De Ríos y de Truchas. Y de Pesca a Mosca. Y de amigos mosqueros.

Aquí se plasmarán todas esas ideas, sensaciones y vivencias de un pescador a mosca y de su grupo de compañeros.

Su finalidad es tratar de inculcar que la pesca a mosca puede llegar a ser una forma de vida.

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Competición NO..... Gracias.

viernes, 22 de febrero de 2013

HACER EL TANCREDO …

          No ha demasiado, en una tertulia mosquera comentábamos como modas y modernismos erróneos provocaban que los noveles se olvidaran de ciertos placeres de la pesca a mosca… a mosca seca ítem más.

Y no es que se olviden, es que sencillamente nadie se los ha enseñado o lo han visto hacer. 


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Y es que es muy simple adentrarte en las aguas, recorrer rio y mas rio equipado de un ninforro pesado y cachapúm, recorrer mas rio y cachapúm y, apretarse todo un tramo de rio cachapuneando las aguas a lo tonto y a lo loco, ahora pierdo la ninfa en un enganchón ahora al albur capturo una trucha.

Pisando rio y más rio sin apenas “entender” el rio, tan solo buscar una vena de aguas donde atizar ninfazos.

-Paco, es que habría que enseñar a los noveles que la pesca a mosca es otra historia-

-Ya, pero para eso hay que saber. Que saber pescar y que saber explicar. Y ése no es mi caso-

-Coño, pues comenta algo en tu blog-

Hacer el Tancredo no es ni más ni menos que esperar el momento idóneo para pescar un determinado tramo de aguas.


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Y es que de nada nos va a servir pisotear una tabla de aguas lentas en verano a las tres de la tarde, lo que habremos hecho es estropear el tramo.

La cosa pasa por “intuir” como se pescan los tramos de ríos y, sobre todo aprender a leer el rio y entender las señales que nos muestra.

Llegar a un tramo de aguas querencioso y, pararse uno (hacer el Tancredo) tranquilamente a observar el rio.

-Ya, ya sé que en el mundo en que vivimos eso de pararse no va a tono con las modas-

Pues mosqueros, hay que pararse, que serenarse, que estudiar las aguas y que observar el rio. Bien fumándose un pitillo o sencillamente mordisqueando una yerba, atento a lo que nos rodea.


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Y es así como observamos la cebada descarada, esa cebada de trucha juvenil que el mosquero debe desechar esperando algo mejor.

Seguiremos haciendo el Tancredo. 

Observando el rio, oteando las aguas en busca de determinar que especies de insectos eclosionan o sencillamente en que estadio se encuentran. 

Si están emergiendo, si están derivando tras eclosionar, si se están posando o sencillamente si están cayendo inertes. 

Todo ello nos indicara el tipo de mosca a anudar en nuestro bajo de línea.


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Vimos una cebada interesante, una cebada modosa, tímida, que nos puso alerta y que nos hizo observar con interés el punto donde se produjo.

Una nueva cebada, observamos el desplazamiento de aguas que provoco “movimiento de magma” que dicen algunos.

Suficiente para ponernos en movimiento. Para con lentitud y seguridad en los pasos ir aproximándonos al lugar de la ceba.

Estudiamos las aguas, observamos las corrientes, el viento, los obstáculos y, tras ello determinamos el punto donde posicionarnos.

Preparamos el equipo, revisamos la mosca, la flotabilizamos, estiramos el bajo, que todo este en perfectas condiciones.


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Una vez llegados al punto, volvemos a hacer el Tancredo. 

Observando, esperando que la trucha tome una mosca de nuevo.

Al fin sucede, es el momento de ponernos en movimiento. 

Sacar línea del carrete, iniciar el lance, desplegar línea por el aire en un par de falsos lances y, tras ello, realizar el lance definitivo, el posado optimo un poco por encima de la cebada observada.

Vemos como nuestra mosca navega por las aguas, como se acerca al punto de la cebada observada. 

