La segunda partición de mediados de temporada encaja con el florecer de los ríos calizos, y nunca mejor dicho pues si hay un indicador que todos podemos recordar son los lirios florecidos que adornan y embellecen nuestros ríos.
Lirios florecidos, espadañas erguidas y "nevadas" de pelusas de chopos, como no denotarlo.
Así mismo entre la pléyade de insectos que pululan por los cauces de los ríos dos de ellos llaman la atención tanto a nuestras queridas pintonas como al mosquero avezado, Dánicas e Isoperlas.
Probablemente dentro del mundo mosquero el insecto que mas literatura ha provocado es esta bella Efémera, Efémera Dánica o May Fly en versión inglesa o USA.
Otra cosa es que dentro de "May Fly" estemos denominando en todos lugares al mismo insecto, es más y entorno mea culpa, muchas de las moscas a las que denominados Dánicas no lo son y las confundamos con Vulgatas o Glaucops.
Pero como siempre digo no soy gran entomologo y cuanto más abunde en este tema mayores seran mis errores.
Lo que sí es cierto es que el mosquero espera y busca el momento en el que esta bella mosca entra en plaza y eclosiona.
Ver una trucha puesta cebándose a "Dánicas" es una de las sensaciones y placeres que todos los mosqueros buscamos y esperamos surja.
Si os soy sincero yo esta temporada no disfrute de tal placer o, por mejor decir no disfrute de contemplar una gran eclosión de ellas tal y como en otras temporadas he tenido el placer de observar.
He visto eclosiones esporádicas, aquello de ver una docena... no más de subimagos navegando por las aguas y, acaso algo más afortunado en número de imagos posándose en las aguas.
Esto no fue impedimento para disfrutar de media docena de salidas pescando con moscas de mayo, posando patrones ya avalados otras temporadas y nuevos patrones donde como siempre unos funcionaron bien y otros menos o nada.
Suele contrapelarse los estadios de eclosiones de estas bellas efémeras con eclosiones de un Pérlido de tamaño medio y colores amarillentos, verdosos claros, Pérlidos que denominado Isoperlas "Isoperla Grammática", en países de origen sajón se las denomina Yellow Sally y que al igual que la Efémera probablemente confundamos varios insectos dentro de dicho término.
Sea como fuere es muy común que en los ríos calizos por las mañanas veamos eclosiones de "moscas de mayo" y al postrer de las eclosiones ya metidos en la tarde las "Yellow Sally" emerjan ascendiendo por los tallos de lirios y juncos y revoloteen por las aguas siendo gustoso festín para nuestras amigas pintonas.
Es más o menos común que en estos días de eclosiones las cifras de capturas sean notorias y si bien hay mosqueros que el límite de ellas no tiene fin, mi caso particular es que colmadas mis ganas de capturas unas tras otras sinsentido, empiezo a buscar colmar el rejón de las satisfacciones y busco retos, busco dificultades.
Uno de los tramos que suelo pescar en estos momentos me las ofrece, y al igual que hay ríos Castellanos Leoneses que se tapizan de ovas y su pesca se vuelve muy técnica, pescando entre los canalillos de las mismas, en mi escenario la cosa si es posible se complica y en vez de ovas son cortinas de espadañas, juncos y lirios donde apenas queda un espacio de palmo y medio de reguerito de aguas libres (normalmente además entrecruzándose hojas de lirios complicando aún más el reto.
Yo busco estos tramos, y busco la cebada de la trucha tomando glotona Dánicas o Isoperlas, confiada en que en estos estrechos canalillos no habrá mosquero osado que la atosigue.
Si, es complicado.
La cosa pasa por acercarse lo máximo posible a la trucha sin que se alarme, distancia ésta variable de un mosquero a otro.
Queda observar nuestro entorno, tanto aguas arriba como aguas abajo, viendo si podemos lanzar o de qué manera podremos hacerlo.
A veces el trasero se complica al punto de realizar filigranas para acortarlo al máximo posible, o tener que elevar el trasero para evitar los obstáculos.
