Está claro que a mayor tiempo en el rio aumento de anécdotas, de las gratas y las no tanto, unas y otras con el paso del tiempo aumentan en alegrías y disminuyen en penas...
Pasó que pasó, hace dos o tres temporadas. La cuadrilla pescaba el “rio padre” y nos dividimos los tramos. Unos en solitario y yo acompañado de Mariano, pescando a la par y cediéndonos los lances.
Estábamos buscando “pintonas Falagueranas” en un tramo largo de aguas movidas, de vadeo cómodo.
Llevaba de menú atado al bajo una pequeña emergente de tricóptero que ya había sido tomada en varias ocasiones por bravas truchas.
Mariano, mi compañero las tentaba con la resolutiva “Royal Coachman” con parejos resultados a los míos.
Turno era de Mariano.
Adelantado una decena de metros posaba la Royal pegadita a la orilla, bajo las salgueras, zona que tantas capturas nos ha deparado en el devenir el tiempo.
Yo observaba su acción de pesca, su lanzar, su posar, su enmendar y el navegar de la visible Royal por las transparentes aguas.
Veo como baja la mosca, como navega por la corriente, veo a Mariano levantando la línea del agua y efectuar un lance delantero, lance trasero, lance delantero y posada.
Algo me extraña y me llama la atención, y es que sigo viendo derivar la Royal por las aguas, tras mi compañero y cada vez más próxima a mí.
-Mariano, ¿qué estas lanzando?, jeje. Si has perdido la mosca, si la mosca viene por aquí abajo.-
-Que dices, tío. Si esta posada allí delante.-
-Jeje, que no. Mira.-
Me acerco a la mosca que navega por las aguas y la atrapo. Es una bonita Royal montada en un anzuelo del número doce.
-Ves, tengo tu mosca. Vaya pedazo de moscón, como para no verla.-
-Que no, joder. Mira.-
Tira de la línea pasándola por sus manos hasta llegar al bajo y más allá, a la mosca que, agarra y me enseña
-Ves donde esta mi mosca. Esa no es mía.-
-Y entonces ésta, qué-
Se acerca hasta donde me encuentro y observamos la mosca que tengo en la manos. Una preciosa Royal, con prominentes alas blancas en pelo de ternero.
-Paco. Una Royal y de semejante tamaño no puede ser de otro sino de José Luis-
Miro la mosca con interés.
-Pero si José Luis se ha subido a pescar la zona del Vado de Salmerón, varios kilómetros rio arriba.-
Transcurre la jornada de pesca, a mas decir fructífera y tras finalizar subimos donde hemos quedado en encontrarnos todos tras la pesca.
Por la pista bajan José Luis y Gabi en su auto. Nos disponemos a tomar un taco para reponer energías y comentar la jornada.
-José, ¿has perdido una mosca?-
-Si, una “Royal”, se me ha enganchado el bajo, he tirado y he perdido la mosca-
-Jajaja. Pues mírala, aquí la tienes.-
Y le muestro la mosca que encontramos navegando por el rio.
Pues, señores, la “Royal o Real” viajera navego libremente varios kilómetros por el rio, surcando lentos y corrientes, salvando cascadas y obstáculos. A mas decir suponiendo haber sido ignorada por alguna pintona que se encontrara en su singladura, para llegar a nuestra zona de pesca y ser rescatada de las aguas y puesta de nuevo en manos de su propietario.
-Toma Paco, te la regalo ya que has sido tú quien se la ha encontrado.-
Y, fue así como la “Real viajera” paso a formar parte de mis “moscas tesoros” y la historia de su deriva por las aguas del “rio padre” una anécdota más a relatar.
Cosas ya de viejos mosqueros.
LasmoscasdePaco
Bonita anécdota, de ella deduzco dos cosas:
ResponderEliminar1º El flotabilizador de Jose Luis es muy bueno.
2º Ese día a la Royal no entraban.
Saludos.