De Ríos y de Truchas. Y de Pesca a Mosca. Y de amigos mosqueros.

Aquí se plasmarán todas esas ideas, sensaciones y vivencias de un pescador a mosca y de su grupo de compañeros.

Su finalidad es tratar de inculcar que la pesca a mosca puede llegar a ser una forma de vida.

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Competición NO..... Gracias.

lunes, 8 de agosto de 2011

KIKIRIKIIIII … NUEVO INTENTO….


          Tras un primer intento de pescar un sereno en el rio Gallo frustrado por la intensidad del viento una semana más tarde decidimos probar suerte de nuevo.
En esta ocasión Álvaro, Juan Manuel y yo mismo nos adelantamos pescando por la mañana para tras la comida llegar José y Mariano. 

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Pescamos la zona superior del Tramo Sin Muerte de Cuevas Labradas dejando así para por la tarde toda la zona inferior del Tramo.
Al enfundarnos en vader y chalecos y montar cañas y líneas ya hablábamos del tema de las moscas y los “puntos de atención”, de como en estas épocas las moscas “llamativas” aventajaban a las moscas “comedidas”.

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Predicando con el ejemplo ate al terminal de mi bajo una mosca montada en dubbing anaranjado. Inicie la jornada en una pocita semi profunda con mucha vegetación de ribera donde exigía la aproximación cautelosa y el buen hacer de los primeros lances.

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No lo tuve que hacer demasiado mal cuando al cuarto lance una trucha se cebo a mi mosca. Tras sentirse clavada inicio una brava lucha optando claramente por la huida hacia la broza de ramas sumergidas de las orillas. Con dificultad pues no tenia espacio para maniobrar cómodamente y también con suerte logre frenar los arreones de la trucha y poco a poco someterla hasta hacerla llegar a la sacadora.
Me impacto la bravura en la lucha de la trucha, la fuerza y combatividad, fiel reflejo de la época del año en que estamos, de la buena temperatura de las aguas y de la abundante cantidad de comida que tienen a su disposición. Cuán diferente a esas truchas de principio de temporada, delgaditas y notoriamente mucho más débiles. 

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Llegue a la colada de una gran poza, donde vi un cómodo escalón de roca desde donde poder atacar la poza. Ascendí por la corriente y con seguridad plante los pies en el escalón. La cuestión es que lo que parecía roca no era sino una barra de fina arena que se desmenuzo bajo mis pies me hizo caer de bruces hacia delante, rodar y perder pie por mor de la profundidad de la poza. No me quedo otra que bracear y nadar hasta poder asirme a unas ramas de la orilla. Tras ponerme de pie, aprecie esa sensación del agua corriendo por dentro del vader, cayendo pata abajo. Empapado de pies a cabeza, chaleco incluido, menos mal que el sol y óptima temperatura amortiguaban la desagradable sensación de ir embutido en agua.

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El suceso no impidió que siguiera pescando y, realizando lances medidos a zonas querenciosas conseguí rebasar la media docena de capturas y pese al remojón disfrutar de una mañana estupenda de pesca.
Bajamos a comer al Puente de San Pedro, en el rio Tajo pues Álvaro desconocía la zona y quería conocer dicho lugar tan comentado por los mosqueros habituales del Alto Tajo. Aproveche el tiempo de comida y tertulia para solear la ropa mojada y así poder pescar por la tarde con la ropa seca, como así fue.

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Ya por la tarde pescamos la zona central del tramo de Cuevas Labradas. Nos las prometíamos muy felices ya que la mañana fue óptima en capturas y el inicio de la tarde aventuraba a que así fuera, un par de capturas de buen tamaño durante la primera hora así lo hacía presagiar, tras ello me interne por una zona sombría sin conseguir ninguna captura. Sobre las 19.30 horas se levanto un comedido viento que en menos de quince minutos se transformo en constante ventarrón que apago el rio, cesaron eclosiones y por más que lance la mosca en corrientitas con muy buena pinta el resultado fue dos cebadas, una que conseguí clavar y atrapar y otra que clave y se rompió el bajo, un bajo a buen seguro debilitado por tanta rozadura en las orillas y ovas.

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Sobre las 20.30 deje de pescar y me encamine en busca de mis compañeros, me apetecía disfrutar de un rato de pesca acompañado por ellos y, más aun, un sereno los tres mano a mano.
No hubo sereno, el viento lo impidió, tan solo observamos un par de cebadas en sendas tablas, la primera pese a probar suerte los tres fue infructuosa y no conseguimos capturarla.

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La segunda tuvo más miga. Caminábamos por la pista forestal en busca del coche ya decididos a no proseguir pescando cuando pegada a la orilla contraria me pareció observar una tímida ceba, nos paramos y estuvimos observando, una nueva cebada se sucedió, esta mucho más clara, y de nuevo repitió por tercera vez.


-Venga, Juanma. Échala unos lances- Dijo Álvaro.

-Voy a intentarlo-


Álvaro y yo, testigos fuimos del lance. Juanma bajo de la pista por el terraplén hasta la orilla, atravesó los carrizos y se metió en el rio, aguas abajo de donde la trucha se cebaba.

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Juanma realizaba unos largos lances, teniendo que cruzar todo el ancho del rio, además contaba con el hándicap del viento. Pese a ello y con buen hacer consiguió posar la mosca un par de metros aguas arriba de la zona de ceba. Los dos primeros lances buenos no obtuvieron resultado. El tercer lance se vio premiado con el ataque de la trucha a su mosca, Juanma clavo con seguridad y celeridad y no dio concesiones a la trucha para que ésta no se metiera bajo las ovas que tapizaban el rio, atrayendo hacia si rápidamente la trucha. 

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Lejos de finalizar la contienda, la trucha se lanzo por debajo de lugar donde se encontraba el pescador, una zona de corrientes donde Álvaro y yo, testigos del acontecer creímos que terminaría la cosa con la rotura del bajo. Mas Juanma, con buen hacer consiguió frenar la huida de la trucha, atraer hacia si la misma en medio de las corrientes y terminar el lance satisfactoriamente y con la trucha en las manos.
Un bonito lance que con acierto conseguí grabar y aquí os muestro, deberéis perdonar por la mala calidad del video y pixelado del mismo pero creo que el lance lo merece.



Felicitaciones efusivas y alegría del trío mosquero pues creedme que Álvaro y yo disfrutamos con la contemplación del lance tanto o más que Juanma, protagonista del mismo. Y es que, la pesca a mosca es más que capturar un pez, es aprender y disfrutar del hacer del amigo y compañero, cosa que tantas y tantas veces os he comentado ya y que encaminan nuestros pasos al buen hacer del “Caballero Mosquero”.

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LasmoscasdePaco.

1 comentario:

  1. La verdad que fue un buen día de pesca, sobre todo por la compañía, lástima que el esperado sereno no llegase este día tampoco.
    Saludos.

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