De Ríos y de Truchas. Y de Pesca a Mosca. Y de amigos mosqueros.

Aquí se plasmarán todas esas ideas, sensaciones y vivencias de un pescador a mosca y de su grupo de compañeros.

Su finalidad es tratar de inculcar que la pesca a mosca puede llegar a ser una forma de vida.

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Competición NO..... Gracias.

jueves, 2 de septiembre de 2010

PESCANDO EN EL ALTO TAJO BAJO EL INFLUJO DE LA LUNA LLENA

Estábamos prevenidos, sabíamos que estas noches la luna veraniega lucia en todo su esplendor y, que con un sol de justicia diurno y una luna llena nocturna llevábamos todas las de perder. Más, quien deja pasar una jornada de pesca por muchos inconvenientes que haya a priori??
Ya estaba en marcha una nueva salida de pesca, Edu, Gabi, Javi, José Luis y quien emborrona estas páginas cuando recibí una misiva de David “Rexxistance” pidiendo consejo sobre el rio, mi respuesta fue ofrecerle acompañarnos en la jornada de pesca. Dicho y hecho, David acompañado de su novia acudió a la invitación.
Una parada en el puente de San Pedro, otra en el mirador de La Falaguera y acto seguido nos distribuimos por el rio en diversos tramos.
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En compañía de Edu pesque unas tablas y corrientes que me gustan mucho, muy vadeables y donde efectuando largos lances suelo ser afortunado en capturas. Ascendíamos pescando cada uno por una orilla del rio ejecutando un arco de lances de medio rio hasta nuestra orilla, posando en la lejanía una Royal que navegaba encabritada por las aguas corrientes y que en muy pocas ocasiones provocaba el ataque raudo de alguna trucha, acaso media docena de truchas atacaron la Royal de las cuales conseguí capturar tres.
Edu a mi vera seguía lanzando en su área consiguiendo apenas tres o cuatro “huís” infructuosos.
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Habíamos recorrido más de la mitad del tramo, me hallaba enfrascado en la ejecución de lances a larga distancia cuando escucho de mi compañero.
-Ahora sí, ya la tengo.-
Vuelvo la mirada a su figura y veo como la caña esta echa un arco que cabecera una y otra vez, síntoma de que la captura es tamaña.

La trucha le ha picado lejos y busca un perdedero, trata de cruzar el rio de parte a parte en un lugar despejado y no encuentra obstáculos, Edu caña en alto trata de atemperar los tirones. La trucha sigue buscando un perdedero, de repente se lanza rio abajo a toda velocidad, mas rápido de lo que Edu es capaz de recoger línea y, al llegar a la altura donde se encuentra el pescador le pasa por delante y se embosca entre las ramas sumergidas de una salguera de la orilla donde enreda el bajo con el que esta prendida.
Edu me mira inquisitivo, le respondo.
-Trata de meterte por detrás de las ramas y coger la trucha con las manos.-

Edu tira de la línea, la trucha responde con más tirones y la salguera se mueve de acá para allá. El bajo esta enredado y la trucha no sale de allí. Al final trata de hacer lo que le dije, se mete en la salguera por la parte inferior tratando de llegar a la trucha. Esta al verse acosada reincide en los tirones y, en uno de ellos es capaz de romper el bajo y escapar de allí.
Edu me vuelve a mirar.
-Se soltó… … … que hija puta.-

Ahora toda la charla se centra en la trucha y entre lance y lance ésta va creciendo de tamaño…
-Era buena.-
-Era muy buena.-
-Era grandísima.-
-Era una barra de pan.-
Y así consumimos una mañana de pesca de escasas capturas pero de grandes sensaciones.
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Nos reunimos a comer en las mesas de un área de servicio, a la sombra de los pinos donde uno tras otro van acudiendo el resto de pescadores, casi todos han obtenido pocas capturas. Llega David acompañado de Carolina, tampoco consiguió muchas capturas pero viene encantado de la belleza del lugar y del rio. La comida se torna tertulia esperando que un sol de justicia aplaque en intensidad y retomemos de nuevo la pesca.
Por la tarde cambiamos de tramo y, elegimos bien. El lugar se mostraba paraíso visto desde la pista forestal, muchas corrientes y tablas con aguas en movimientos donde poder pescar. Tuvimos que caminar un buen tramo por la pista aguas abajo hasta encontrar un lugar por donde poder acceder al agua. Una vez llegados al agua nos encontramos todo el resplandor del sol dando de plano en ella. El agua parecía talmente una lámina de papel de aluminio.
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En ese primer tramo tuvimos varias picadas, la mayoría las perdimos al clavar tarde por no ver a tiempo la picada, por mejor decir por no ver ni por asomo por donde navegaba nuestra mosca. Ascendemos por el rio y la corriente comienza en un resbalón con profundidad, invadeable y, desde el agua hasta la pista hay un paredón infranqueable, no queda otra que salir por la otra orilla que, sencillamente es una selva. Ascendemos por trochas jabalineras, monte arriba, peñascos arriba, ahora queda bajar al rio que, si duro fue el subir más arduo es el bajar. Al final conseguimos llegar al agua, sudorosos, llenos de arañazos de zarzas y espinos y con las pulsaciones a mil por hora. Las condiciones del agua invariables, preciosas corrientes pero con un refulgor que hace imposible el saber por dónde navega la mosca y, en esas condiciones se aprecian pocas picadas y las que se aprecian llegan tarde y el resultado es que no somos capaces de clavar ni una sola trucha.
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Sobre las 20.30 horas paro de luchar contra los elementos y echo una mirada a lo que nos rodea, estamos encerrados en un enclave que no tiene otra salida que el lecho del rio. Bajar imposible, tan solo nos queda subir y, prefiero hacerlo en ese mismo momento que aun hay luz pues no se cuánto hemos de subir y por donde podemos alcanzar la pista forestal.
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Rio arriba nos encontramos con una gatera empinadísima y, por encima de las copas de los altos pinos se intuye el corte de la pista forestal, hay que triscar por allí, recogemos aperos, desmontamos cañas y agarrándonos con pies, manos y a veces hasta con las orejas conseguimos no sin dificultad llegar a la pista forestal. Una vez allí un rato de reposo, unos tragos de agua y a caminar hasta donde dejamos el auto.
Es noche cerrada cuando llegamos a La Falaguera y allí a la luz de linternas y frontales nos cambiamos, refrescamos y damos por finalizada una durísima jornada de pesca.
En lo alto del cielo una gran luna anaranjada brilla esplendida. ¡¡Que bonita¡¡ y qué malo pescar bajo el influjo de la luna llena.
LasmoscasdePaco.

4 comentarios:

  1. Sin duda cada salida con vosotros es una aventura y una gran esperiencia....Me encanta jeje

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  2. Buenas Paco, mejor que "encantado de la belleza del lugar y del rio", sería "enamorado"... y no comento más...jaja. En el Tajo como no tengas ganas de hacer el "jabalí" no pescas. ¿Vais a hacer algo el fin de semana que viene? Un saludo

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  3. Hola David.
    Pues el proximo fin de semana hay programada una "Quedada Mosquera" en dicho lugar. Mira tu correo, porque creo que te envie invitacion, si no es asi dame un toque para enviartela.
    Y ya de paso, el que quiera participar en dicha "Quedada Mosquera" que me envie un aviso y recibira invitacion.
    Un saludo.

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