Los hay que la complicación surge aguas arriba y en la presentación de la mosca, teniendo que posar por encima de las hojas de lirios o juncos y controlar la distancia de deriva para conseguir que nuestra mosca llegue en condiciones optimas al emplazamiento de la trucha.
Sea de una u otra forma, lo que sí es cierto que es tendremos pocas oportunidades de enmendar errores, normalmente o hacemos bien las cosas a la primera o nuestra mosca terminara enganchada y espantaremos a la trucha.
Ocurre que la fortuna se alía con el mosquero y todo sale casi a pedir de boca, o al menos lo suficientemente bien como para que nuestra mosca pose en el agua y derive hasta el lugar donde la trucha se ceba.
Ya es difícil que la trucha no tome nuestra mosca y, no queda sino clavar con acierto y tratar de acunar la captura en la sacadora, a veces se consigue atrayéndola hacia nos y otras al buscar huida y enredarse en los juncos no queda sino acercarnos a ella buscarla entre las yerbas y conseguir la captura.
Si todo sale a pedir de boca el cesto de las satisfacciones rebosa, hemos superado un reto y hemos avanzado en esto de ser un buen mosquero... otras vendrán adelante que nos frenen las ínfulas y nos pongan en el lugar de aprendiz de mosquero que somos.
Mas en esos momentos felices y satisfechos por la experiencia vivida no cabe uno en sí de gozo.
Fueron jornadas gratísimas y, si al placer de pescar con éste tipo de moscas añadimos el de haber conocido a un grupo de de lectores de éste blog, buenos mosqueros y mejores personas, qué más se puede pedir.
Unos mosqueros comprometidos con los ríos que no dudan en recoger un buen puñado de basuras (cuatro buenas bolsas de basura llenaron el día que los conocí).
Que ya solo por eso merecen de todos mis respetos.
Si bien como dije no fui premiado con eclosiones importantes de Dánicas, si lo fui con Isoperlas y las tres semanas intensas que me dedique a ellas me depararon grandísimas satisfacciones.
LasmoscasdePaco.
De Ríos y de Truchas. Y de Pesca a Mosca. Y de amigos mosqueros.
Aquí se plasmarán todas esas ideas, sensaciones y vivencias de un pescador a mosca y de su grupo de compañeros.
Su finalidad es tratar de inculcar que la pesca a mosca puede llegar a ser una forma de vida.
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Competición NO..... Gracias.
domingo, 23 de noviembre de 2014
domingo, 16 de noviembre de 2014
Y ASI FUE LA TEMPORADA... VOLUMEN II... MEDIADOS... CAPITULO I...
Proseguimos en el devenir de la temporada mosquera y, nos imbuimos en las mejores épocas para practicarla.
Fechas que montan días de mayo, junio y julio, probablemente sean las mejores para la pesca a mosca seca.
Es común el comentario...
-Tienes que venirte al rio "X", pero en junio, y veras tu lo que es pescar-
Yo siempre digo lo mismo...
-Es que en ésas fechas ir a cualquier rio es disfrutar de la pesca a mosca y conseguir capturas-
Son épocas de eclosiones de multitud de insectos, Perlas, Tricos, Efémeras abundan doquier, las truchas se alimentan glotonas a ellas, cogen peso, cogen bríos las horas de pesca se alargan y muchas jornadas de pesca trocan en aventuras osadas.
Yo quizás partiría en tres esta época, la primera mitad y la pesca con pardones y sobre todo con grandes perlas.
La segunda pescando ríos calizos ante eclosiones importantes de Dánicas e Isoperlas.
Y la tercera donde los tricos y pescas vespertinas con efemerelas producen grandes satisfacciones.
Tiene mucho encanto pescar ríos de montaña sobre todo cuando sus caudales apaciguan al punto de darnos accesibilidad a muchas zonas pero manteniendo aun aguas briosas.
Disfrutamos mucho pescando con imitaciones de las grandes efémeras que eclosionaban y que en vulgo englobamos como "Pardones", Epheorus, Ritrogenas, Ecdyonúridos... y estoy seguro que ya me equivoque y si sigo me equivocare aún más.
Del mazo de Efémeras de buen porte sacamos un surtido, barajamos y las denominamos "Pardones"... y nos quedamos más anchos que altos.
