Esto me comentaba un buen mosquero y a la sazón mejor amigo el ultimo día de temporada de pesca.
-Pues no lo sé, Álvaro. Pensar en la próxima-
-Va a ser muy duro. Al menos pon alguna cosita en tu blog que nos haga soñar con volver a pescar.-

Fue una mañana extraña, de poca pesca, los tres mosqueros que acudíamos, pescamos tramos de rio ya pescados y la lógica fue que obtuvimos muy pocas capturas.
Pero “pacha mama” vino a echarnos un capote auxiliador y, sorpresivamente nos encontramos en el rio pescando a uno de mis maestros de pesca, tan buen mosquero y mejor persona como la sombra alargada que proyecta.
Le vimos realizar unos lances y en un plis plas echarse al coleto mas capturas que las que nosotros habíamos obtenido en toda la mañana.

Compartió con nosotros tortilla de patatas, filetes empanados y pimientos fritos y dejo para otra ocasión la auxiliadora latita de sardinas.
Tras la comida, nos indico a Álvaro y a mí un tramo precioso de pescar y marcho con Juanma a otra zona.
Y la tarde cambio a joticas que diría un mañico.
Yo, mermado de un pie por culpa de una fascitis plantar disfrute al máximo viendo pescar a mi compañero de pesca.
Tuvimos varias picadas, algunas acertamos a clavar y otras no, parigual.
Pero quien relata disfruto enormemente viendo pescar a mi compañero.

Unos de esos momentos maravillosos que perduran en el recuerdo y no se olvidan.
Por último, hacer caso a lo que os pide Álvaro y practicar siempre el captura y suelta.
LasmoscasdePaco.