-- EL TRICO AHOGADO TAMBIÉN PESCA –

          Disfrutaba de un día de pesca por el Alto Tajo en compañía de un buen mosquero, a mas decir de un buen pescador de seca y “Tajo-adicto” hasta las trancas. Por ello el disfrute duplicaba intensidad, jornadas de pesca donde aprender mucho de lo que enseña el compañero y tratar de poner en práctica las mañas manejadas y las artes aprendidas.



El rio, el rio padre, se mostraba amable, con un caudal justo para andar casi todo el día alerta, con las aguas por encima de la cintura.

El rio, el rio padre, se mostraba amable, con una aceptable eclosión de insectos varios, abundando esa locura de efemerelidos de colores varios que tan de cabeza traen al mosquero. También tricos revoloteando y golpeteando las aguas.

El rio, el rio padre, se mostraba amable, y acá o allá advertías cebas de truchas comiendo la profusión de insectos pululantes. Cebas disimuladas en aguas corrientes, cebas insinuantes pegadas a orillas flanqueadas de juncos, acaso cebas groseras en aguas lentas.

El rio, el rio padre, se mostraba amable, y tanto Jesús como quien relata conseguían una cifra abultada de capturas de preciosas pintonas.



No, no es normal que el rio padre muestre su cara amable, quienes lo frecuentamos sabemos de los hándicap que el rio padre muestra y, es lo que precisamente aquilata el valor de sus capturas. Por ello una jornada amable es para disfrutarla plácidamente, sin forzar situaciones, tomando a pequeños sorbos las delicias que el rio padre ofrece.

Tal era el caso que nos atañe, habíamos pescado una tabla de aguas corrientes donde disfrutamos de más de media docena de capturas cada uno.

 Al punto habíamos llegado al comienzo de la tabla, un largo chorro de aguas bravas que mordían y socavaban la orilla derecha y se explayaban por la izquierda en aguas remansadas con remolino incluido.



Mi compañero pescaba con una imitación de Efémera y yo, por variar, con un trico con tejadillo en pluma de León. A fuer de ser sinceros él me aventajaba en capturas, pero no lo imputaba a la diferencia de mosca, sino a calidad de pescador, además la cifra de mis capturas no era escasa.



La suerte del rio, al ir yo pescando la zona izquierda me ofreció pescar el chorro de aguas y mi compañero, pegándose a mí observaba, alentaba y corregía mi quehacer.
Lo cierto es que no conseguía que mi mosca derivara por todo el chorro y, más o menos a mitad del mismo la línea arrastraba la mosca y la metía en el remolino del remanso donde se sumergía.

Ya llevaba media docena de lances con el mismo resultado y pensando estaba en cambiar de posición para evitar el dragado y que la mosca consiguiera bajar el chorro por completo.

De nuevo la mosca se metió en el remolino y se sumergió.

-Paco, ten la línea tensa y deja allí el trico, que el trico ahogado pesca-

Ante la indicación de mi compañero seguí dejando ahogarse el trico hasta que la línea lo arrastro la orilla.

-Un nuevo lance y cambio de lugar-

Lanzo al chorro, la mosca navega por aguas bravas y a medio chorro la línea introduce la mosca en el remolino orillado donde se ahoga.

Mantengo la línea tensa fijando mi atención en la zona por donde imagino navega el trico ahogado.



Súbitamente veo una sombra oscura que cruza rauda el remolino y noto un tirón en la línea, en la caña, que la hace arquearse y vibrar.

-Clava, clava Paco que es una buena trucha-

Lo cierto es que no hace falta, el tirón de la trucha ha sido tan brusco que ella sola se ha clavado la mosca. Mas dudas me embargan en si el bajo del 0.14 será capaz de sujetar la hermosa trucha, desde luego si la trucha consigue lanzarse al chorro veo difícil la captura.



Afortunadamente la trucha lucha en la zona del remolino de aguas durante un buen rato y cuando intenta la huida por el chorro yo domino bastante la situación, me encuentro en la orilla y ésta está despejada con lo que me desplazo aguas abajo dominando en gran medida la situación.

Cuando la trucha llega al final del chorro yo la obligo a acercarse a mi orilla y, siempre con tensión y con dudas sobre el bajo consigo atraerla a mis cercanías.

Mi compañero espectador activo en la lid me ha seguido, se acerca a la trucha semi vencida y con buena maña consigue meterla en la sacadera al primer intento.



Una preciosa Fario Tajeña que me colma de satisfacción y felicidad.

-Ves, Paco. Ves como el trico ahogado pesca.-

-Si, Jesús. Una lección que nunca se me olvidara-.


                     LasmoscasdePaco.