Sean unas u otras, lo cierto es que son moscas tamañas que el mosquero observa fácilmente y también ve como las truchas se ceban a ellas.
A buen seguro una mosca atractora (Royal, Adam's) funcionara, pero si observamos eclosiones y tomadas a "Pardones tabacos", "Pardones olivas", "Tirurirus", "Pardones crema" y llevamos imitaciones en nuestras cajas de ellos, que mejor que emplearlos y dar buen fin a esos patrones y moscas que confeccionamos con tanto cariño en esas tardes invernales.
Por lo general, la suma de los factores de aguas movidas, eclosiones y truchas cebándose da como resultado buena cifra de capturas... aquello tan manido en mi de "Docenita y media".
Pero si la pesca con "Pardones" nos dará satisfacciones y resultados, hay otra que no puedo dejar de comentar y que particularmente me provoca inmenso placer, y no es otra sino la pesca con imitaciones de grandes Pérlidos.
Sé que hay mosqueros reticentes a anudar a su bajo de línea un buen "bicharro" adobado en un anzuelo 10 2X, sé que para algunos es romper esquemas y, que pese a que en el rio observan como las grandes perlas deambulan en el rio, como atraviesan las aguas provocando grandes surcos, incluso como estas Perlas son tomadas con furia y agresividad por las truchas, algún mosquero no se decide a emplear imitaciones de las mismas, es más, incluso los hay que en su caja de moscas ni las llevan... que no es cuestión de llevar una docena de este tipo de montajes, pero al menos tres o cuatro unidades en estas épocas deberíamos llevar.
-Que no, Paco. Que yo lo apaño con una Royal-
-Oye... pues allá tú-
Tuve jornadas a "Pardones" en más de una docena de ocasiones y al menos la mitad a grandes "Perlas" haciendo bueno el dicho de...
-En la variedad está el gusto-
No puedo sino resaltar dos apuntes que a yo particularmente disfruto.
El uno la naturaleza en ésta época, cuando vemos como se mezclan las flores blancas del espino con las primeras hojas de los robles o los sauces ya cuajados de la ribera..
Cuando observamos por las trochas las huellas de todo tipo de animalejos, incluso con fortuna nos topamos frente a corzos, jabalíes, zorros, nutrias y mucho mas fácilmente con visones.
Los hay que dicen que incluso vieron las huellas del lobo en el barro de la orilla del rio (yo no las vi).
Observar y ser observados por el buitre en su buitrera, como sale de la oquedad y busca el risco soleado para extender sus alas, tras ello emprender el vuelo circular quien sabe dónde.
Creo que esto es también parte de la pesca a mosca y, al menos para mí, tan importante o más es la captura de la pintona como el donde y como lo hagas y el disfrute del entorno.
Ya, ya sé que alguno de mis "admiradores" me tacharan de cursi por éste párrafo, si es así bienvenido sea pero expongo lo que siento y si esto es ser cursi pues lo seré.
El segundo apunte son cosas más intimas y profundas lazos que unen amistades y mosqueros.
En estas fechas los días son largos y dan mucho de sí.
Dan para realizar una práctica de pesca a mosca en solitario donde llegas a sentir la sensación de "fundirte con el rio" y dan para practicar a la par la pesca a mosca con el compañero, para enseñarle como afrontas una postura o una cebada o justo lo contrario, para cederle el puesto y observar como el compañero se afana en el rio.
Y aprendes, aprendes como se posiciona, como lanza, como posa, como clava, como trabaja la captura y como al fin la devuelve ilesa, lecciones que guardas y con las que trataras de enmendar tus errores.
Mas, al postrer de las acciones, cuando tras una bonita captura te acercas al compañero en mitad de las aguas y estrechas su mano y te fundes en un abrazo con él, los lazos de amistad, de camaradería mosquera se unen mas y mas.
Sensación profunda y difícil de explicar que la persona cabal siente y entiende y quien no... no lo disfrutara jamás.
