-Estupendo vieja y nueva guardia pescando a la par-
Bien es cierto que Edu, Eduardo Arenas no es pescador novel, que mantiene una propia línea de evolución en la pesca a mosca pescando hoy truchas en León y mañana carpas en Extremadura. Que ya ha probado las mieles de la pesca a mosca en el rio Tajo, con sus grandes bolos y hermosas truchas. También es cierto que es el pescador más joven con el que comparto jornadas de pesca, 26 años a la sazón que los míos pasaron hace otros tanto.
Hablar de Raúl, Raúl Portes es hablar de la pesca a mosca en España y allende los mares, en su Argentina natal. Máster de Lanzado, montador de cañas de mosca, montador de moscas, colaborador en muchos proyectos pasados y presentes de la pesca a mosca. Quizás no es un viejo mosquero, pues me separan poco más que un lustro con él y yo no me siento viejo, pero si es cierto que se codeo a la par con muchos de la “Vieja Guardia Mosquera”. Raúl también tenía pendiente una cita con el rio Sorbe.
Al fin, como digo en muchas ocasiones;
-El rio pone a cada uno en su sitio-
Y el sitio de ambos es ser amigos míos y en esta ocasión compañeros de pesca en el rio, lugar donde se fraguan buenas relaciones.
El rio… el rio Sorbe, baja con un caudal óptimo para desarrollar la pesca a mosca seca, vadeable prácticamente por cualquier lado y con cientos de “posturas” donde posar la mosca en espera que nuestras queridas truchas se ceben a ella. Por el contrario, la temperatura bochornosa y la bajada de presión por la amenazante tormenta veraniega no fue todo lo propicio que deseábamos, prueba palpable fue la poca actividad de los insectos, no siendo sino ya a última hora de la tarde cuando se sucedieron importantes eclosiones.
Esto no fue impedimento para conseguir que un buen número de truchas se interesaran por el menú que se las ofrecía. Tanto Raúl con su caña de 10 pies línea 3 posando tándem de ninfa – seca, como Edu con caña de 9 pies línea 4 posando moscas secas, y el que emborrona el pergamino con caña de 8.6 pies línea 3 posando moscas secas. Conseguimos que un buen puñado de Xanas Sorbeñas se lanzaran raudas a las moscas que las ofrecíamos. Luego el clavarlas y hacerlas llegar a las manos entra quizás en el albur o sapiencia de cada uno.
Testigo fui de como Raúl en un pequeño tramo de chorreras entre grandes piedras de apenas 20 metros consiguió engañar a media docena de hermosas truchas. Y de un buen picotazo en un pozón donde un buen truchón le rompió el bajo. También de otro buen picotazo, esta vez la ninfa se clavo en el dedo anular de su mano siniestra y tuvo que soportar el dolor del anzuelo clavado durante más de media hora que tardo en desclavarlo.
Así mismo como Edu colocando con buena maña una Royal en paracaídas clavaba otras tantas en zonas de aguas movidas. Y como tuvo una mañana con más de dos docenas de subidas a la mosca logrando clavar menos de la mitad de las mismas, y es que, Edu, ese clavar fulgurante quita la mosca de las fauces de las truchas, la prueba es que pescando a la par por la tarde con clavar más comedido aumento en mucho el porcentaje de clavadas.
El que suscribe, aparte de disfrutar con las ejecuciones de mis compañeros y de tomar fotos, también hizo sus lances, posando el trico saltón por la mañana y el pleco trotón por la tarde consiguió no quedarse a la zaga con sus compañeros y obtener buena cifra de capturas. Mas, créanme lo que digo, mi mayor placer fue el disfrutar del rio y de la pesca a mosca con mis compañeros y amigos Edu y Raúl.
LasmoscasdePaco.
Hola Paco:
ResponderEliminarVeo que no paras. Además lo cuentas que parece que lo estoy viviendo yo también.
Enhorabuena por los relatos que brindas, que son el reflejo, que duda cabe, de tu pasión.