De Ríos y de Truchas. Y de Pesca a Mosca. Y de amigos mosqueros.

Aquí se plasmarán todas esas ideas, sensaciones y vivencias de un pescador a mosca y de su grupo de compañeros.

Su finalidad es tratar de inculcar que la pesca a mosca puede llegar a ser una forma de vida.

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sábado, 29 de mayo de 2010

Tricópteros……

Os presento una colaboración de Rafael Alonso. Un entrañable amigo y mejor montador de moscas.

Rafael nos presenta un trabajo detallado de la familia de insectos Tricópteros, en cuanto a su biología y un montaje en particular de un Tricóptero Atractor que no puede faltar en nuestras cajas de moscas.


TRICÓPTERO ATRACTOR

Por: Rafael Alonso García

Los Tricópteros.-

De su vida.-

Los tricópteros son un orden de insectos con una importancia de primera magnitud para el pescador por múltiples razones que intentare resumir:

1. Muy numerosos, alrededor de 4.000 especies, distribuidas en unas 25 familias. (En España unas 14)

2. Amplia distribución geográfica, tolerando calidades de agua que las efémeras, en general, no toleran.

3. Actividad durante prácticamente todo el día, según especies, aunque mayoritariamente, son vespertinos.

4. Ciclo anual, con metamorfosis completa (holometábolos), llegando los adultos a vivir hasta un mes.

5. Quizás por estas razones, y algunas más, forman parte de la dieta de las truchas en una altísima proporción (próxima al 90 %)

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Comportamiento nada discreto, tanto en su emergencia como en su fase de ovoposición, que atrae la atención, y de que manera, a nuestras amigas “las pintonas” (y otros muchos peces). Siendo este punto, el que para mi tiene una mayor importancia, tanto como montador como pescador, ya que una excelente imitación con una presentación inadecuada (no adaptándose al comportamiento natural del insecto) no dará los resultados que otra, aparentemente menos atractiva, pero que se aproxime más a ese comportamiento.



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La identificación de un tricóptero adulto no es demasiado compleja, dejando la clasificación entomológica para los expertos limnologos, pues determinar a que familia pertenecen y no digamos, genero y especie, se basa en detalles como el tamaño del quinto segmento de los palpos maxilares, presencia de ocelos, numero y formula de los espolones de las patas, distribución y forma de las venas de las alas, dentado o no de los segmentos de las antenas, coloración de estas (odontocerum albicone, silo nigricornis), etc.

Las características comunes a prácticamente la totalidad de estos insectos son:

1. Alas “peludas” (del griego, trikos= pelos, pteros= alas), dos pares, las posteriores se pliega en abanico. Translucidas. Fuertes nervaciones y frecuentemente oceladas

2. Colores apagados, pardos, negros, gris, amarillentos, marrones.

3. Cabeza, en general pequeña, ojos oscuros prominentes y un par de antenas, generalmente, muy largas y finas.

4. Tórax con tres pares de patas bastante largas

5. Abdomen con nueve segmentaciones, proporcionalmente grueso.

El aspecto general del insecto adulto es el de una mariposa o polilla, de entre 5 y 2 milímetros, siendo generalmente de mayor tamaño las hembras.

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Al igual que las mariposas, los tricópteros tienen un ciclo con una metamorfosis completa: Huevo, larva, crisálida y pupa emergente (ciclo acuático) y adulto.

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Las larvas de colores cremas, marrones y verdes, de tamaños que oscilan entre los 10 y 30 milímetros, blandas y regordetas, las podemos a su vez dividir en:

1.






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Eruciformes, “canutillos”, estuches larvarios confeccionados con piedrecillas, hojas, palos, etc., y que por su forma, también ayudan en la clasificación entomológica (limnefilidos, brachycentrus, mystacides, leptocerus, anabolia, etc.)

2. Campodeiforme, “gusanitos”, de cabeza algo más alargada y grande y cuerpo ligeramente aplanado (Rhiacophila, agapetus, glossosoma, etc.)