Muchas horas por el rio posando moscas secas, disfrutando de días soleados o aguantando chaparrones, incluso mortificantes granizadas, siempre volando líneas pesadas, siempre posando moscas por las aguas y en muchas ocasiones siendo premiados con capturas de bellas Xanas y Lamias que al devolverlas de nuevo a su habitan nos hechizan y nos obligan a buscarlas de nuevo por entornos maravillosos.
LasmoscasdePaco.
Fechas que montan días de mayo, junio y julio, probablemente sean las mejores para la pesca a mosca seca.
Es común el comentario...
-Tienes que venirte al rio "X", pero en junio, y veras tu lo que es pescar-
Yo siempre digo lo mismo...
-Es que en ésas fechas ir a cualquier rio es disfrutar de la pesca a mosca y conseguir capturas-
Son épocas de eclosiones de multitud de insectos, Perlas, Tricos, Efémeras abundan doquier, las truchas se alimentan glotonas a ellas, cogen peso, cogen bríos las horas de pesca se alargan y muchas jornadas de pesca trocan en aventuras osadas.
Yo quizás partiría en tres esta época, la primera mitad y la pesca con pardones y sobre todo con grandes perlas.
La segunda pescando ríos calizos ante eclosiones importantes de Dánicas e Isoperlas.
Y la tercera donde los tricos y pescas vespertinas con efemerelas producen grandes satisfacciones.
Tiene mucho encanto pescar ríos de montaña sobre todo cuando sus caudales apaciguan al punto de darnos accesibilidad a muchas zonas pero manteniendo aun aguas briosas.
Disfrutamos mucho pescando con imitaciones de las grandes efémeras que eclosionaban y que en vulgo englobamos como "Pardones", Epheorus, Ritrogenas, Ecdyonúridos... y estoy seguro que ya me equivoque y si sigo me equivocare aún más.
Del mazo de Efémeras de buen porte sacamos un surtido, barajamos y las denominamos "Pardones"... y nos quedamos más anchos que altos.
Sean unas u otras, lo cierto es que son moscas tamañas que el mosquero observa fácilmente y también ve como las truchas se ceban a ellas.
A buen seguro una mosca atractora (Royal, Adam's) funcionara, pero si observamos eclosiones y tomadas a "Pardones tabacos", "Pardones olivas", "Tirurirus", "Pardones crema" y llevamos imitaciones en nuestras cajas de ellos, que mejor que emplearlos y dar buen fin a esos patrones y moscas que confeccionamos con tanto cariño en esas tardes invernales.
Por lo general, la suma de los factores de aguas movidas, eclosiones y truchas cebándose da como resultado buena cifra de capturas... aquello tan manido en mi de "Docenita y media".
Pero si la pesca con "Pardones" nos dará satisfacciones y resultados, hay otra que no puedo dejar de comentar y que particularmente me provoca inmenso placer, y no es otra sino la pesca con imitaciones de grandes Pérlidos.
Sé que hay mosqueros reticentes a anudar a su bajo de línea un buen "bicharro" adobado en un anzuelo 10 2X, sé que para algunos es romper esquemas y, que pese a que en el rio observan como las grandes perlas deambulan en el rio, como atraviesan las aguas provocando grandes surcos, incluso como estas Perlas son tomadas con furia y agresividad por las truchas, algún mosquero no se decide a emplear imitaciones de las mismas, es más, incluso los hay que en su caja de moscas ni las llevan... que no es cuestión de llevar una docena de este tipo de montajes, pero al menos tres o cuatro unidades en estas épocas deberíamos llevar.
-Que no, Paco. Que yo lo apaño con una Royal-
-Oye... pues allá tú-
Tuve jornadas a "Pardones" en más de una docena de ocasiones y al menos la mitad a grandes "Perlas" haciendo bueno el dicho de...
-En la variedad está el gusto-
No puedo sino resaltar dos apuntes que a yo particularmente disfruto.
El uno la naturaleza en ésta época, cuando vemos como se mezclan las flores blancas del espino con las primeras hojas de los robles o los sauces ya cuajados de la ribera..
Cuando observamos por las trochas las huellas de todo tipo de animalejos, incluso con fortuna nos topamos frente a corzos, jabalíes, zorros, nutrias y mucho mas fácilmente con visones.
