Tres salidas de pesca a la Sierra Norte en menos de
diez días es un placer, ítem mas si no se repite tramo de pesca.
Hechizados por las Xanas acudimos a su morada a la mínima
opción en la creencia de poder exortizar su embrujo, ocurre lo contrario, la adicción
se incrementa y cuanto más las contemplas mayor es el ánimo de buscarlas sin
poder de remisión.
Hete aquí que en esta ocasión una terna acudimos a
las aguas de la Sierra Norte de nuevo.
Pescamos un tramo alto, un valle abierto que acomoda
el transitar por las orillas y por el mismo lecho del rio cuando hay opción.
Estamos a mucha altitud, prueba de ello los helechos
y acebos que moran las orillas del rio, detalles que el buen mosquero no debe
pasar por alto porque la pesca a mosca, a mosca seca abundo, es mucho más que
conseguir una captura.
Es disfrutar del entorno que nos rodea cuando
posamos nuestras moscas por el agua.
Vemos eclosiones, asaz que en las otras dos jornadas,
Pitillines, Bétidos y Pardones, éstos últimos en abundancia y que nos hacen
seleccionar una imitación pareja en nuestra caja de moscas adecuada.
Buen año de Pardones provocado por el buen año
pluvioso y del cual nos aprovechamos para pescar con hermosas y visibles
moscas.
El rio en éste tramo es una sucesión de tablas
intercaladas por corrientes más o menos difíciles de transitar.
Intuimos fácilmente la colocación de las Xanas,
siempre en aguas movidas, o en los laterales de los chorros o en las aguas
corrientes de las tablas.
Tantos unos como otras exigían de lances medios
asequibles a realizar por la amplitud de orillas que lo facilitaban y de
aquesta guisa posar una hermosa mosca montada en un anzuelo del numero doce con
delicadeza y precisión es de por si un placer para el buen mosquero.
Dos lances especiales.
El primero siendo protagonista.
Una poza en una
curva del rio con ancha corriente de entrada y donde justo en la orilla
contraria observo como una trucha glotona se ceba varias veces.
El lance es de distancia media, no demasiado difícil
bajo dicho prisma, el
hándicap viene motivado por varios chorros y corrientes
de entrada a la poza que provocan malas derivas y funestos dragados, añadir a
esto que no soy nada hábil en el lance, tan solo me defiendo en ello como gato
panza arriba.
Lo veo claro y como para mí en esto de la pesca a
mosca el tiempo no es rémora, adecuo el bajo de línea al momento, lo alargo, sobre
todo el último tramo al fin de conseguir unos segundos añadidos de optima
deriva.
El resultado es positivo, acaso ocho segundos en un
par de metros de buena deriva, no necesito mas.
La mosca posa en el tramo escogido, acompaño con
mano y caña la deriva y la trucha se ceba con fruición al engaño ofrecido.
Clavo con mesura y mantengo la tensión de la línea
durante la lid, a la postre la trucha se mece en la malla de la sacadora.
Tras ello un corto video para motivaros en algo
indispensable que es el captura y suelta.
Bella Xana que contemplo arrobado antes de
devolverla a su hábitat, nuevamente hechizado.
El segundo lance de mi compañero de jornada, Juan.
Llegamos a un tramo muy conocido por mi y le
informo.
-Mira Juan, esto que tienes delante es la mejor
postura de todo el rio. Pegado a esa macolla de delante en la orilla contraria
se suele capturar una trucha muy buena.-
Con el aviso Juan realiza los primeros lances con
cuidado, lances a distancia que resultan vanos.
Tras ello se aproxima a la zona, con esto acorta
distancia de lance y optimiza precisión.
El primer lance pegado a la orilla contraria no
obtiene resultados, el segundo igual.
El tercer lance es realizado un poco aguas arriba,
la mosca baja derivando hasta la "zona caliente" y justo donde esperábamos
la trucha se ceba a la mosca.
Juan clava con eficiencia y la lucha se sucede en
amplias aguas sin obstáculos donde todo está a favor del mosquero.
Al fin termina en la sacadera y tras ello es
devuelta a su hábitat.
Doble placer si cabe, el uno por haber conseguido la
captura y el otro por haber disfrutado del buen hacer del compañero.
La jornada llega a su fin, y llega el tercer
compañero, Juanma que ha pescado en solitario un tramo por debajo del nuestro
se aproxima contento, día fructífero y además de capturas de buen porte, miel
sobre hojuelas.
No queda sino volver grupas, hacer una parada en el
pueblo más cercano a tomar una bebida refrescante y caminito a nuestras
moradas.
Tres jornadas seguidas pescando en el rio de las
Xanas, disfrutando de un entorno maravilloso, de abundantes eclosiones y de una
cantidad más que aceptable de capturas... como no estar enamorado de la Sierra
Norte y de sus hechizantes Xanas.
LasmoscasdePaco.
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