Duras jornadas han acaecido ésta temporada en el rio de las Xanas.
Un rio de aguas altas y recias que vendía caras las capturas y no regalaba absolutamente nada.
Empero no ha tenido que pasar ni una semana de buen tiempo para que pequeños tributarios y el rio propio bajaran el nivel de las aguas y con ello el rio torna otro cariz, una cara amable, un rio lleno de posturas de pesca.
No, no se hace fácil trasegar por el rio, pues en la misma medida que el rio se abre, el mosquero se vuelve osado, se adentra en el cauce para pescar posturas antaño imposibles, con ello los resbalones, los traspiés, los deslizamientos son casi continuos.
Al llegar al “vado de la risa” Juanma y yo partimos peras. Mientras él optaba por proseguir bajando por el rio yo decidí que tenía tramo más que suficiente para hacer una pesca en solitario.
Quizás no tan en solitario, pues unos ojos observaban mis quehaceres por el rio. El buitre, allá en lo alto del risco estuvo bien pendiente de mis movimientos.
La primera anécdota acaeció en el mismo “vado de la risa” un tramo de aguas movidas con infinidad de posturas donde contra natura no conseguía captura alguna.
Según estaba observando el rio vi como algo grisáceo bajaba por el rio, al llegar apenas a tres metros de mi emergió una cabeza con unos ojillos negros que me observaron entre asustados y sorpresivos.
La nutria asustada y casi chocándose conmigo dio media vuelta sumergiéndose en las aguas dando un coletazo que por la proximidad golpeo en mis piernas.
Dos pescadores en el mismo tramo no conjugan bien, la nutria me aventaja de todas todas. Yo pesco por placer y ella además de por placer pesca por alimento.
Salí de las aguas y la deje el tramo para su solaz tranquilidad.
De nuevo en el rio, el tramo ofrecía mil posturas donde ir posando la mosca, en este caso un hermoso Pardón montado en un 10 que además de pescador es comodísimo de ver su desplazamiento por las aguas
Y el Pardón no tarda en demostrar su efectividad, y pequeñas truchuelas se lanzan raudas en pos de él y consigo una buena cifra de capturas en poco tiempo.
La siguiente anécdota se produce en una profunda poza donde cuesta mucho obtener alguna captura.
Tras un rato observando las aguas veo como en medio de la poza, casi en su cabecera, en el final de las corrientes de entrada se produce una ceba clarísima.
Realizo un rodado más bien largo pues me encuentro rodeado de sargas, al tercer rodado la trucha toma la mosca y yo clavo con seguridad.
Noto diferencia en la lucha, son aguas profundas y la trucha tiene espacio para la lid, busca aguas profundas, cabecea, sensaciones diferentes a la captura en regueros.
Al final la trucha llega a la sacadera y tras una rápida fotografía es devuelta a las aguas.
Ya por la tarde llega Juanma y como queda mucho tramo de rio por pescar decidimos hacerlo al alimón, bien esperando turno, bien separándonos y pescando tramos próximos. La pesca es placida y, en la mayoría de los casos pescamos a cebada vista que aumenta el disfrute si cabe.
Llego a una tabla de aguas lentas donde observo varias cebadas interesantes. La primera, la próxima al final de la tabla y cercana a mí la afronto con presteza.
El lance es cómodo y disfruto alargándolo más de lo habitual
-Paco, que tienes la costumbre de pescar mas lejos de lo necesario- Que me dice mi maestro.
Y fue al primer lance donde la trucha tomo mi mosca y yo consegui capturarla.
El ojo avizor de pescador con algo de experiencia no deja de observar el tramo.
De fijarse mas allá de la roca que parte y estrecha el cauce. De unas cebadas con frecuencia continúa que se me hacen interesantísimas.
Me aproximo con sigilo a la roca, a su amparo observo las cebadas.
Dos grandes piedras sumergidas y entre ellas medio metro de espacio donde la trucha se acomoda y asciende para tomar glotona las moscas que derivan por la corriente.
Un reto, no difícil pero tampoco sencillo. Tras de mi tengo una sarga donde poder enganchar.
La dificultad estriba en un lance algo alejado, una vez solventado y con la mosca posando por la corriente derivando a la zona donde la trucha se ceba glotona todo es más sencillo. El Pardón es tomado franco y yo clavo con presteza y seguridad.
Una preciosa Xana que colma y rotundiza el disfrute del lance, de las cosas bien realizadas, de los pasos bien afrontados.
Aproximación, observación, lance, posada, deriva, clavado y tras todo ello devolución de tan preciado pez.
Vuelvo a la compañía de mi compañero, a ver sus quehaceres, a disfrutar de sus lances y de sus capturas, a observar cómo afronta las posturas y como las pesca, a aprender, siempre a aprender.
Me embargan cúmulos de sensaciones.
El cansancio en las piernas por vadear un rio durísimo, el cansancio en los hombros de portar todo el día un pesado chaleco, el trasiego de todo un día pescando.
Mayores son otras sensaciones, El disfrutar con el rio, el conectar con él y sentirte parte integra del mismo.
El disfrute del lance y de posar moscas secas por el rio, las sensaciones de la captura de un buen numero de truchas
-Docenita y media-
La pesca a mosca, siempre la pesca a mosca.
Disfrutándola en soledad y en compañía de grandes amigos mosqueros que saben y comprenden por disfrutarlo parigual de todas esas sensaciones que me inundan y que, sinceramente, no sé si consigo expresarlas en mis relatos.
LasmoscasdePaco.
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