De Ríos y de Truchas. Y de Pesca a Mosca. Y de amigos mosqueros.

Aquí se plasmarán todas esas ideas, sensaciones y vivencias de un pescador a mosca y de su grupo de compañeros.

Su finalidad es tratar de inculcar que la pesca a mosca puede llegar a ser una forma de vida.

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Competición NO..... Gracias.

miércoles, 19 de junio de 2013

AGUAS ALTAS… RIO BRAVO …

          Con el tiempo metido en lluvias, aún mayor en las serranías, los ríos no bajan de caudal un ápice. 

Y con éstas nos encontramos cursos de aguas pletóricos. Al menos las temperaturas son primaverales y esto provoca eclosiones de insectos.

Y como no puede ser de otra manera, cuatro enamorados de la pesca a mosca nos encaminamos a la serranía, a probar suerte en el rio de las Xanas


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-Paco, que no haces más que nombrar el rio de mi pueblo-

Que me comento hace muy poco un buen mosquero.

El rio, alto pero pescable. Sin posturas definidas pero insinuando donde poder posar moscas y atrapar truchas. Con ese punto de dificultad que vuelve reto su pesca y valorar asaz si cabe la captura de las bravas pintonas.

Nos dividimos el tramo por parejas y mientras Uncas y Lozoyero pescaban el tramo superior, yo me quede junto con Álvaro próximo al auto. Mi idea, pescar zonas concretas en vez de pescar todo el rio, resultado de conocer el escenario de pesca.


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-Paco. Nos dejaste el tramo más duro. Apenas se podía lanzar, todo eran lances de punta, rodados, de recurso. ¡¡Que tramo más duro!!- 

Me decía Lozoyero al final de la jornada y me dejaba un tanto apesadumbrado, al punto que pocos días más tarde volví con él al rio para sacarme el resquemor… pero amigos, ésa es otra historia que ya relatare…


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Acompañado de Álvaro comenzamos a pescar una tabla de aguas rizadas muy querenciosa donde suelo conseguir capturas con frecuencia. 

Empero como ya comente el rio de hoy es un rio diferente.

Las aguas altas tapan y modifican posturas y donde otrora se capturaban las truchas en la cabecera de las tablas, en aguas oxigenadas, en el presente toda la tabla es estupenda para pescar y la captura de una bella Xana puede ocurrir en cualquier punto de la misma.


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De tal manera que la pesca se vuelve lenta, realizando una veintena de lances en cada postura. 

Pesca placida podría decirse si no fuera por la dureza del rio, por su cauce de lecho pedregoso y resbaloso que torna duro y difícil avanzar por el mismo.

Las truchas, en general de tamaño comedido van tomando la mosca que las ofrecemos. Moscas de tamaño generoso. Hermosos pardones que toman con fruición


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Pescamos juntos, en un “ahora tu luego yo”, sin ambición ni ansias.

Disfrutando tanto del lance propio como del ajeno, incluso a veces haciendo ahínco en ofrecer el lance al compañero.

Pesca grata, pesca a mosca, pesca pura. 

No como aquella otra que nos meten por los ojos hasta la saciedad donde lo que prima es conseguir más capturas que el compañero.

-Que NO, que estáis equivocados. Que aquello no es pescar a mosca y que aquesto si lo es-


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Álvaro, pesca despacio el tramo. Sin olvidarse de las “izquierdas” como tantas y tantas veces repito a quienes me acompañan por estos lares.

Dejando derivar las moscas en los blandos pegados a las corrientes…


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Y las truchas en buena medida toman la mosca que las ofrece. Siendo apresadas por el engaño artero, tras la captura devuelta de nuevo a las aguas procurando tratarlas con el mayor mimo y respeto


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No demasiadas capturas, tampoco escasas. Una cifra óptima para salir satisfecho y con un puntito de prurito, con ganas de repetir, de volver de nuevo.

A nuestros compañeros tampoco les va mal y buscando las truchas en lugares recónditos van consiguiendo capturarlas.