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Pero todas ellas, construyen un estuche ninfal anclado al lecho y completamente cerrado, con la ayuda de una especie de seda, donde se produce la metamorfosis. Una vez completada, con la ayuda de sus fuertes mandíbulas, rompen el estuche y emergen nadando hacia la superficie, en un “amasijo” de alas sin desplegar, antenas replegadas, patas en continuo movimiento y restos de la seda del estuche, con todo esto y sumado a las corrientes variables, es bastante frecuente que sean incapaces de romper la tensión superficial de la película del agua y tengan que volver a bajar, para volver a intentarlo de nuevo, es decir emergen en forma de “picos de sierra”, de una forma nada discreta y con una vulnerabilidad completa, lo que alerta el instinto depredador y alimenticio de las truchas (y no solo de ellas). Un comportamiento muy interesante para el pescador

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Tras alcanzar la superficie, a las pocas horas, se inician los espectaculares vuelos nupciales y el apareamiento sobre la vegetación de ribera.

Una vez fecundados los huevos, la hembra ha de volver a depositarlos en el agua, para así cerrar el ciclo, y esto lo hacen fundamentalmente de las siguientes maneras:

1. Sobre la superficie del agua (la mayoría de las especies) “golpeando” repetidamente la superficie del agua, para romper la tensión superficial y así favorecer el desprendimiento y descenso de los huevos alojados en el notorio y a veces brillante saco ovopositor (por la “gelatina” que lo envuelve). “las saltonas”. Otro comportamiento nada discreto y muy interesante para el pescador.

2. Sobre el agua, derivando, introduciendo el saco ovopositor y desprendiendo los huevos (“rayando” la superficie). Otro comportamiento nada discreto y muy interesante para el pescador.

3. “Buceando” directamente hasta el fondo. Interesante la pesca con imitaciones de ahogada o de superficie con materiales que adsorban agua.

4. “Pegando” los huevos en la vegetación de ribera, en las ramillas sobre el agua y más próximas a ella. Situación propicia para que por efecto del viento u otras circunstancias, caigan al agua, donde a buen seguro acechan nuestras amigas. Interesante la pesca muy arrimada a la orilla.


Sus imitaciones.-






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Todos estos estadios (salvo el “huevo”) son interesantes para el pescador, ya que se pueden aplicar al montaje. Dando unos resultados más que notorios en acción de pesca.

Existiendo una infinidad de patrones y combinaciones de materiales y colores, todo ello en aras de conseguir una imitación lo más parecida posible tanto en formas, texturas, “movimiento”, etc., pero siempre será una burda aproximación a la realidad, así es que a nosotros como pescadores nos corresponde dotarlas de “la vida y el movimiento” imitando no solo sus formas, sino sus comportamientos, para intentar engañar a las “pintonas”.






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Del Montaje.-

En esta ocasión nos vamos a referir exclusivamente al estado adulto del insecto.

Con las características generales de los tricópteros adultos nuestras imitaciones, tendrán en general, un patrón común, que variaremos según nuestras necesidades, en función del grupo de familias, de los materiales que empleamos y comportamiento que deseemos imitar, tanto en el cuerpo, alas, patas y antenas.

La inmensa mayoría de montajes americanos aprovechan para la confección de las alas la diversidad de cérvidos de que disponen, en tonos naturales o teñidos.






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Los ingleses, plumas blandas de perdiz, pato, becada o faisán.

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Franceses y belgas el CDC



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Italianos las plumas blandas barnizadas y recortadas (espectaculares en cuanto a realismo)

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Y quiero hacer una mención especial a un montaje tradicional de los eslovenos, que realizan en un tamaño generoso, con la pluma del pecho de faisán macho y un collar rojo intenso que les depara inolvidables capturas de tímalos (alguna variante de este ya he visto aquí para la pesca del barbo en superficie).

