La Perola Coloraaa

Cuantas veces comentamos los mosqueros la cantidad de cosas que portamos en una jornada de pesca. Cuantos instrumentos cargamos en esa “cueva de Alí Baba” que es el chaleco de pesca. Cuantas cosas llevamos en el maletero del automóvil, cosas que ya no descargamos en casa pues durante la temporada de pesca en una o varias ocasiones necesitaremos.

Aun recuerdo el asombro de un compañero mosquero cuando por primera ocasión compartiría con nosotros jornada de pesca.
-Paco, donde vamos que equipo tengo que llevar?-
-Lleva lo que quieras, eso sí que no se te olvide llevar una silla de camping.-

Y es que no hay nada más agradable como tras toda la mañana trajinando por el rio, a la hora de comer tener mesa y silla donde comer y tertuliar.
Pues entre los cacharros que llevo de pesca, tengo especial cariño a “La Perola Coloraa”.

Olla bombacha de las de antes, tan mellada en los bajos que ha tenido que ser restañada en varias ocasiones.
Si, si. Restañada en mis años mozos por aquel que en la calle tocaba su silbato y pregonaba
-Paragüero lañaooor. Se arreglan paraguas y restañan cacerolas.-
Y algunos que no conozcáis “La Perola Coloraa” me diréis
-Paco, y qué coño tiene que ver un perol con un blog de pesca a mosca.-
Que equivocados estáis, amigos míos.

“La Perola Coloraa” sabe de mil enclaves mosqueros, de muchos de esos “lugares secretos”. Sabe por charlas transcurridas a su alrededor, de montaje de moscas, de cañas y líneas, de posadas, de nudos y hasta de secretos mosqueros.

Se de algunos mosqueros, que tras iniciar la jornada casi al amanecer, tras trochar a la vera del rio por senderos abruptos y pasar la mañana vadeando ríos corrientosos, con chapuzón incluido, cuando llegan al campamento base a la hora de la comida, cansados, mojados y hambrientos miran con ojos golosos a “La Perola Coloraa” y lo que ella cobija.

Fabes con almejes, Albóndigas guisadas, Patatas con costillas adobadas, Fabada asturiana, Conejo a la cazadora, Gallina en pepitoria. Botillo leones, Cocido montañés. Son tan solo y a botepronto los ricos guisos que “La Perola Coloraa” nos ha ofrecido al grupo de mosqueros.

Alrededor de ella hemos charlado y disfrutado del rio, de la pesca. Hemos alargado tertulias hasta que los calores de mediodía aplacan su fuerza y dan paso a tardes de verano esplendidas, con sus eclosiones de efémeras y buenísimos serenos.

Grandes, grandes amigos y grandes mosqueros tan aplicados o más al buen yantar que al mejor posar moscas. Reunidos en el mejor salón existente que no es otro sino la ribera de un bonito rio.

Y en compañía de “La Perola Coloraa” y arropado por buenos mosqueros las jornadas de pesca se alargan hasta límites insospechados, aparecen “espirituosos” y bajo la lona protectora y a la luz de los farolillos la noche nos rodea y la tertulia no tiene fin.

Y, estos son los mejores momentos. Momentos “Homéricos” donde el tamaño de las truchas capturadas crecen a límites insospechados. Momentos compartidos con entrañables mosqueros quizás tan entrañables por vadear ríos a la par y por pasar noches charlando animadamente hasta las claritas del alba.
Es ella, “La Perola Coloraa” el crisol donde se funden suculentas pócimas que a mas de reconfortarnos el estomago nos propicia el caldo de cultivo donde fraguar entrañables amistades.
LasmoscasdePaco.