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Seguimos ascendiendo por el rio, buscando pintonas por blandos y rinconcitos de aguas con menos tiro.

Lances muy técnicos, posadas breves para reincidir de nuevo. 

Es así como vamos consiguiendo capturar truchuelas que nos premian el esfuerzo en conseguirlas


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-Álvaro. Vamos a terminar la jornada pescando el atardecer en la tabla de por encima del “vado Serengueti”-

Dicho y hecho nos encaminados a la larga y profunda tabla, en espera de que las truchas que allí habitan se ceben y lo hagan próximas al final de la tabla donde afinando en los lances consigamos posar nuestras moscas en su cercanía.


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Las primeras se ceban justo encima del “vado Serengueti”, allí Álvaro da buena cuenta de ellas y pese al peligro de la caída en el rabión de aguas consigue capturar un par de truchas que se cebaban próximas.

Tras ello la cosa se vuelve complicada.

Meterse con cautela en la tabla tratando de aproximarse a las cebadas de las truchas, al menos a distancia de lance, que nunca es cómodo, que nunca es cercano, que nunca es sencillo… sino todo lo contrario


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Tratando de afirmarse con mínima seguridad en un lecho de rio complicado. 

Rocas y piedras resbalosas que te obligan a estar en constante equilibrio y que dificultan si cabe la acción del lance…


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Esperando la cebada de la trucha a distancia de lance. Cuando sucede todo se vuelve acción, acción mesurada, acción técnica.

Sacar línea, preparar el lance. Ejecutar dos o tres falsos lances surcando línea por los aires, dando velocidad para tras ello realizar un disparo, desplegar línea por delante de ti, soltar línea de la mano izquierda para que se deslice por las anillas “shooting” y vaya a posarse con precisión y delicadeza en el punto elegido.

Tras ello esperar en tensión, pendientes de la tomada de la trucha que, si todo ha sucedido como debe, suele ocurrir.


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De nuevo movimiento, de nuevo acción. 

Clavar con certeza y seguridad, no en una acción rápida sino más bien constante, continua.

Y recoger línea con presteza, para que la misma no queda laxa y la esquiva trucha tenga oportunidad de zafarse el anzuelo aprehensor.

Y cuando las cosas se hacen bien, ciertamente acompañado de la fortuna pero además ejecutando bien la acción de pesca. 

El premio es la captura de una preciosa Xana con la que te sientes satisfecho por la buena labor ejecutada


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Al volver la vista a la orilla veo a mis compañeros observando, disfrutando del lance ejecutado…


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Lozoyero y Uncas en la orilla observando como Álvaro y yo mismo nos cedemos el lance y pescamos a cebada vista…


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En la tabla del “vado Serengueti”. 

Quizás unas de las tablas más difíciles y técnicas de todo el rio, precisamente por eso mismo son tan valoradas las capturas de bellas Xanas en dicho escenario…


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El día no da para más lances reales. 

Quedan los virtuales, quedan todos los comentarios de la jornada durante el trayecto de vuelta.. Con las piernas cansadas, incluso a veces doloridas por algún golpe o traspiés. 

Quedan todos los recuerdos y compartirlos con los compañeros que, saben bien de lances duros y difíciles en el rio de las Xanas por haberlos vivido en propias carnes.


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Y la pesca a mosca evoluciona de acción propia del rio a una tercera dimensión. 

Se mezclan relatos y recuerdos. Lances y amistades. Fatiga y placer. 

Y se forjan historias y anécdotas que cuajaran en el crisol del mosquero. 

Es entonces cuando la pesca a mosca se hace grande y grandes los mosqueros y grandes las sensaciones y grandes las amistades que, en muchas ocasiones son forjadas para toda la vida. 

Y cuando todo esto sucede y lo llegas a comprender es en ése mismo punto cuando te has convertido en un pescador a mosca, en un mosquero…..



               LasmoscasdePaco.

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