Hay algo invariable en cada comienzo de temporada pese a
que ya son muchas las que acumula éste viejo aprendiz de mosquero no es otra que
nervios e inquietud.
La noche vespertina, turbamulta de recuerdos, sensaciones
y esperanzas es un imposible dormir plácido.
La cabeza alocada
del viejo mosquero gira torbellino mezcla de la realidad vivida y del incierto
futuro que siempre esperamos ilusionante.
Compañeros que lo fueron y ya no lo son por mor de mil
motivos pero que todos dejan huella para bien o para mal, de todos tome su mano
asidero para atravesar paso dificultoso, y como prefiero quedarme con lo grato
y apartar la contra, de todos guardo un recuerdo reconfortante.
Vivencias de un otrora que se aúnan con un mañana
ilusionante.
Llego las claritas del alba y con ello caminito de
tierras Salmantinas donde nunca había pescado, éste hecho provocaba mayor inquietud
por lo asaz leído y escuchado.
Frio, mucho frio, tanto de un agua del Tormes helado como
de una climatología cayendo copos de nieve intermitentemente, -Quién dijo
miedo-
-Ojo, Paco, que allí hay truchas de muy buen porte y que
saben latín-
-Pon mosquitas muy pequeñas y el bajo de línea aun más
fino, yo no paso de un 0.10-
-Allí con la seca no se hace nada, cambia hábitos y
utiliza una ninfa o mejor perdigón-
Con dichas prebendas y con la precaución pertinente al
ingresar en aguas no conocidas me introduje osado en ancho cauce en una hermosa tabla de aguas calmas (luego más
tarde me comentaron que dicho tramo toma el apodo de "M-30") .
Aguas calmas, pardas por el reflejo de un cielo aplomado
y nevoso con una absoluta inactividad de las buscadas pintonas.
Un par de docenas de lances al albur, acá y allá para
soltar brazo, para estirar línea, para ver de nuevo como mi mosca seca posa
sobre las aguas.
Tras diez minutos de desemperezo asumir que pescar de
aquesta guisa un lugar desconocido buscando la picada supera el buscar una
aguja entre la arena de un desierto.
Seguro que el zagal mosquero hubiera pateado tramos y mas
tramos de rio empero uno que ya peina canas se determina en la esperanza de que
ocurra un momento donde una osada princesa pintona dé la cara sobre las aguas y
nos deje tentarla con algo del menú que portamos en la caja de moscas.
Y lo esperado ocurrió, fue acaso una hora donde unas efémeras
sencillas de determinar (B.Rhodani) comenzaron a eclosionar en aguas calmas,
acaso un "plin" mínima burbujita de agua y la grácil mosquita
afloraba sobre el agua.
Al compas de la eclosión y cual palmas que acompañan el
tocar de una guitarra suceden cebadas donde apenas cinco minutos antes había
tabla de aguas inerte.
Cebas por doquier, onerosas, de truchas glotonas... y de
buen porte a mas decir que rodean al mosquero e incluso le hacen escoger.
No tuve dudas en la imitación a emplear y atar al bajo de
línea. Una imitación de emergente de Rhodani montada en anzuelo tipo jig del
número 16 que tan bien me funciona, saltándome todas la premisas y consejos de
utilizar mosca diminuta.
Debería haberme saltado también los consejos de utilizar
tippet fino y haber empleado apero de cosecha propia, sucedió que no fue así y
las dos primeras tomadas de buenas truchas partieron el nylon del 0.14 sin
ninguna dificultad, mismo resultado con el nylon del 16, aunque en esta ocasión
conseguía hacerlas dar un par de saltos por encima de las aguas, mas a la postre
rotura de bajo y trucha escapada.
Al fin torné a la costumbre y puse bajo del 0.18 cuando
ya las eclosiones disminuían drásticamente y las cebadas al unísono.
Con todo y con eso, tiritando el cuerpo del frio y castañeteándome
los dientes espere una cebada próxima.
Sucedió y una trucha a tiro de lance comenzó a cebarse
con insistencia ante las moscas que se
desplazaban en su territorio.
Lance lateral y como un metro aguas abajo que posa la
mosca en lugar y momento oportuno y que provoca que la trucha tome franca el
engaño ofrecido.
Clavada con seguridad, salto de la trucha y recoger línea manteniendo tensión en todo momento.
Ahora sí, ahora el nylon del 0.18 aguanta el empuje y tenaz
lucha que ofrece maese pintona que poco a poco aproximo con la precaución de no
dejarla sumergirse mucho y que se enrede entre las ovas que tapizan el lecho
del rio.
A la postre la trucha se acuna entre la sombría red de mi
sacadora habiendo sido doblegada en su batallar.
Una trucha de tamaño contenido (quien sabe albur si
hubiera sido de mayor talla) que con manos temblonas por mor del frio aunado
por el placer de su captura, devuelvo a las aguas del rio Tormes Salmantino.
Una delicia. Grata sensación de haber logrado captura en
un lugar desconocido hasta entonces por mí, con pequeño pesar ante la casi
certeza de que si desde inicio hubiera pescado con nylon de mayor resistencia
hubiera conseguido adjuntar compañeras a la captura realizada.
No da para mucho más la jornada de pesca, las eclosiones
de Bétidos se espacian mucho en tiempo y las cebadas desaparecieron hace rato,
además el frio en mi cuerpo ya es insoportable y ante la acuciante necesidad de
salir del rio para hacer aguas menores me hace determinar dar por finalizada la
pesca y encaminarme al automóvil donde trocar ropas, desprenderme de las húmedas
y reconformarme con otras secas y cálidas.
Me reúno con los compañeros de jornada de pesca y prestos
dejamos el rio para acudir a la cita programada en el restaurante del pueblo próximo
donde dar buena cuenta de un apetitoso cocido que tomamos con fruición mientras
observamos por el ventanal como desde la Covatilla se acerca rauda la tormenta
que al final nos envuelve y regala una nevada que, a más decir, a través de los
cristales y tomando una sopa bien caliente se ve con placer.
Poco más para ésta prima jornada de pesca, compartir con
los compañeros de cuadrilla, descubrir una zona nueva, volver a posar moscas
por el rio y a la postre el obsequio de una única captura que me supo a gloria
bendita.
Esperemos ansiosos nuevas jornadas de pesca donde a ser
posible nos acompañe una mejor climatología.
Espero poder relatároslas.
LasmoscasdePaco.
Great read! Thanks for taking me along. Good water and good friends are where memories are made.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Ralph Long, saludos
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