SERRANIA DE CUENCA... HUELAMO, RIO JUCAR…

He tardado en acudir a mi cita anual con los ríos Conquenses, por varios motivos, en particular por el gran caudal que han tenido y en muchas ocasiones el añadido de bajar tomados en barro.
    
El Cabriel se quedo en el tintero (ahora y si éstas últimas tormentas lo permiten es cuando está en buenas condiciones de pesca), ríos menores siguieron el mismo paso y, el Júcar, el rio de los “experimentos” ya creí que tampoco lo pescaba. Es curioso y penoso lo que le pasa a este bello rio que, acuciado por intereses partidistas varios (competitivos, peñas y clubes, federaciones, piscicultores, hidroeléctricas, riegos, incluso Medio Ambiente) cada uno tira de un costado del jergón que es el rio y al final lo único que consiguen es desgajar en jirones el jergón y destrozarlo, o lo que es lo mismo trocar un rio natural y unas truchas del rio que deberían ser, en una autopista acuática donde ensayar mil experimentos para contentar a todos sin conseguir hacerlo con ninguno y, perjudicando totalmente al rio.

El Júcar ya no existía del pantano de La Toba para abajo. Aguas abajo de dicho pantano dejo de ser rio para volverse probeta de ensayos, en la actualidad ni eso, ya no se capturan truchas autóctonas ni aguas arriba de La Toba, por desgracia las truchas de Huélamo ya no son las truchas del rio Júcar, sino paridas en laboratorios y criadas en estanques. El cáncer que es Uña para toda la gestión pesquera de Castilla la Mancha es muy responsable de todo aquesto.

Pese a lo anteriormente escrito, Huélamo es uno de los mejores escenarios para practicar la pesca a mosca y por añadidura aunque esta de mas decirlo, a mosca seca.

Rio accesible de vadeo, con pequeñas tablas bien delimitadas por sus corrientes de cabecera y raseras o “coladas” como allí las dicen que se concatenan una tras otra, cómodo de lanzar y de orillas “sobaqueras” y juncos y salgueras acá y allá donde encuentran refugio las pintonas.

Pero entremos en detalles. La climatología amenazaba lluvia… y mucha, la diosa fortuna se alió con nosotros y tan solo soportamos dos fuertes chaparrones, el uno justo a la hora de comer que nos empujo al acogedor refugio de pescadores y el otro ya casi al postrer de la tarde que nos hizo finalizar la jornada de pesca.

El “barranco de la loba” o el “pajar de la loba” (no tengo claro cuál es su nombre) fue la zona de coto elegida para pescar, he pescado en varias ocasiones este enclave que me gusta por su accesibilidad y comodidad para pescar.

Ya en la orilla aprecie una buena “variedad de mosca” volando, principalmente unos Pérlidos de un par de cmtrs., acompañándolos pequeñas Efémeritas claritas y otras más grandes oliva claro también odonatos golpeteando la superficie del agua y, además por la tarde después de la lluvia hicieron acto de presencia las hormigas de ala, pero en poca intensidad, en ningún momento noté desmesurado interés por parte de las truchas, es más, estuve como media hora pescando con imitación de hormiga de ala y la cambie a una efémera al no ver demasiado interés por ella.

También vi cebadas, muchas cebadas y durante todo el día, orilladas y en el centro del rio y, practicando unos lances medios-largos, posando “la Marroncita parachutte” en las proximidades de las cebadas, estaba garantizado el ataque de las truchas. Un ataque extraño, no es aquello de abrir la boca y comer la mosca, no. Eran ataques brutales a la mosca, de lanzarse a ella y sacar el cuerpo fuera del agua, que propiciaban muchos fallos en la clavada. Pese a esto, en las más de las ocasiones la trucha se prendía en el anzuelo y, fácilmente que terminara la mañana con más de una docena de capturas. El inicio de una fuerte chaparrada puso fin a la jornada matutina de pesca. Fuimos a comer al refugio de pescadores que aquí si suele estar abierto y, a más decir limpio por dentro. No así las proximidades al refugio que, todo hay que decirlo está lleno de basuras que, lógicamente tiramos los que allí acudimos y supongo deben ser pescadores. Basuras de todo tipo de restos de comida, de botellas, botes, latas, papeles, defecaciones humanes que en vez de “jiñar en el campo” lo hacen a las mismas puertas del refugio, en fin vergüenza ajena es lo que me dio tan lamentable espectáculo.

El sol se adueño del inicio de la tarde y con ello aparecieron las hormigas de ala, grandes hormigas que se veían volando esporádicamente y que por desgracia no provocaron demasiado interés a las pintonas del rio. Si lo hicieron mis moscas que, en buena frecuencia eran tomadas por las truchas, truchas bravas y fuertes a más decir que vendían cara su captura.

Tras un buen rato de pesca me acerque a ver a mis compañeros. Enfundando caña de pesca y trocándola por la cámara fotográfica pase el resto de la tarde pendiente de realizar fotografías y videos a mis compañeros en acción de pesca. De hecho tan solo me puse a pescar en cuatro o cinco ocasiones provocado por la observación de alguna desmesurada cebada que, modestia aparte todos los lances finalizaron en capturas.

Una nueva chaparrada, en esta ocasión acompañada de truenos y rayos que caían en las proximidades provoco el colofón de la jornada de pesca, quizás algo prematura mas lo importante fue lo disfrutado y no lo pendiente y, a fe mía que se disfruto y mucho, hubo muchas capturas y bonitos lances de pesca que, esto sí que lo permite este bonito coto de Huélamo en el rio Júcar.

LasmoscasdePaco.