PINOS Y HELECHOS… RIOS Y TRUCHAS…

          Cambio de zona de pesca, en busca de ríos con caudales algo más moderados. Alta montaña, allá donde pinos y helechos es marabunta y el rio cantarín discurre por una Nava Fría.
  


Además el agradable encuentro con un buen mosquero y mejor persona, Nacho que, amablemente se ofrece de cicerone del grupo ubicandonos acá y allá en unos parajes maravillosos.



Rio de tamaño contenido, con mucha pendiente que salta y brinca por los prados entre altas cucañas pinarescas y tupidos helechales que invitan a la contemplación, a dejar volar la imaginación y evadirte del presente, de las preocupaciones y de las fatiguitas.
El rio baja alto (y cuando no) pero muy pescable, tan pescable que no cabe duda del aparejo a montar, es tiempo de mosca seca, es tiempo de atar al bajo moscas de aguas rápidas, es “territorio Royal”.



Lances cómodos, de distancias moderadas, incluso cercanos, lances rápidos continuos, posando la mosca en tramos cortos, dos, tres metros lo mas para repetir una y otra vez el lance. Lances que en varias, en muchas ocasiones obtienen como resultado el ataque raudo de la trucha, truchas de tamaño contenido pero truchas bravas que no ceden un milímetro de línea sin oponer ardua resistencia.
Compagino el tiempo entre amenas charlas con Nacho, observando la acción de pesca de Javi y ratos de pesca en solitario aunándome con el rio.



Hay una intensa eclosión de insectos, varias familias donde sobresalen ritrogenas y pardones por el tamaño e intensidad. Ante tamaño menú las truchas están activas y no resulta demasiada dificultad el atraparlas. 

-Paco, con que moscarda estas pescando?-
-Es que estoy probando montajes-



Pesco con modelos de moscas que no utilizo habitualmente, versiones de Royal muy llamativas, Humpies poco ortodoxos, grandes Pardones aditados con puntos brillantes. Todos dan buenos resultados (bueno todos no, esa Royal con alas de organza rojo eléctrico no consiguió capturas) a la hora de conseguir atrapar pintonas.
Caras sonrientes a la hora de comer, muestra palpable de que todos hemos conseguido un buen numero de capturas y que estamos disfrutando de la jornada de pesca.
Por la tarde cambiamos las tornas, los que pescaron el tramo alto pescan en esta ocasión el bajo, y al revés.



Yo, que pesque el tramo alto, pesco el bajo y, hay tres cosas muy claras, cauce del rio mayor, también buena población de truchas y, truchas notoriamente de mayor tamaño.
Siguen sucediéndose las capturas, si me apuran con mayor intensidad que por la mañana.

-Que Paco, te gusta este sitio?-

-Demasiado fácil, fácil transitar por el rio, fácil lanzar y posar la mosca y fácil el conseguir capturas-

-Coño, Paco. Eres el primero que se queja por coger muchas truchas.

-Quizás porque para mí el pescar es algo más y más importante que capturar muchas truchas-

-Ya estamos-



Vamos terminando la jornada, ahítos de capturar truchas. Como colofón me planto en un vado del rio, allí sin dar apenas diez pasos ni descomponer la figura (que taurino ha quedado) consigo capturar una tras otra nueve truchas y alguna cebada más que no llego a buen puerto.



Una jornada divertida, donde la satisfacción de las muchas capturas se ve reflejada en los rostros de los compañeros que, en esta jornada y sin hueco a la duda ha sido lo mejor de todo. El compartir tan grata jornada de pesca con los compañeros habituales y especialmente disfrutar de la compañía de Nacho  y aprender in situ de su visión sobre la pesca, sobre el rio, sobre las truchas y sobre un entorno paradisiaco que hace terruño propio.



Todo esto contado con la placidez que te embarga en la noche tras el cansancio de una jornada de pesca y la satisfacción de incontables capturas.


LasmoscasdePaco.