De Ríos y de Truchas. Y de Pesca a Mosca. Y de amigos mosqueros.

Aquí se plasmarán todas esas ideas, sensaciones y vivencias de un pescador a mosca y de su grupo de compañeros.

Su finalidad es tratar de inculcar que la pesca a mosca puede llegar a ser una forma de vida.

Páginas

Competición NO..... Gracias.

viernes, 20 de abril de 2012

DESEOS CUMPLIDOS…

         A veces ocurre que en esto de la pesca a mosca, uno ve sus sueños hechos realidad.

Ya rondando la cincuentena los deseos son muy diferentes a aquellos de juventud, época donde las grandes aventuras llenaban la mente y nos hacían soñar con parajes inhóspitos cuajados de truchas que tomaban con fruición nuestras moscas secas.

En el presente uno sueña con pescar enclaves muy queridos de la mano de grandes mosqueros con inquietudes afines, en mi caso además retrotrayéndome a lo aprendido en mis comienzos mosqueros, a aquellas enseñanzas y consejos de algunos de los que fueron “pioneros” en la pesca a mosca por estos lares.

clip_image002

La Alcarria, tierra dura y bronca, forja ríos a imagen y semejanza, ríos que te dejan una profunda huella.

 De igual modo mantiene un puñado de buenos mosqueros, fraguados a golpe de martillo y yunque bajo el poderoso brazo de las enseñanzas del padre Luis.

Mosqueros que no se apartan un ápice de la escuela aprendida, mosqueros que luchan por ríos limpios, por truchas de la tierra y por la pesca a mosca, en la humildad del anonimato y ningún ansia de protagonismo.

Muchos años queriendo compartir jornada de pesca con uno de ellos y al fin el sueño se hizo realidad.

clip_image004

Caminando tras él como perro fiel, observando y aprendiendo hasta la cuestión más sutil con la plena conciencia de estar disfrutando de un momento muy especial.

-Paco, la cosa no va por trastear todo el rio. En el rio hay que estar en cada lugar en su momento oportuno-

Llegamos a una preciosa tabla de aguas lentas, se asoma, escudriña la tabla con precisión, se sienta en una piedra y se fuma un cigarrillo mientras observa.

-Aun no están puestas, no pisamos la tabla, luego volveremos-

Y pasamos de largo en busca de una nueva zona.

Bajo el talud, pegadita a la orilla, en la sombra de una sarga que proyecta sus ramas al rio observamos una cebada.

-¡¡Hay está!!, y come franca, se ha cebado tres veces… esa es tuya, péscala-

clip_image006

Con la misma sensación que cuando de chaval el profesor ponía en el pupitre la hoja de examen me adentro en el rio aguas abajo de la cebada observada.

 Avanzo con cautela procurando no hacer ruido ni ondas que delaten mi presencia, veinte metros me separan del lugar de la cebada.

Saco línea del carrete, efectúo unos lances de aproximación lanzando hacia la orilla contraria para no asustar a la trucha, cuando creo tener la distancia adecuada realizo el primer lance de pesca. La mosca posa adecuadamente.

-Paco, más pegada a la orilla-

Un nuevo lance sin resultados positivos e incluso un tercer lance.

Efectúo el cuarto lance a sabiendas de que pocas opciones más voy a tener, posa muy cercana a las ramas de la sarga, por delante de ella, cuando la mosca esta quizás dos palmos por delante de la sarga se produce la picada.

 Clavo con suavidad pero con firmeza, tenso línea. La trucha brava en su lucha tironea y se adentra en aguas profundas del centro del rio, todo en vano, llego a recoger la línea sobrante y ahora trabajo con caña y carrete, poco a poco la voy acercando y al fin termina enredada en la malla de la sacadora.

clip_image008

-Es pequeña, pero no lo has hecho mal-

Aguas arriba se ceba otra trucha, el lance es complicado porque entre el lugar a posicionarse el pescador y la trucha media la rama de un chopo que lo dificulta.

Veo como realiza un par de lances sacando línea, de aproximación, sin florituras lances rápidos y certeros. Al fin efectúa un lance de pesca, por encima de la rama, finalizando el lance casi imperceptible giro de muñeca y punterazo de la caña, el resultado es que la línea serpentea lo necesario para esquivar la rama y posarse con delicadeza.

La trucha sube a la mosca, tan rápido que aun no ha tenido tiempo de recoger línea y el tirón a la misma provoca un revolcón de la trucha sin clavarse en el anzuelo.

clip_image010

-Hasta el mejor escribano echa un borrón-

Seguimos avanzando por el rio, enseñándome cada rincón, pasos de vadeo que solo la experiencia consigue adivinar, bellas tablas donde selecciona las zonas, donde hay posturas para pescar e incitar a las truchas y donde no las hay pese a la apariencia.

Preciosas pozas, cada una con su nombre determinado y el lugar donde las truchas, las truchas grandes a más decir, suelen posicionarse.

-Mira Paco, la trucha se pone allí-

Observo el lugar, al otro lado de la gran poza justo delante de una gran roca donde choca y frena la corriente de entrada, median al menos veinticinco metros.

clip_image012

-Y como la pescas?-

-Justo desde aquí, con un lance curvo lateral de izquierdas-

Observo el escenario, arboles detrás que impiden un lance de derechas, incluso dificultan uno curvo elevado donde conseguir cargar línea como para alcanzar tamaña distancia.

