De Ríos y de Truchas. Y de Pesca a Mosca. Y de amigos mosqueros.

Aquí se plasmarán todas esas ideas, sensaciones y vivencias de un pescador a mosca y de su grupo de compañeros.

Su finalidad es tratar de inculcar que la pesca a mosca puede llegar a ser una forma de vida.

Páginas

Competición NO..... Gracias.

jueves, 12 de agosto de 2010

De pesca por el Alto Tajo…

Todos los años llega un momento en la temporada en que cambio de escenario de pesca. Los ríos de la Sierra Norte Alcarreña se agostan, se reducen a pequeños hilos de agua entre ovas y berreras y las truchas no pueden sino subsistir en las pocas pozas sombreadas. Paso el momento de pescarlas, hora es de dejarlas tranquilas hasta una nueva temporada.
clip_image002
Tras la “veda climatológica” queda el buscar ríos con agua y, decididamente aquí no hay otro protagonista estelar sino el rio padre, el rio Tajo en su tramo alto, podemos incluir algunos de sus principales afluentes, como el Tajuña, Ablanquejo, Gallo y Hoz Seca (quien sabe cuál es afluente de quien). Pero, decididamente es el rio Tajo donde más jornadas de pesca realizaremos.
Por el “Puente de San Pedro” ya notamos cambios. En el cauce del rio han desaparecido esas losas de caolín y se aprecia notoriamente una enorme barra de arena. El Gallo ya no desemboca en cauce liso, sino que tras las últimas ovas en su desembocadura aparece un profundo socavón.
clip_image004
Estos cambios se notan por todo el rio, pozas más profundas, algunos de los arboles que atravesaban el rio y servían de puentes han desaparecido y, sobre todo han desaparecido muchas “chepas” de caolín, hasta en varios puntos del cauce se aprecian tramos de arena… cuánto tiempo.
clip_image006
Al asomarnos por un mirador del rio, en la profunda poza vemos truchas, varias truchas y, orillada, pegada al talud una hermosa trucha de gran tamaño que nada tranquila a flor de agua confiada por encontrarse en un lugar inaccesible.
clip_image008
Tras un buen almuerzo nos repartimos por el rio, yo escojo una conocida tabla muy vadeable donde habitualmente el agua apenas pasa de la rodillas, en esta ocasión llega hasta la cintura, con una fuerza que hace difícil el vadeo, aún más el ascender por la tabla.
Aguas no solamente limpias, sino totalmente transparentes que provoca que las truchas te vean desde muy lejos.
clip_image010 clip_image012
Hay que pescar orillado, medio camuflado entre las espadañas y salgueras de la orilla. Hay que realizar lances lejanos, pescando todas las posturas antes de avanzar cuatro pasos, haciendo un “barrido de lances” de orilla a orilla. Y, por supuesto, hay que atar una Royal Coachman al bajo de línea, es ésta, la Royal Coachman una de las mejores elecciones a la hora de pescar en este rio siempre y cuando no se pongan selectivas.
clip_image014
Y así, pescando despacio, muy despacio, las truchas atacan la Royal. No consigo la primera captura hasta la quinta picada, hasta que modifico la forma de clavar, son éstas truchas de clavar rápido y seguro, más fácil de decir que de hacer sobre todo cuando estás pescando en largo, en muy largo.
Voy consiguiendo capturas por toda la tabla, truchas de aceptable tamaño, ninguna pequeña, la mayoría al sentirse clavadas, tras los primeros tirones se descuelgan raudas por la tabla, con lo que hay que recoger línea muy rápidamente, a mano, para seguir manteniendo la tensión y no perder la captura. Tras sobrepasárnos la cosa cambia, la trucha vuelve a tirar, a luchar franca, a vender cara su captura, pero a esas alturas, si no es justo en el momento de asirla es difícil que se escape.
clip_image016
Un nuevo lance largo y ajustado a la margen del rio donde me encuentro, pegado a los juncos de la orilla, una nueva subida a la Royal, clavada certera,, al clavar el puntal de la caña se dobla notoriamente, muestra clara de que la captura es notoria. La trucha al sentirse clavada pega un par de secos cabezazos que son respondidos por sendos golpes de muñeca y mejor clavado de la mosca, está bien prendida en el anzuelo, ella lo nota y emprende veloz carrera aguas arriba cambiándose de orilla, de vez en cuando pegándose al fondo tratando de rozar el hilo en las rocas y guijarros. No he dejado de mantener la línea tensa, notando continuamente la fuerza y poderío de tan hermosa trucha. Ahora se descuelga rápida por la corriente, viniendo hacia mí, recojo línea a tirones con la mano todo lo rápido que puedo, la veo pasar rio abajo, es grande, muy grande. El corazón se me acelera, el estomago se me encoje, he resistido sus primeros envites y es probable llevármela a las manos, ahora lucho con la fuerza de la trucha y la tensión de la corriente del rio, tengo que ceder hilo, noto como el backing corre entre los dedos de mi mano, sigue habiendo tensión. La trucha ha llegado a un profundo pozo donde podre mantener la lucha más a mi favor. Se empoza, busca las profundidades mientras yo camino aguas abajo acercándome al pozo, mantengo la tensión del hilo, noto un brutal cabeceo de la trucha, dos, tres. De repente la línea queda laxa, la tensión se pierde y la línea que profundizaba en las aguas asciende y serpentea por la corriente. La trucha ha partido el bajo del 0.13 de fluorocarbono.
Me quedo con una cara de gilip…, de asombro. Nunca hay que dar por capturada una trucha hasta que no llega a tus manos.
clip_image018
Sigo pescando, y recordando el envite sucedido. Capturo nuevas truchas pero no se me va de la cabeza el suceso ocurrido.
A las 13 horas aparecen las primeras piraguas, cinco piraguas que al verme de lejos se enfilan una tras otra y se pegan a la orilla contraria donde me encuentro, al pasar por mi lado un cortes saludo.
-Hola, buenos días.-
-Hola, que tal, buenas.-
Sigo pescando, aún me queda un buen tramo para llegar a las corrientes de cabecera de la tabla, quiero apurar.
A las 13.30 horas una nueva tanda de piraguas, mas de una docena. Chapoteando en el agua, con risas, gritos y algarabía, al pasar por mi lado me miran en silencio. El ultimo en pasar, el monitor me saluda.
-Hola.-
- (movimiento de cabeza) –Humm.-
Quiero apurar, quiero llegar a las corrientes por si alguna trucha se ha refugiado allí y consigo hacerla subir a mi engaño. No hay tiempo, una nueva andanada de piraguas aparece tras el recodo, jugando, echando carreras, atravesándose en el rio. Un piragüista me increpa,
-Eh, pescador, como va “el pesque”.-
-Eh, remero, como va “el reme”.-
Se acerca un monitor.
-Venga, dejar al pescador tranquilo, vamos siguiendo rio abajo.-
Ya es inútil el proseguir pescando, ya se ha roto el “feeling” rio-pescador, ya no es momento de posar mi Royal en el agua.
clip_image020
Recojo aperos y me encamino al lugar donde quede con mis compañeros. Tras su llegada nos vamos a un área de descanso, a comer sentados a la sombra de los pinos, a relatar los sucesos acaecidos en la sobremesa en la espera de que el calor aplaque para volver de nuevo al rio.
Pero eso, la jornada de pesca vespertina será un nuevo relato y una nueva entrega.
LasmoscasdePaco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario