De Ríos y de Truchas. Y de Pesca a Mosca. Y de amigos mosqueros.

Aquí se plasmarán todas esas ideas, sensaciones y vivencias de un pescador a mosca y de su grupo de compañeros.

Su finalidad es tratar de inculcar que la pesca a mosca puede llegar a ser una forma de vida.

Páginas

Competición NO..... Gracias.

miércoles, 5 de febrero de 2014

HACIENDO “EL RELOJ”…


          En las fechas que nos encontramos, con la temporada de pesca en plena veda a algunos no nos queda otra sino pescar entre los recuerdos y extraer de ellos anécdotas o vivencias que el devenir del tiempo ha deparado.
 
Ocurre que la memoria es traicionera y tiende a aminorar los malos ratos y ensalzar los buenos, con lo que paliamos fatiguitas y encumbramos alegrías.
 
Por ello y recordando una anécdota vivida hace ya algunos años llame a mi amigo y protagonista de la historia para que me relatara lo ocurrido y refrescara mi memoria.
 
A la postre no se si he conseguido aproximarme a la realidad o duplicar el ensalzamiento de lo bueno. Sea como fuere paso a relatar lo ocurrido…

 
clip_image002


Mediaba un mes de abril lluvioso y acepte la invitación de Jesús ”Calambres” para acompañarle junto a Pepe “el Pelirrojo” a pescar un nuevo tramo del rio Tajo que yo no conocía. 
 
Imposible negarme por varios motivos, el primero es que acompañar a uno de mis maestros de pesca siempre es un placer, además conocer a un nuevo mosquero avalado por Jesús es marchamo de buen mosquero y el tercero y no menos importante el conocer un nuevo tramo del rio Tajo que siempre es sinónimo de aventura. 
 
El rio bajaba bastante alto sin llegar a impescable con aguas tomadas, tenía ese punto turbio azul blanquecino característico que posibilita que las truchas se ceben y nos dejen aproximarnos a ellas.

 
clip_image004


Unas aguas que continuamente “empujan” al pescador, que vuelve dificultoso y agotador el vadeo, ítem más si cabe pescando en las más de la ocasiones con el agua por la cintura.
 
Lo anterior propiciaba tener que saltarnos tramo de rio sin pescar, la merma de fuerzas de Jesús por una lesión de espalda y el no conocer el tramo el resto así lo aconsejaban, pues meterte en aguas furiosas y profundas sin ver donde pisas y sin conocerlas es una auténtica temeridad.
 
Llovía, llovía desde el mismo punto en que salimos de la cuidad, en el rio seguía lloviendo, a ratos intensamente y otros espaciadamente con lo que el chubasquero era imprescindible.

 
clip_image006


Combinamos dos técnicas de pesca, al acecho y a la espera. O lo que es lo mismo ir avanzando por el rio observando minuciosamente en busca de la delación de la trucha, bien por una cebada, bien por verla apostada, o esperar en un determinado lugar querencioso a descubrir la figura de la pintona. 

En ambos casos con muy pocos resultados, pues ni se pusieron las truchas a las que acechar y además pescando a la espera los resultados también fueron infructuosos
.
Llevábamos un buen rato pescando con no demasiada fortuna, a decir verdad creo que yo había tenido una subida a mi mosca y no la había conseguido llevar a buen puerto. Pepe “El Pelirrojo” había conseguido una captura y Jesús “Calambres” también otra.
 
Habíamos llegado a un tramo de rio ancho, de aguas rizadas con profundidad y algún obstáculo en forma de piedras y ramas que no llegaban a aflorar a la superficie.
 
Jesús hacía de avanzada, tras el Pepe y yo bastante retrasado tratando de realizar fotografías y videos de mis compañeros en acción de pesca.
 
En un momento Jesús se para y observa detenidamente las aguas, cosa que hace que nosotros le imitemos
 
-Aquí tenemos varias truchas cebándose- comenta Pepe.

 
clip_image008


Jesús observaba las cebadas sin decidirse a lanzar a una u otra. 

Yo sin verle la cara apreciaba que ocurría algo raro, algo que le impedía la decisión de lanzar a las cebadas.
 
Lanza sobre el punto donde observa la última cebada, pero su mosca cruza el tramo sin ser atacada. 

Repite el lance tras una nueva cebada con los mismos resultados infructuosos y aun una tercera y cuarta vez.
 
Al pronto y sin hablar nos hizo gestos para que nos aproximáramos despacio al lugar donde se encontraba.
 
Nos indicó que miráramos el lugar donde ocurrían las cebas.
 
Tras un buen rato de observar me decidí a hablar.
 
-Se ceban regularmente en puntos diferentes-
 
Y al fin Jesús comento…
 
-No, Paco. Es una única trucha que se mueve en círculo y realiza tomadas en determinados lugares, observa con detenimiento-

 
clip_image010


Y fue así como comprobamos que las cebas eran de una única trucha que giraba sin estar quieta en un lugar y se cebaba en cuatro puntos, formando la figura de un “reloj” y tomando en las horas punta, cuartos y media.
 
