De Ríos y de Truchas. Y de Pesca a Mosca. Y de amigos mosqueros.

Aquí se plasmarán todas esas ideas, sensaciones y vivencias de un pescador a mosca y de su grupo de compañeros.

Su finalidad es tratar de inculcar que la pesca a mosca puede llegar a ser una forma de vida.

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miércoles, 30 de mayo de 2018

AL FIN SIERRA NORTE (III)... ENTRE HELECHOS Y ACEBOS...


          Tres salidas de pesca a la Sierra Norte en menos de diez días es un placer, ítem mas si no se repite tramo de pesca.




Hechizados por las Xanas acudimos a su morada a la mínima opción en la creencia de poder exortizar su embrujo, ocurre lo contrario, la adicción se incrementa y cuanto más las contemplas mayor es el ánimo de buscarlas sin poder de remisión.




Hete aquí que en esta ocasión una terna acudimos a las aguas de la Sierra Norte de nuevo.


Pescamos un tramo alto, un valle abierto que acomoda el transitar por las orillas y por el mismo lecho del rio cuando hay opción.




Estamos a mucha altitud, prueba de ello los helechos y acebos que moran las orillas del rio, detalles que el buen mosquero no debe pasar por alto porque la pesca a mosca, a mosca seca abundo, es mucho más que conseguir una captura. 




Es disfrutar del entorno que nos rodea cuando posamos nuestras moscas por el agua.


Vemos eclosiones, asaz que en las otras dos jornadas, Pitillines, Bétidos y Pardones, éstos últimos en abundancia y que nos hacen seleccionar una imitación pareja en nuestra caja de moscas adecuada.




Buen año de Pardones provocado por el buen año pluvioso y del cual nos aprovechamos para pescar con hermosas y visibles moscas.


El rio en éste tramo es una sucesión de tablas intercaladas por corrientes más o menos difíciles de transitar.




Intuimos fácilmente la colocación de las Xanas, siempre en aguas movidas, o en los laterales de los chorros o en las aguas corrientes de las tablas. 


Tantos unos como otras exigían de lances medios asequibles a realizar por la amplitud de orillas que lo facilitaban y de aquesta guisa posar una hermosa mosca montada en un anzuelo del numero doce con delicadeza y precisión es de por si un placer para el buen mosquero.




Dos lances especiales. 


El primero siendo protagonista. 

Una poza en una curva del rio con ancha corriente de entrada y donde justo en la orilla contraria observo como una trucha glotona se ceba varias veces.




El lance es de distancia media, no demasiado difícil bajo dicho prisma, el 
hándicap viene motivado por varios chorros y corrientes de entrada a la poza que provocan malas derivas y funestos dragados, añadir a esto que no soy nada hábil en el lance, tan solo me defiendo en ello como gato panza arriba.


Lo veo claro y como para mí en esto de la pesca a mosca el tiempo no es rémora, adecuo el bajo de línea al momento, lo alargo, sobre todo el último tramo al fin de conseguir unos segundos añadidos de optima deriva.




El resultado es positivo, acaso ocho segundos en un par de metros de buena deriva, no necesito mas.


La mosca posa en el tramo escogido, acompaño con mano y caña la deriva y la trucha se ceba con fruición al engaño ofrecido. 


Clavo con mesura y mantengo la tensión de la línea durante la lid, a la postre la trucha se mece en la malla de la sacadora. 


Tras ello un corto video para motivaros en algo indispensable que es el captura y suelta.




Bella Xana que contemplo arrobado antes de devolverla a su hábitat, nuevamente hechizado.


El segundo lance de mi compañero de jornada, Juan.


Llegamos a un tramo muy conocido por mi y le informo.




-Mira Juan, esto que tienes delante es la mejor postura de todo el rio. Pegado a esa macolla de delante en la orilla contraria se suele capturar una trucha muy buena.-


Con el aviso Juan realiza los primeros lances con cuidado, lances a distancia que resultan vanos.


Tras ello se aproxima a la zona, con esto acorta distancia de lance y optimiza precisión.




El primer lance pegado a la orilla contraria no obtiene resultados, el segundo igual. 


El tercer lance es realizado un poco aguas arriba, la mosca baja derivando hasta la "zona caliente" y justo donde esperábamos la trucha se ceba a la mosca.


Juan clava con eficiencia y la lucha se sucede en amplias aguas sin obstáculos donde todo está a favor del mosquero.


Al fin termina en la sacadera y tras ello es devuelta a su hábitat.




Doble placer si cabe, el uno por haber conseguido la captura y el otro por haber disfrutado del buen hacer del compañero.


La jornada llega a su fin, y llega el tercer compañero, Juanma que ha pescado en solitario un tramo por debajo del nuestro se aproxima contento, día fructífero y además de capturas de buen porte, miel sobre hojuelas.




No queda sino volver grupas, hacer una parada en el pueblo más cercano a tomar una bebida refrescante y caminito a nuestras moradas.




Tres jornadas seguidas pescando en el rio de las Xanas, disfrutando de un entorno maravilloso, de abundantes eclosiones y de una cantidad más que aceptable de capturas... como no estar enamorado de la Sierra Norte y de sus hechizantes Xanas.



                                    LasmoscasdePaco.   


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