alguna nueva captura
lanzando sobre las cebadas que observábamos.
Al final la tiritera por el frio obliga a dar por finalizada
la jornada de pesca, salir al camino y llegar al auto donde desprendernos de
mojadura y humedad y vestirnos con hábitos secos.
Normalmente estos avatares no son sino pequeños sustos que
todos hemos sufrido, pero también han ocurrido finales mas gravosos con lo que
os recomiendo que en el rio midáis muy mucho los pasos a dar y ésta cabeza loca
que tengo os aconseja que ninguna captura merece cambiar una grata jornada de
pesca en un suceso trágico.
El rio Ucero pese a todo me deja buenas sensaciones, mi impresión
es que tiene una buena población de truchas y si las lluvias lo permiten volveré
a pescarlo en época de Dánicas en espera de conseguir capturar algunas de sus
bellas truchas con imitaciones de May Fly.
LasmoscasdePaco.
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