De Ríos y de Truchas. Y de Pesca a Mosca. Y de amigos mosqueros.

Aquí se plasmarán todas esas ideas, sensaciones y vivencias de un pescador a mosca y de su grupo de compañeros.

Su finalidad es tratar de inculcar que la pesca a mosca puede llegar a ser una forma de vida.

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miércoles, 11 de diciembre de 2013

EL VADO DE LA RISA….

          Muchos de nosotros terminamos poniendo nombres a determinados enclaves de los ríos que frecuentamos, nombres por lo general que asociamos a alguna anécdota que hemos sufrido en dicho lugar.

 
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Normalmente lo determinamos por alguna captura conseguida, por la observación de algún animal, planta o conformación geológica, etc.
 
El lugar protagonista es un vado del rio, vado obligado si no queremos trasegar monte arriba por una trocha dura e infernal hace años y en el presente desaparecida a tramos. 

 
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Con aguas moderadas es duro cruzar por dicho vado, pues el fondo son pulidas losas de pizarras resbalosas y enormes bolos de piedra pulida que obligan a utilizar el bastón de vadeo y asegurar muy mucho los pasos si no queremos ser protagonistas de un resbalón con remojadura incluida.
 
Con aguas recias la cosa se complica muchísimo más si cabe, tienes que hacer acopio de toda tu osadía para poder vadear e, incluso con todo y con ello a veces el vadeo resulta imposible.

 
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Comencé a llamarle “El vado de la risa” porque cuando acudo con algún compañero, el verle vadear dicho tramo, con resbalones, brazoteos, aspavientos, chapuzones, si la cosa no es seria y no pasa de remojadura, provoca carcajadas y risas espontaneas.
 
Incluso cuando uno en propia persona cruza las aguas por dicholugar no deja de sonreír o reírse a las claras en los variados momentos de apuros que se sufre.

 
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El tener una pierna asegurada, tratar de avanzar con la contraria e ir resbalándote por la lisa pizarra sin poder evitarlo, quedando totalmente despatarrado y con las aguas por encima de la rodilla provoca hilaridad a la par que susto.
 
La cosa torna igualmente humorística cuando la corriente es fuerte y hay que vadear con el compañero de la mano. 

Cuando tú has avanzado a posición segura y ofreces la mano a tu compañero que tiene que solventar el paso peligroso, no puedes sino a la par de ofrecer la mano echarte una risa.
 
-Hala, majete, ven para acá-

 
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El momento culmen es cuando tu compañero ya ha vadeado y está pescando en la orilla contraria.

Tú afrontas las corrientes del vado y notas como tus pies se deslizan por la pizarra, no consigues sujeción alguna y al fin la fuerza de la corriente te obliga a realizar un giro y ponerte de culo a la corriente. 

Es lo peor. Definitivamente ya no hay solución, terminas cayéndote a las aguas.

 
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Tu compañero que ha escuchado el estruendo y chapoteo gira la cabeza y te ve en medio de la corriente metido en las aguas hasta las orejas con cara de apuro. 

Al final consigues salir del trance, llegar a la orilla y tratar de poner alguna excusa que, como no puede ser de otra manera, provoca carcajadas e hilaridad en tu compañero.

 
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A todos nos ha ocurrido.
 
Pues precisamente por esto le pusimos a éste enclave “El Vado de la Risa”.

 
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               LasmoscasdePaco.

2 comentarios:

  1. Beautiful flies and beautiful rivers Paco. I hope you have a Merry Christmas and a Happy New Year!

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  2. Bueno, el lugar es el mismo que así fue bautizado hace más de 4 décadas, pero el motivo no es el que narras. Cuento mi versión del caso:
    Pescábamos tres compañeros el Hoceseca y al llegar a ese tramo cedimos la preferencia a un andaluz muy popular, Rafael Juan. Era bastante novato pero su pasión le llevó a viajar muchos kilómetros desde su ciudad, Córdoba. Lanzó con buena suerte y le subió una truchita decente; su entusiasmo no es para describirlo.
    Acto seguido le tocó el turno a otro de los compañeros que no puedo precisar si era el Profe u otro. Lanzó sobre el mismo punto y el premio no se hizo esperar. Finalmente me tocó a mi; también fui premiado. Y así seguimos en el mismo punto sin movernos lo más mínimo: trucha uno, trucha otro. Rafael estaba asombrado de la abundancia y bravura de las truchas de aquellas aguas; creo que pasaron de las 15 o 16 truchas. Ya cansados de pescar, salimos por la parte posterior, la que está en el camino de los Nacederos. Como buen andaluz, Rafael no dejaba de hacer chistes y comentarios al tramo. En el paroxismo de la admiración, cuando bajábamos de nuevo junto a esa tabla correntosa después de llegar al final del río, el bueno del "Califa" quiso probar una vez más la suerte en ella. Y salieron aun más truchas. Fue entonces cuando el Califa Solitario le bautizó como la Tabla de la Risa.
    Y como imagino que Paco Pepe está deseando contar otra historia que a los dos nos sucedió en ese punto, le invito a que lo haga en esta amena página mosquera.
    Un abrazo a todas y todos, bambú.

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