De Ríos y de Truchas. Y de Pesca a Mosca. Y de amigos mosqueros.

Aquí se plasmarán todas esas ideas, sensaciones y vivencias de un pescador a mosca y de su grupo de compañeros.

Su finalidad es tratar de inculcar que la pesca a mosca puede llegar a ser una forma de vida.

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domingo, 25 de septiembre de 2011

¡¡ POR FIN EL TAJO ME LO DIO !! ...

          Durante estos últimos tres años he pescado el Alto Tajo en variadas ocasiones, es más que probable que al menos una docena de veces por temporada rasando por lo bajo.

He disfrutado de jornadas de todo tipo, en soledad, con un compañero, con varios, días de mucho viento, de lluvia, tórridos de calor, zonas accesibles de llegar, otras inhóspitas, caídas, chapuzones y una cantidad enorme de anécdotas muchas de las cuales he relatado en éste mismo blog con mayor o menor maña.

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Siempre vuelvo contento del rio Tajo, porque las sensaciones que me embargan cuando en él pesco son suficientes como para colmar mis esperanzas.

-Ya, Paco. El mismo runrún de siempre, pero cuando has pillado una buena cantidad de truchas vienes que lo flipas-

-Pues si, como todo el mundo, lo uno no es excluyente de lo otro-

-Huy, como empieza este relato. Me da a mí que esquivas la noticia-

-No te preocupes, sigue por aquí que todo llegara.-

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Estuve disfrutando de un grato día de pesca en compañía de mi amigo Humberto, en un día soleado de mucho calor y con un rio Tajo de muy poco caudal.

El entorno de por sí ya merece la visita y es que, como comentaba Humberto,

-Paco, es que en este lugar tienes la sensación de que aquí aun no pesco nadie, que estamos descubriendo un paraíso de la pesca a mosca-

Esto nos animaba a pescar con entusiasmo tablas de aguas rizadas, chorros y corrientes con la sensación de que en cualquier momento podríamos clavar una trucha de gran tamaño.

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Mas la captura no llegaba y ante la demora Humberto opta por el tándem de seca ninfa, por aquello de si la trucha por lo que fuera no quiere subir. Y vuelve a cambiar por la ninfa ninfa a ver si con una bien pesada la paso pegadita al fondo.

Yo contagiado por los trueques realizo mis experimentos y voy cambiando patrones de moscas secas y estilos y modelos, así a una marroncita clásica con alitas en punta de pluma le sigue un olivita en paracaídas, una emergente con exuvia, la auxiliadora Royal, la emergente de trico, el trico de ciervo.

A la vez del cambio de patrones de moscas, cambiamos escenarios, el chorro fuerte, la tabla serena, las solapas socavadas, la orilla con carrizos, pozas profundas, raseras vadeos con agua a las pantorrillas o a la misma pechera.

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Tras ello, a las 19 horas encuentro a Humberto acuclillado en medio de rio en una zona de aguas escasas, derrotado y derrumbado.

-Paco, Vámonos al coche a comer algo y reponer fuerzas-


-Pues venga, vamos-

Mesa y silla de camping desplegadas en la orilla de rio. Mientras damos buena cuenta de la tortilla patatera y los filetes empanados nuestras miradas se dirigen a la tabla de aguas, en espera de descubrir la cebada de la trucha, mas es en vano.

Después de la comida y ante el panorama asolador y más de lo mismo de todo el día decidimos recoger y dar por terminada la jornada de pesca.

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-Jeje, o sea, que te apuntaste un rotundo BOLONCIO-


-Pues sí señor, no me comí un Saci. Me vine para casa con un hermosísimo Bolo-

Lo cierto es que la captura de media docena de alevines de trucha tamaño boquerón no cuenta, y la jornada termina con un monumental BOLO.

Que no quiere decir nada en general, que ni me anima ni me desanima ni, por supuesto, desmerece el buen día de pesca.

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Aunque bien cierto es que a nadie le apetece pasarse siete horas seguidas vareando el rio y no ver ni una pintona. Más aun, no haber tenido picadas falladas, rechaces o atisbar fugazmente la rápida huida de la trucha espantada. Tuvimos un día de esos de absoluto cerrojazo que nos hacen poner en duda hasta si sabemos algo de esto de buscar truchas mojando moscas.

Más serio me parece que el BOLO en el rio Tajo era una noticia anunciada. Que esta temporada me estaba costando muchísimo conseguir escasas capturas y, lo más preocupante que a los compañeros que por allí acudían les sucedía algo parecido en líneas generales. Por lo que, el BOLO tenía que caer antes o después, pero, que tras más de tres temporadas seguidas no haber sufrido ninguno tenga que cargar a cuestas con el primero y encima del rio Tajo es una espinita que se clava profunda y que, ahora ya en casa pergeñando estos renglones quiero sacármela cuanto antes con una nueva vuelta a las aguas de mi querido rio Tajo en espera de llevarme a las manos una de sus preciosas truchas.

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-Si señor, me comí el BOLO.-


          LasmoscasdePaco.

1 comentario:

  1. I envy your many beautiful rivers and the adventures you go on. Thanks Paco!

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