Los hay que dicen que incluso vieron las huellas del lobo en el barro de la orilla del rio (yo no las vi).
Observar y ser observados por el buitre en su buitrera, como sale de la oquedad y busca el risco soleado para extender sus alas, tras ello emprender el vuelo circular quien sabe dónde.
Creo que esto es también parte de la pesca a mosca y, al menos para mí, tan importante o más es la captura de la pintona como el donde y como lo hagas y el disfrute del entorno.
Ya, ya sé que alguno de mis "admiradores" me tacharan de cursi por éste párrafo, si es así bienvenido sea pero expongo lo que siento y si esto es ser cursi pues lo seré.
El segundo apunte son cosas más intimas y profundas lazos que unen amistades y mosqueros.
En estas fechas los días son largos y dan mucho de sí.
Dan para realizar una práctica de pesca a mosca en solitario donde llegas a sentir la sensación de "fundirte con el rio" y dan para practicar a la par la pesca a mosca con el compañero, para enseñarle como afrontas una postura o una cebada o justo lo contrario, para cederle el puesto y observar como el compañero se afana en el rio.
Y aprendes, aprendes como se posiciona, como lanza, como posa, como clava, como trabaja la captura y como al fin la devuelve ilesa, lecciones que guardas y con las que trataras de enmendar tus errores.
Mas, al postrer de las acciones, cuando tras una bonita captura te acercas al compañero en mitad de las aguas y estrechas su mano y te fundes en un abrazo con él, los lazos de amistad, de camaradería mosquera se unen mas y mas.
Sensación profunda y difícil de explicar que la persona cabal siente y entiende y quien no... no lo disfrutara jamás.
Muchas horas por el rio posando moscas secas, disfrutando de días soleados o aguantando chaparrones, incluso mortificantes granizadas, siempre volando líneas pesadas, siempre posando moscas por las aguas y en muchas ocasiones siendo premiados con capturas de bellas Xanas y Lamias que al devolverlas de nuevo a su habitan nos hechizan y nos obligan a buscarlas de nuevo por entornos maravillosos.
LasmoscasdePaco.
domingo, 9 de noviembre de 2014
Y ASI TRANSCURRIO LA TEMPORADA... VOLUMEN I... PRINCIPIOS...
Tratare de comentar como ha transcurrido ésta temporada de pesca, apoyándome en los recuerdos y en los relatos escritos, siendo así ya de antemano presupongo ciertas desviaciones de lo fehaciente, pues sabido es que la memoria traiciona y tiende a cubrir lo malo y ensalzar lo bueno, pese a ello y como pretendo generalizar espero que la visión "global" se aproxime a lo verídico.
Curiosamente y a diferencia de otras temporadas, la recién finalizada tuvo nexo común en la utilización de moscas imitaciones de insectos determinados en la mas de las ocasiones, por contra en usar muy pocas moscas de conjunto que en temporadas pasadas fueron "star".
Hablar del comienzo de temporada es apoyarte en recuerdos tardíos.
Fue un comienzo extraño, empañado por el mal humor (de casi todos mis compañeros de pesca por no decir todos y de la mayoría de los mosqueros en general) por la norma avalado por cuatro caprichosos de no poder pescar los ríos de la Sierra Norte en el mes de abril.
Quien más quien menos solvento el capricho de estas "vedettes" como pudo, unos buscando tramos y ríos donde poder pescar legalmente, otros amparándose en el "no lo sabía" pescando donde siempre habían pescado.
A la postre la caprichosa novedad determino que los pescadores que lo hacen dentro de la legalidad practicaran la pesca en otros ríos donde no lo hacían en esta época provocando así una mayor presión de pesca en la mayoría de los ríos donde los niveles de caudal permitían practicarla.
Gallo, Mesa y Tajuña fueron los ríos más perjudicados y esto fue tara determinante en dichos ríos durante el resto de la temporada.
El segundo resultado fue dejar espacio amplio y solaz a los pescadores alevosos que si normalmente campaban a sus anchas por los ríos de la Sierra Norte dada la poca o nula actividad de guardería, ahora no se tenían que ver la cara con los pescadores legales que eran los que les limitaban sus acciones.