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Y nosotros, los españoles, disponemos de un material inigualable en cuanto a textura, brillo, colores, tonos y moteados, fácil secado, etc. Que solo o en combinación con otros materiales, pueden hacer de nuestros tricos la envidia de todo el mundo. Como ya habréis supuesto, me refiero a la pluma de nuestros gallos leoneses, más concretamente a su variedad “pardo”.






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Tricóptero Genérico Atractor.-

Materiales.-

Anzuelo; fino, tija corta, del nº 16 y sin muerte. Opcionalmente se pueden aumentar o disminuir el tamaño. Si utilizamos un anzuelo de tija estándar, disminuiremos su tamaño, al menos un numero, pero esto nos obliga a “volar” menos el ala, la boca del anzuelo es menor y por tanto la clavada más dificultosa

Hilo de montaje: verde botella oscura, al barnizar se oscurecerá más

Abdomen: Fibras de avestruz oliva

Brinca: Hilo de cobre muy fino, o tinsel dorado fino

Alas: Fibras de pardo corzuno, penca fina

Collar: Gallo genético grizzly.

Antenas: dos fibras de cola de faisán dorado

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Montaje.-

1. Sujetamos el anzuelo y con la sedad montaje cubrimos, desde detrás del ojal, toda la tija del anzuelo, haciendo una cama, que afiance todos los materiales a colocar, e impida que una vez terminada la imitación esta se nos gire. (Situación que se repite en los montadores noveles)

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2. Llegado a inicio de la curvatura del anzuelo, si imitásemos una hembra, colocaríamos una bolita de dubbing oliva (conejo p.j) que coja agua, para imitar el saco ovopositor.

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3. Fijamos por este orden

A. - cobre fino o tinsel dorado

B.- 3 fibras de avestruz oliva

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4. Llevamos la seda de montaje hasta unos 4 mm del ojal

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5. Enrollamos las fibras de avestruz, sin torsionar entre si, y en vueltas muy juntas, pero sin aplastarse las fibrillas, lo que nos dará la sensación de un abdomen voluminoso (aunque ligero). Sujetamos con dos vueltas de hilo.

6. Brincamos con el cobre, en el mismo sentido que hemos enrollado el avestruz, esto lo hace menos notorio y no aplasta las fibrillas, en vueltas separadas, en imitaciones grandes, le daremos hasta 9 vueltas (recordad que ese es el numero de segmentos de un tricóptero), en nuestra imitación, bastara con 5/6. Fijamos con otras dos vueltas de hilo.

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7. Realizamos una pequeña “cama” con el hilo, donde asentaremos nuestras alas (ya hemos “rematado” la fijación de las fibras de avestruz y la brinca)

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8. Arrancamos las fibras de una pluma de gallo pardo corzuno, dependiendo de esta, utilizaremos como regla general, las de un solo lado, si fuera de colgadera, dependerá de la longitud de esta, y si fuera de riñón de pollo (la primera pela, tras la limpia), para mi la mejor, la utilizaríamos entera.

Las igualamos por la punta, al estilo tradicional de las ahogadas españolas. Los que tenemos menos practica podemos recurrir al “igualador de pluma”

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9. Presentamos el mazo igualado sobre la tija y tomamos medida.

En un montaje genérico las fibras deben de salir de la tija aproximadamente ¼ de la longitud útil del anzuelo, pero tened en cuenta el anzuelo que estáis empleando, si es de tija estándar el tamaño final de la imitación puede resultar demasiado grande.

Si es una hembra lo que estamos montando, la longitud de las fibras apenas debe sobrepasar el saco ovopositor, ya que al posicionarse en el agua en el caso de tener las fibras más largas estas se sumergirían por las puntas, ya las naturales ya tienen buen cuidado de que esto no suceda, ya que no podrían o tendrían serias dificultades para alzar el vuelo de nuevo.

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10. Sujetamos las fibras con unas vueltas de hilo, 3 vueltas es suficiente.

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11. Repartimos las fibras, con la una del dedo pulgar, y formamos un medio círculo, sin sobrepasar demasiado la horizontal que forma la tija del anzuelo.

