Corren
vientos extraños, lo he comentado y lo he reiterado.
No parece
sino que tras emplear una formula pitagórica asacada de mentes
"iluminadas" se ha encontrado la solución para nuestros ríos y
truchas.
La resolución
salomónica es vetar la pesca a los pescadores que menos daño hacen en los ríos.
Pero me da a
mí que tal receta y medicamento no va a aliviar ni un ápice los males de
nuestros ríos, de nuestras truchas y de nuestra pesca.
En ésta
entrada os propongo que vosotros mismos saquéis conclusiones y a tal fin os
muestro un par de videos, uno de cómo fue la pesca en la Sierra Norte en el año
2017 (año de pertinaz sequia) y el otro en el 2018 (abundante en lluvias).
El pescador
consecuente, conservacionista o como poco "lógico" asumió en el año
2017 que a las truchas no se las debería acosar con tal escaso caudal y de motu
propio antes de finalizar el mes de mayo decidió no volver a pescar dichos
lares y dejar tranquilas a las truchas que demasiado tenían con sobrevivir en
tan duras condiciones (recordar que la Orden de Vedas permitió la pesca hasta
finales de julio).
El envés de
la moneda sucedió el año 2018, con buenos caudales que nos permitió disfrutar
la pesca de bellas Xanas del rio hasta prácticamente finales de temporada.
Esto
demuestra que el pescador conservacionista sabe y asume cuándo cómo y dónde se
debe pescar y no por haber estudiado carreras y licenciaturas o juntarse en
barras de bar con gestores poco aptos, sino en la lógica cordura que procura el
acudir a pescar los ríos durante años y ver in situ lo que en ellos ocurre.
Esto
provocaría criticas infames y debates corrosivos si no fuera por las pruebas de
videos y fotos que os expongo a todos vosotros, pescadores fetén que podéis
comparar y sacar vuestras propias conclusiones y no caer en "cantos de
sirenas".
Asumimos que
no tenemos ni voz ni voto y no nos queda sino doblegarnos ante Ordenamientos
caprichosos e ilógicos, pero al menos que no nos tomen por tontos.
Lo que es,
es.
LasmoscasdePaco.
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