Una trucha muy puñetera que durante un buen rato nos hizo pensar que al menos había tres o cuatro truchas tomando.
 
Sinceramente nunca había visto tal comportamiento en una trucha, era algo sistemático, giraba subiendo y bajando en un círculo de unos diez metros de diámetro tomando en cuatro puntos concretos.
 
Al fin Jesús se decidió a lanzar, no donde se cebó la trucha por última vez, sino al lugar donde pensaba se apostaría de nuevo, la vio cebarse al frente en el punto más alejado (a las doce en punto), espero varios segundos que parecieron eternos y tras esto lanzo sobre un punto a la derecha, lo que seria los “y cuarto”.

 
clip_image012


La trucha tomo franca la mosca seca ofrecida y el clavado de la misma no lo fue menos.
 
Jesús fue acercando la trucha a nuestra posición pese a la resistencia de la misma, la podíamos ver perfectamente cuando se acercaba a la superficie de las aguas, pasaba con creces los cuarenta centímetros, incluso puede que los cuarenta y cinco.
 
La trucha ya estaba a distancia de asirla y, fue en el momento en que Jesús con la zoca echo mano a la sacadera que portaba a la espalda cuando pego un brusco arreon, un tironeo girando la cabeza a un lado y a otro y con ello consiguió zafarse del anzuelo aprehensor y liberarse de ser enmallada.
 
-¡¡ Joder. Se escapó!!- Comento Pepe.
 
Todos nos quedamos inmóviles, fija la vista en el lugar último donde observamos la esquiva trucha.

 
clip_image014


Tras un rato empezaron los comentarios del lance sucedido. 

De aquella trucha que se cebaba haciendo “el reloj” y sobre lo que no teníamos argumentos para razonar porqué tomaba de aquella manera.
 
La jornada de pesca prosiguió más o menos por los mismos derroteros, chaparrones de agua, mucho frio y más bien pocas capturas.
 
Testigo fui de como Jesús no clavo una nueva trucha, en esta ocasión una trucha de mayor porte y sobre lo que conseguí realizar un corto video.
 



Me marche rio arriba y en un momento que gire la cabeza buscando a mis compañeros vi como Pepe se afanaba en la tarea de meter en la sacadera una trucha.
 
Por mi parte me queda en el recuerdo de aquella jornada la observación de una trucha pegada a los juncos y de cómo lance mi mosca y conseguí que la trucha se separara de los juncos, persiguiera mi mosca más de dos metros aguas abajo y al fin despreciarla.
 
Pero los mayores recuerdos de la jornada quedaron en el comportamiento extraño de la trucha que tomaba haciendo el reloj, algo que nunca he vuelto a observar.

La emoción de descubrir la jugada particular que tiene una trucha de ésas, independientemente de si la clavas o no ya es experiencia suficiente para colmar de placer a mosquero avezado.

 
clip_image016


El encuentro con esa trucha caprichosa, aparte la compañía de dos mosqueros entrañables fue lo mejor de la jornada… que podría haber sido redonda si la otra trucha de Jesús, la del video no se hubiera soltado.


 
                       LasmoscasdePaco.

3 comentarios:

  1. Buenas!!

    Yo esto lo he visto más de una vez en unos cuantos pozos concretos. Recuerdo un par de pozos del medio-alto Nalón y en algún otro río menos importante que tenía cerca del pueblo y bastante controlado.

    Cuando yo he visto truchas comportarse así siempre ha sido más o menos en circunstancias parecidas. Trucha más bien grande "atrincherada" en un pozo que aprovecha su recorrido por el pozo para espantar posibles competidoras y alimentarse al mismo tiempo, repitiendo el recorrido hasta que finalmente se pone a salvo en un refugio.

    De hecho me acuerdo que en el coto de Laviana en el Nalón, estando con un amigo, en un parado que había en la parte central nos cansamos un día de estar viendo una trucha de unos 50-60 cm dar vueltas en el mismo sentido haciendo el mismo recorrido, aunque esta no se cebaba arriba porque lo que iba capturando eran "piscardos" en las mismas zonas y en cada una de sus pasadas.

    Saludos!

    ResponderEliminar
  2. Pues yo también coincido en que es algo desconcertante pues al inicio se piensa en dos o tres peces comiendo, y al final resulta uno sólo en recorrido, con el que se ha de ajustar su cadencia con la posición en la que colocar la mosca.

    Otro caso similar es la trucha o los reos paseantes de orilla, que recorren un tramo rio arriba lentamente a escasos cm del borde comiendo ninfas u secas durante varios metros para bajar hasta a la posición de inicio de nuevo pero algo más rápido y a un metro y medio u dos del borde. Y así repiten esta cadencia en forma de elipse durante horas.

    Saludos

    ResponderEliminar
  3. Hola Paco, ahora que ya la conocemos, tendremos que volver a ver si esta vez no se nos escapa.

    Saludos cordiales
    Pepe

    ResponderEliminar