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12. Sujetamos con unas vueltas de hilo en dirección a la cabeza, y cortamos, el sobrante de fibras con un corte biselado.

13. Volvemos al posicionamiento de las alas, y fijamos la pluma del collar.

Para las horas con buena luz podemos poner gallo rojo o ginger (barrado o no) y para el crepúsculo gallo gris medio. El grizzly nos da una aceptable visión de la mosca en situaciones nubladas, aguas tomadas y/o movidas, zonas de penumbra de las orillas, con importante cubierta vegetal, etc.

Fijamos las dos fibras de la cola del faisán dorado que imitaran las antenas, no tan largas como las naturales que intenta imitar, pues podría generar algún problema con el bajo. No son estrictamente necesarias, pero le dan un aire más real, y seguro que nos proporciona un plus de “seguridad y confianza” en nuestra imitación.

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14. Enrollamos el collar, con 4 / 5 vueltas será más que suficiente, las vueltas juntas pero no montadas, nunca haciendo “ochos”, ya que hace que las fibras se entrecrucen, haciendo mucha más resistencia al aire, rizándonos más los bajos, y atrapando mucha más agua, siendo mucho más difícil de secarlos, huid de collares superpoblados, que en seco quedan muy vistosos pero que en acción de pesca, ofrecen muchas dificultades añadidas (y ya tenemos suficientes).

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15. Realizamos el nudo final, barnizamos (tampoco es estrictamente necesario) y mosca terminada.

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Una excelente variación para la imitación de las hembras es utilizar un anzuelo curvo, que le permita hundir el abdomen, en este caso es más que recomendable, colocar una o dos plumas de CDC, en color natural, por debajo de las fibras de gallo, por otro lado esta opción no es para nada desdeñable para cualquier otra imitación, pues como ya sabemos los tricos disponen de dos pares de alas…

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A este tipo de montaje yo os recomendaría recortarle las fibras inferiores del collar, perpendiculares a la tija, lo que favorece el posicionamiento en el agua, más placado y con el “culo” semihundido o hundido del todo.

Experiencias.-

Tras años de pescar el cada vez más deteriorado río Pisuerga, a su paso por la Villa de Aguilar, me sigue sorprendiendo la enorme capacidad de adaptación y supervivencia de una población de truchas altamente castigadas, tanto por las condiciones del río, que parece un mar, gracias a las desembalsadas del próximo pantano, en los meses estivales, con los depósitos abrumadores de sedimentos en los meses otoñales (ya casi no queda agua en el embalse) como por la enorme presión pesquera y el furtivismo endémico de la zona.

Pero es esta una zona, que por sus dificultades, supone un excelente banco de pruebas para nuestras imitaciones.

Después de pescar la zona a principios de temporada, básicamente con olivillas, algún pardón y pocas “sarnosas”, llegar en los meses estivales es como llegar a otro río, más agua, más turbia, escasas cebas, salvo alguna zona semifangosa con abundancia de dípteros, y algunas zonas que parecen praderas, donde las truchas tienen una inusitada abundancia de alimento en forma de gammarus, por no hablar de la enorme cantidad de insectos terrestres caídos por el sempiterno viento que en la zona sopla y que los canalillos de agua arrastra hasta prácticamente metérselos en la boca a las resabiadas truchas.

Con este panorama decidimos, mi hijo, entonces adolescente, y yo subir río arriba a la zona próxima a Cervera, donde existe una zona entre una chopera y un cortado que impide el transito por la otra orilla, tabla ancha y larga que aguas arriba se estrecha, con saltos de agua entre grandes piedras.

Bastante caudal de agua, pero vadeable y pescable por los dos a la vez.

