Ríos Sorianos… una nueva Quedada Mosquera.

El pasado fin de semana se presento un buen dilema de pesca, varios amigos me llamaron con el fin de disfrutar de una nueva ”Quedada Mosquera”, el problema lo teníamos en el escenario donde posar nuestras moscas. Los ríos Manchegos bajan altos, casi desbordados y muchos de ellos tomados, embarrados.

Difícil de solventar la papeleta, la Sierra de Gredos está en peores condiciones y no digamos los ríos Leoneses o Palentinos.

-Y el Ucero?-

-¿el Ucero en fin de semana? Aquello puede ser una romería.-

-Por lo menos hay buen camino y el rio es cómodo de pescar, si está mal tenemos otras opciones de pesca por allí cerca.-

Dicho y hecho, al rio Ucero, rio del Burgo, de Osma por más decir, es el escenario donde encaminamos nuestras varadas.

Nos dividimos en parejas y repartimos por el rio, acompañado de Edu asciendo un buen tramo de rio y tras ello nos disponemos a pescar.

El rio baja alto y fuerte, pero no al punto de impedir la pesca. Empezamos con la Royal y vamos cambiando imitaciones de moscas según vemos eclosiones. Ritrogena, Bétido oliva claro, Bétido marrón claro, Dánica.

Pesco pozas y corrientes que en ocasiones pasadas me depararon capturas, mas en esta ocasión el rio parece sin truchas.

Pescando una tabla dos pescadores se meten en el rio a menos de veinte metros nuestro.

-Perdona, no te habíamos visto. Nos salimos y subimos un buen trozo rio arriba.-

-Venga vale.-

Se impone el pescar despacio, el examinar cada hueco con el fin de aprovechar el tramo al máximo.

Tras la primera curva del rio veo huellas en la orilla de pescadores que han vadeado el rio y han salido por la otra orilla…. Maloooo.

Hemos quedado pronto para comer, a las 14 horas con el fin de aprovechar la tarde, a las 13.30 horas desandamos camino llevando un hermoso bolo a cuestas.

En el punto de reunión nos encontramos con el resto de compañeros. La sonrisa les ilumina la cara, han pescado buenas truchas, tamaño y cantidad. Les asombra que nosotros no hayamos tenido ni una picada. Comiendo estamos cuando vemos cruzar dos autos que vienen de la zona donde he pescado por la mañana, el dilema está resuelto, hemos estado pescando toda la mañana justo detrás de estos pescadores.

Llega un auto, un mosquero que se cambia de ropa y se marcha rio arriba a pescar, justo de donde viene un cucharillero. Al rato ascendiendo por el rio llega otro pescador, esta vez un mosquero con la bola y las ahogadas.

Total que somos más de una docena de pescadores por el tramo, demasiada gente para pescar tranquilo.

Demoro al máximo la vuelta al rio, mi idea es pescar aguas abajo y al menos dejar al rio tranquilo un par de horas.

El rio por esa zona se expande hasta por el camino de la orilla, se abre en mil brazos por la chopera, de hecho la morfología del rio por algunos tramos ha variado al punto de no llevar casi agua por el cauce original y bajar este por medio de los chopos.

Dejamos atrás las corrientes y bajamos a unas zonas de tablas profundas, con limo y muy difíciles de vadear. Lanzamos el los pocos puntos posibles para hacerlos y empiezan las capturas. Capturas de truchas hermosas, gordas y luchadoras que suben francas a nuestras moscas.

Llegamos a una nueva tabla del rio, profunda y sombreada donde con nuestros mejores lances tan solo alcanzamos a llegar a la mitad de la misma.

Y en la tabla más de una docena de truchas se ceban indiscriminadamente.

Hay una importantísima eclosión de Tricópteros y las truchas se ceban y saltan cazándolos. Y entre los Tricópteros nuestras imitaciones, que van engañando a las truchas y se van prendiendo en nuestros anzuelos, una, dos, tres, docenita y media.

Como la zona es para pescarla por tan solo un mosquero le dejo el sitio a Edu y yo subo a las corrientes a tentar nuevas pintonas.

Y van saliendo truchas, truchas posicionadas en las regueras entre las ovas que toman francas mi imitación, más de la mitad se enredan entre las algas y se liberan del anzuelo, pese a ello desanzuelo un buen numero de pintonas.

Llega Edu, queda poco tramo para pescar y se lo cedo, me meto en una reguera enmarañada donde engaño a tres truchas, rompo el bajo y como son casi las 20 horas dejo de pescar y me encamino a la zona de reunión. Desde allí, desde el puente vemos como Edu lanza a las cebadas que se observan en el rio. Allí sigue empeñado hasta la caída del sol.

Al final hemos conseguido una buena cifra de capturas y, la tarde mejoro la jornada de pesca.

Está claro que aquí en fin de semana no debemos venir porque vienen muchos pescadores.

LasmoscasdePaco.