Lo dicho, el fin ha sido que el remedo ha sido más perjudicial que la enfermedad... cosa de "espabilaos".
El resultado de todo el sinsentido es que hubo que afinar el ingenio para conseguir pescar esos ríos de montaña que siempre pescamos a comienzo de temporada (hubo ríos que se quedaron sin agua muy pronto y los mosqueros concienciados apenas tuvieron quince días de pesca en ellos) ríos henchidos de agua donde pese a las cifras parcas de capturas la belleza de los mismos provocan el placer sinfín del mosquero audaz.
En cuanto a la pesca en sí y metiéndonos en harina, comentare que en la mayoría de las ocasiones pude pescar sobre cebadas de insectos vistos.
Ecdyonúridos, Ritrogenas, Bétidos, Pérlidos fueron casi tónica generalizada en las jornadas de pesca.
Esto me indujo a dejar aparcada en la mayoría de las ocasiones a la auxiliadora Royal Coachman y utilizar imitaciones de Pardones, Rabilargos, Olivitas y Pitillines.
Pescando desde el comienzo de temporada a mosca seca.
Abundando en los montajes y a diferencia de otros mosqueros, sin desdeñar para nada las bondades de las afamadas moscas atractoras he preferido pescar con moscas imitativas de las que eclosionaban siempre y cuando eclosionen y utilizar las moscas atractoras cuando no vemos eclosiones por el rio o cuando viéndolas por alguna cuestión no conseguimos atrapar peces con las imitaciones de las reales.
Es aquello de comer sopa siempre porque la sopa nos encanta.
Nos puede gustar mucho, pero todos tendemos a variar el menú, porque como siempre se ha dicho
-En la variedad está el gusto-
Y si quien se alimenta tan solo de sopita es parco de paladar, a quien pesca solo con una mosca se le puede achacar de igual manera...pero doctores tiene la iglesia.
Otra de las cosas notorias ya desde comienzo de la temporada es apreciar un notable aumento de la población de truchas y así mismo un aumento de tamaño de las mismas, no solo hablo de capturas sino también de aquellas que por el rio observamos.
Sin duda alguna esto viene determinado por la normativa de una pesca sin muerte desde algunos años, cuestión ésta nada baladí y que al igual que se critica negativamente las normas incoherentes, se aplauden las razonables que tan solo al paso de pocas temporadas se va observando por el rio la efectividad de las mismas.
Por la Sierra Norte también se noto un incremento notable de depredadores tanto autóctonos como alóctonos (nutrias, visones y demás animalejos) que proliferan doquier gracias al aumento exponencial del cangrejo señal del cual se alimentan... y entre col y col se aprietan una trucha, y mucho más en época de estío con poca agua donde los peces tienen defensa mínima.
La suma de todos los factores fueron jornadas de pesca con mucha dureza, mucha investigación, mucho trochar senderos y a la postre muchas satisfacciones por el placer de la pesca a mosca seca en parajes inigualables donde las truchas nos premiaron con asaz de capturas la osadía de ir a buscarlas mas allá de lo que la sensatez aconsejaba.
La cara "B" la tuvieron los ríos mesetarios y sus zonas mas cómodas de pescar, soportando un aumento de pescadores y una mayor presión pesquera ya desde inicio de temporada que, si bien en aquellas fechas las truchas aun no recelaban en demasía, al postrer de la temporada si vimos los resultados.
Empero en aquellos momentos una olivita o una marroncita colocada frente a la cebada de la trucha fue pasaporte suficiente para en la mayoría de los casos conseguir que maese pintona tomara el engaño, luego pararlas, frenarlas y negarlas el escape al perdedero ya fueron palabras mayores que unas veces conseguimos y otras no.
En el recuerdo quedan encuentros con truchas de muy buen ver que consiguieron zafarse del acero engañoso y a las que luego por diferentes motivos no volvimos atentarlas... retos que quedan para la próxima temporada.
Pescar el rio Tajo allá por el mes de abril resulto palabras mayores, un rio henchido, rápido, fuerte.