-A veces lo consigo, no siempre, solo lo hago si veo a la trucha cebarse (la trucha tiene nombre propio que determina también el nombre de la poza) y a veces logro atraparla, una trucha de más de cuarenta y cinco centímetros-

Le miro franco a los ojos y veo seguridad, certeza en sus palabras que, a mas decir avala el que éste invierno un alumno suyo me hablara de una captura allí mismo que le dejo asombrado.

Vuelvo a mirar el escenario. Pocos, muy pocos osarían dicho lance y de ellos la mitad conseguirían hacerlo con éxito, hay que ser grande, muy grande (como lo es mi compañero de pesca) para salir victorioso del envite.

 Para mí, que no soy un gran lanzador, sencillamente imposible.

clip_image014

Un viento helado surca el rio, estoy aterido de frio, pese a ello ni una queja ni protesta, sigo admirando el buen hacer del maestro.

Retornamos camino y volvemos a la tabla que al principio dejamos sin pescar. Vemos cebarse alguna trucha.

-Son pequeñas, pero ya no nos queda mucho tiempo, además hace mucho frio-

-Si, pero al menos se ceban seis truchas-

-Pues vamos, la primera para ti-

clip_image016

Me posiciono, espero una nueva cebada en el lugar, cuando la veo efectúo el lance, medido, nada complicado, la trucha toma con certeza mi mosca y yo la clavo seguro, breve lucha pues es de pequeño tamaño, la desanzuelo y la devuelvo a las aguas.

Miro al maestro, afirma con la cabeza confirmando que la ejecución ha sido correcta, me satisface.

-Paco, tienes pequeñas cosas en el lance que mejorar. Tienes que cerrar más el bucle-

-Yo creo que tengo muchas inexactitudes, pero creo que ya me va a resultar muy difícil enmendar errores, pues muchos son motivo de la costumbre y son muchos años con ellos-

-Siempre se puede mejorar-

clip_image018

Llega un nuevo chaparrón de agua y cellisca.

-Ya no vamos a hacer mucho, si quieres lo dejamos, estoy helado y hambriento-

-Pues por mi estupendo-

Retornamos camino por un estrecho sendero en el monte, sigo los pasos del maestro escuchando con atención sus palabras, sucesos y avatares ocurridos hace mucho, mucho tiempo atrás.

Sencillamente me parece haber retrocedido en el tiempo, estoy alucinando.

Nos cambiamos de hábito tan rápido como podemos, agradecidos del calor de ropa seca de abrigo que nos atempera, del mismo modo reponemos fuerzas para al fin meternos en el auto, retomar la sinuosa pista forestal y volver a nuestros hogares.

clip_image020

-Supongo que relataras algo de éste día. Te tengo que decir que no me gusta salir en ningún sitio, ni en fotos ni mi nombre-

-Algo escribiré, que espero te guste, pero no te preocupes que no saldrá tu nombre y las fotos por detrás para que no se vea la cara-

-Bueeeeeno-

clip_image022

A fuer de ser francos he de decir que pese al cansancio de la jornada de pesca, ya en el hogar tumbado en el lecho no consigo conciliar el sueño.

 En mi cabeza siguen apareciendo momentos de la jornada transcurrida, sueños hechos realidad, turbamulta de sentimientos que me hacen pasar la noche en blanco, miro el despertador, son las cinco de la mañana y he quedado con los compañeros a las ocho para ir a pescar... estoy rematadamente loco.


                                 LasmoscasdePaco.

3 comentarios:

  1. Precioso relato, por unos momentos me parecia estar al lado tuyo en el río. Sencillamente perfecto. Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Siento desilusionaros, Pacos: no estabais solos, yo os miraba con orgullo, escondido tras aquella roca que ese día no cumplió su promesa, con la satisfacción de haber sembrado vuestras vidas con la semilla de la Felicidad y, cómo no, con la morriña de no poder reírme un rato de vosotros. Porque, ¿sabéis? sigo siendo muy perverso con los accidentes y fallos de mis Compañeros. Eso sí, cuando soy el culpable, procuro disimular para que ninguno de vosotros me vea. Es mi odiosa vanidad que no me abandona...
    Con profunda emoción os he seguido por esas inolvidables tablas, tablas que en otros tiempos rebosaban de vida y de buenas damas, las cuales reían y reían de mí tradicional torpeza. Mas fueron "ellas", en unión del dios del Río, las que me enseñaron los escasos conocimientos que os he podido transmitir.
    Bello día, bello santuario que erigió el templo de los Tiempos, hermoso relato y entrañable Caenis, mi querido Pequeñín. Tienes suerte de estar a su lado.
    Decidme, Compañeros del alma, ¿estáis firmes en seguir luchando por las truchas, por los ríos, por Pacha Mama? No olvidéis que siempre os estaré observando para saber si cumplís vuestra promesa, y lo haré aunque haya debido partir "para el último viaje". No importa nada; os esperaré pescando en cualquier río del firmamento.
    Abrazos y hasta la próxima, bambú

    ResponderEliminar
  3. Añorado Luis.

    Satisfaccion y placer... y que coño porque no, hasta orgullo el que dejes un comentario en este blog.

    Sabes que se te echa mucho de menos, los que aprendimos de ti, las truchas del rio Padre y todo el Alto Tajo.

    Mucha salud y felicidad.

    Bambu

    ResponderEliminar