Algo antes de las 19 h, tarde templada, viento racheado no demasiado acusado, mi hijo pesca la margen izquierda y yo la derecha (en sombras), empezamos pescando al agua con sendos tricos de pluma parda, collar rojo y cuerpo de buitre teñido en oliva

Yo sin éxito alguno, mi hijo cada 4 / 5 lances captura, trucha pequeña, no mayor de 22 / 23 cm., sigo sin conseguir tocar escama. Menos mal que ya salí resignado de casa a que el “niño” me iba a mojar la oreja, pero de ahí a volver bolo…

Me aproxime: ¿cambiaste la mosca?. No, si funciona…

¿Será el bajo?... Yo creo que son iguales… ¿la caña o la línea? No sé, prueba la mía y déjame la tuya (sí, hombre, mi supercaña marca….) pero se la dejé y al segundo lance… trucha (con mi caña, mi línea, mi bajo, mi mosca… ¿entonces?)

Vuelve a lanzar hijo…

Otra truchita…

Ahora lo vi claro como el día, su trico había golpeado al caer, en una posada que no parecía la más ortodoxa, pero el ataque fue fulgurante...

De vuelta a mi orilla, se sucedieron dos o tres subidas… parece que ese golpe final hace moverse a las truchas, pero tan solo clave una, y ¡ medio robada!, algo volvía a suceder…en cuanto el lance era algo largo, en esta zona de penumbras, apenas si veo la mosca y reacciono tarde.

Pongo un trico que llevo de pecho de pato y collar grizzly, el cuerpo claro…ahora lo veo…y a las truchas también, se mueves, suben y…me rechazan.

Cambio a otro trico, esta vez de pluma acerada y collar grizzly, cuerpo oliva de avestruz, lo veo, algo peor, pero a la primera pasada por debajo de las ramas de una salguera sale una trucha de mediano tamaño, que rechaza, vuelta a presentarla… y ahora sí, una preciosa fario de unos 30 centímetros.

Ya son algo más de las 20:30, y en esta zona la luz disminuye rápidamente y parece que empieza a haber actividad por parte de las truchas. Grupos cada vez más numerosos de tricos en sus vuelos nupciales jalonan casi toda la orilla, las cebas se suceden, así como los rechazos a mi mosca, alguna se deja engañar tras insistir e insistir sobre la cebada, yo cada vez más nervioso y mi hijo con su trico pardo, captura tras captura…me va ha dar algo…

Busco y rebusco en la caja de los tricos, por fin encuentro un trico de mediano tamaño, en pardo claro con el cuerpo de la misma avestruz que el indio y con el collar grizzly, la cabeza es algo gorda y verde oscura (pero de noche todos los gatos son pardos, pienso) … me cuesta enhebrar el hilo…más nervios…poca luz, alguna ceba algo lejana pero con cadencia, por debajo de una gran piedra que forma un pequeño remanso bajo la cubierta de una frondosa salguera, pero parece de un pez de buen porte…más nervios… por fin la até, avanzo un poco y tiro a esa que parece buena, corto…, vuelvo a lanzar, va bien, sube la trucha y mi mosca pasa de largo, cuento hasta cinco y vuelvo a poner la mosca… tensa espera (tan solo unos segundos, pero me parecieron horas) sube, la veo y clavo…brava pelea y una hermosísima trucha de algo más de un kilo…

Ya me puedo ir para casa y confeccionar unos “cientos” de moscas iguales, más feliz que unas castañuelas y con una lección magistral aprendida en la Universidad del Río, impartida por el Catedrático de Ictiología Dña. Fario Trutta.

Desde entonces, es una mosca que no falta en mis cajas y que me ha deparado jornadas inolvidable en diversos ríos y entornos, y de forma muy, pero que muy especial, en el Carrión, en las zonas de Pino del Río y Saldaña.

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Muchas gracias por tu colaboración Rafa.

3 comentarios:

  1. Excelente artículo, Rafa. Me ha encantado.
    Enhorabuena paco por la publicación.
    Un saludo a los dos.

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  2. Gracias.

    Es todo un lujo que un "Gran Montador" realize una aportacion en este modesto blog.

    Es curioso como a un grupo de montadores e mosca se le publicita y alaba por sus obras y a don Rafael no se le haga justiprecio.

    Para mi hoy en dia es uno de los grandes montadores del mundo.

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