No soy
pescador asiduo de barbos es cierto y a partir de ésta premisa no puedo dar
tesis doctorales de pesca a mosca de barbos.
Comparto
charlas con quienes sí lo son, para mí de admirar estos mosqueros barberos que
en los meses abrasadores de julio o agosto buscan sigilosos a los barbos por
las orillas asoladas de los pantanos sin una sombra que echarse por montera.
Hace pocas
fechas disfrute de una jornada de pesca de barbos, las opiniones que comentare
se basaran en ella, es por tanto poco bagaje para sentar cátedra sobre esta
pesca, tan solo expresar lo intuido en dicha jornada.
Pesqué un pantano
de orillas de playas someras cómodo de transitar donde esperaba sigiloso en los
puntales de las playas el paso de los barbos.
También en
ocasiones los buscaba en algún tramo de rocas someras sumergidas donde los
barbos se acercaban a chupetear las rocas comiendo ovas e insectos pegados a
las rocas.
En la
segunda ocasión, la pesca sobre rocas someras, la pesca tornaba dificultosa ya
que los barbos ninfeaban y comían sobre las piedras aflorando del agua sus
aletas caudales.
Pese a ello colocaba
mi mosca en sus proximidades a la espera de que algún barbo por un quizás
observara ese bicho sobre la superficie y lo abocara.
En la
primera ocasión, la pesca sobre puntales de playas la cuestión se basaba sobre
esperar que los barbos se aproximaran a distancia de lance, barbos paseantes
que surcaban el agua cual delfines en el mar, a veces solitarios y otras en
grupos de tres o cuatro.
Colocar la
mosca en su trayectoria y esperar que alguno de ellos tomara la imitación
ofrecida.
La imitación
empleada fue única durante toda la jornada, imitación de hormiga de alas o de
abejorro o moscón.
Una hormiga
hermosa montada sobre un anzuelo del numero catorce confeccionada con materiales
muy flotantes y un notorio indicador de picada.
He de
reconocer que adaptarme a la picada de los barbos tras venir de la pesca de truchas
me costo la perdida de varias capturas al clavar demasiado rápido o al tratar
de sujetar al pez nada mas clavarlo.
No, la técnica
difiere y ante la picada de los bigotones debemos ser pausados.
Observar
como el barbo toma el engaño y esperar a que se sumerja con la mosca en la
boca, es tras ello cuando debemos dar un clavado firme pero nunca brusco.
Tras la
clavada el barbo inicia una veloz carrera y he aquí donde la cosa difiere mucho
de la pesca de la trucha.
En vez de
frenar la captura debemos darle carrete que previamente hemos ajustado el freno
para que pueda salir línea e incluso backing pero con tensión, dejar que el pez
se aleje antes de empezar a dominarle e irle aproximando hacia nosotros .
Aprender
esto me costo la perdida de tres o cuatro peces, luego tras la primera captura
conseguida la cosa fue miel sobre hojuelas.
La primera
carrera de un barbo clavado provoca
grandes sensaciones, observar como la línea sale del carrete, como le sigue el
backing y tener la sensación de que el barbo va a cruzar el pantano antes de
conseguir frenarlo, mas al fin la carrera aminora y empezamos a rebobinar
notando la fuerza en contra de un pez de tamaño y poderoso.
A la primera
carrera le siguen acaso un par o tres más, tras ello no es que el pez se venza
pero si su oposición aminora mucho y torna más por el tamaño y el peso que por
fuerza bruta.
Aun puede
oponer otra carrera al sentire orillado, tras ello tenemos muy ganada la
batalla y es más que probable que el barbo llegue a nuestras manos.
No es cuestión
de comparar peces, somos pescadores y por tanto disfrutamos de la pesca a mosca
y de las capturas conseguidas y no hay mejor o peor, sencillamente son cosas
diferentes.
No quiero dejar
de comentar algo que si es notorio y es la diferencia del equipamiento de
pesca.
Deshacerte
de embutirte en vader y botas, de no portar chaleco pesado, sacadera y un buen montón
de aperos para transitar las orillas liviano portando tan solo una pequeña
riñonera es algo reseñable.
Por contra
la diferencia de utilizar un equipo liviano de caña ligera, yo suelo pescar con
una delgada caña de 8,5 pies línea 3, para hacerlo con una vara larga y pesada
de 10 pies línea 7 es notorio y desde luego hay que agradecer que en esta pesca
los lances a realizar son mucho menores, pues tras realizar una docena seguida
de lances, mano y brazo se resiente o al menos en mi persona poco habituado a
estos equipos.
Al postrer,
ya disminuyendo la luz en el atardecer, tomando un bocadillo y un refresco
contemplando las aguas calmadas del pantano la sensación es grata y
satisfactoria y, yo que soy pescador de sensaciones lo valoro mucho.
Esperemos
repetir jornadas de pesca ante estos hermosos bigotudos antes de que lleguen
los fríos invernales acompañado de compañeros de cuadrilla con los que compartir
charlas, risas, pesca y vivencias.
LasmoscasdePaco
Bonito relato, bonitas moscas y preciosa pesca!!! saludos!!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario Chema. Saludos
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