Al pronto las aguas se mueven bajo la mosca, incluso hace que la mosca rebrinque.

Nervios en tensión.

Observamos como la boca de la trucha atrapa y engulle la mosca y como se sumerge en las aguas.


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Es entonces cuando clavamos, un cachete rápido, seco, certero. Que provoca un maremoto al otro lado de nuestro bajo de línea.

La trucha huye, lucha, pelea en feroz lid. Notamos los bruscos empellones que contractuamos con la templanza de nuestro equipo, con el flexado de nuestra caña, con recoger línea en el carrete a ser posible o controlando la línea con la mano izquierda si no nos dio tiempo a guardar línea en el carrete.


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Trucha tamaña que a más de flexionar nuestra caña también lo hace con nuestro brazo, en franca lucha, en ese “ten con ten” que provoca un galopar alocado de nuestro corazón.

Es momento crucial con dos resultados indeterminados.

El primero que nuestra oponente gane la batalla y consiga zafarse del anzuelo aprehensor o sencillamente que en un fuerte arreon rompa nuestro bajo de línea. 

La contra que logremos domeñar a nuestra brava oponente y poco a poco acercarla a la sacadora para conseguir enredarla. 

Tras ello desanzuelarla y con mimo devolverla a las aguas.


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No, no diré que ambos resultados sean iguales, pero si diré que ambos resultados nos provocaran sensaciones abrumadoras, sensaciones difíciles de explicar al menos para mí.

El lance termino con explosión de placer. 

Obtuvimos lo deseado, lo esperado, lo anhelado.

Todo fue el resultado del buen hacer mosquero, el resultado de refrenar la premura y esperar, esperar haciendo el Tancredo el momento oportuno.

Esto amigos, son sencillamente sensaciones y placeres mosqueros.

Que a fuer de ser sinceros no termina siempre de aquesta guisa, pero que cuando sucede nos produce un placer indescriptible y provoca la ansiada sensación de volver a vivirla.


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Y son estos momentos los que nos produce la crucial necesidad de volver una y otra vez a las aguas de los ríos, a buscar el tesoro que no es sino sus preciosas truchas y, en definitiva, de degustar el placer máximo de la pesca a mosca… de la pesca a mosca seca se entiende.

No sé si me habré explicado.




                             LasmoscasdePaco.

7 comentarios:

  1. A mi me habían dicho que eso del tancredo es hacer otra cosa, descrita como habilidad que tienen algunos buenos compañeros de pesca para facilitar a otro compañero el acceso a determinadas posturas de trucha durante sucesivas cebadas, comencé un curso intensivo y acelerado de hacer tancredo, pero estoy perdiendo facultades.

    Un abrazo.

    Para aquellos que hacen el tancredo y para quienes se aprovechan del mismo.

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  2. Que buen relato Paco!!!
    Nada como recordar que, en la pesca, la observación y la paciencia juegan un papel muy importante.
    Gracias por compartir tus experiencias

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  3. Paco. Gracias a vosotros por leerlas, por seguir el blog y por animarme a proseguir con éste blog.

    Roberto. Esa es otra visión del Tancredo cuando menos interesante que tendre que explicar, jeje

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  4. Estoy de acuerdo con Roberto.

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  5. Pues ya sabes los deberes que tienes que hacer... jeje

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  6. Muy bonito lo que cuentas, Paco. Solo una precisión: es el Don Tancredo, y ya que estamos, esto viene de un lance de los toros. El Don Tancredo consiste en situarse a la salida del toril, vestido de una forma estrafalaria, y completamente inmóvil, de ahí la similitud. Se basa en la creencia de que el toro confundirá al torero (por decir algo...) con una figura de mármol y no atacará. Yo no sé mucho de toros, pero algo sí porque tuve buenos maestros, y me sigue gustando una buena corrida, lo confieso, aunque sea de toros. Saludos.

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  7. Paco, it makes me very sad that Google Translate doesn't do a very good job for me. All I can say is beautiful rivers, beautiful flies and good friends fishing together are great!

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