En la mayoría de las ocasiones invadeable, ya no porque el agua traspasara el límite del vader, sino porque con su fuerza al meterte en el agua por la cintura el rio levantaba los pies del suelo.
Provoco no poder acceder a muchos lugares, mas no hizo falta para encontrarnos con "lobas del rio" tomando moscas secas.
Allí tuvieron lugar los primeros sucesos y como aquellos "misiles con pintas rojas" se lanzaban furiosas por las corrientes prendidas por anzuelos y nylon que se ponían a prueba.
Anzuelos de marcas punteras que se enderezaban, nylon renombrados como resistentes que se partían y, como en botica, también hubo ocasiones donde la lid torno a favor del pescador para su placer y deleite.
Fueron unos comienzos de temporada esperanzadores pese a las zancadillas, pocos bolos y muchas satisfacciones.
Jornadas agotadoras por el esfuerzo y pese a ello maravillosas, el ejemplo más fehaciente resultaba contemplar la faz de los compañeros tras la jornada al llegar a los autos, sudorosos y resoplando por la fatiga y pese a ello (o precisamente por ello) con un brillo de felicidad en los ojos por el disfrute, a tal punto que apenas un par de días ya pasado el cansancio ya andábamos determinando un nuevo reto, una nueva odisea en pos de Lamias, Xanas, Bruxas y Princesas vestidas de hábitos moteados de rojo.
LasmoscasdePaco.
Curiosamente y a diferencia de otras temporadas, la recién finalizada tuvo nexo común en la utilización de moscas imitaciones de insectos determinados en la mas de las ocasiones, por contra en usar muy pocas moscas de conjunto que en temporadas pasadas fueron "star".
Hablar del comienzo de temporada es apoyarte en recuerdos tardíos.
Fue un comienzo extraño, empañado por el mal humor (de casi todos mis compañeros de pesca por no decir todos y de la mayoría de los mosqueros en general) por la norma avalado por cuatro caprichosos de no poder pescar los ríos de la Sierra Norte en el mes de abril.
Quien más quien menos solvento el capricho de estas "vedettes" como pudo, unos buscando tramos y ríos donde poder pescar legalmente, otros amparándose en el "no lo sabía" pescando donde siempre habían pescado.
A la postre la caprichosa novedad determino que los pescadores que lo hacen dentro de la legalidad practicaran la pesca en otros ríos donde no lo hacían en esta época provocando así una mayor presión de pesca en la mayoría de los ríos donde los niveles de caudal permitían practicarla.
Gallo, Mesa y Tajuña fueron los ríos más perjudicados y esto fue tara determinante en dichos ríos durante el resto de la temporada.
El segundo resultado fue dejar espacio amplio y solaz a los pescadores alevosos que si normalmente campaban a sus anchas por los ríos de la Sierra Norte dada la poca o nula actividad de guardería, ahora no se tenían que ver la cara con los pescadores legales que eran los que les limitaban sus acciones.
Lo dicho, el fin ha sido que el remedo ha sido más perjudicial que la enfermedad... cosa de "espabilaos".
El resultado de todo el sinsentido es que hubo que afinar el ingenio para conseguir pescar esos ríos de montaña que siempre pescamos a comienzo de temporada (hubo ríos que se quedaron sin agua muy pronto y los mosqueros concienciados apenas tuvieron quince días de pesca en ellos) ríos henchidos de agua donde pese a las cifras parcas de capturas la belleza de los mismos provocan el placer sinfín del mosquero audaz.
En cuanto a la pesca en sí y metiéndonos en harina, comentare que en la mayoría de las ocasiones pude pescar sobre cebadas de insectos vistos.
Ecdyonúridos, Ritrogenas, Bétidos, Pérlidos fueron casi tónica generalizada en las jornadas de pesca.
Esto me indujo a dejar aparcada en la mayoría de las ocasiones a la auxiliadora Royal Coachman y utilizar imitaciones de Pardones, Rabilargos, Olivitas y Pitillines.
Pescando desde el comienzo de temporada a mosca seca.
Abundando en los montajes y a diferencia de otros mosqueros, sin desdeñar para nada las bondades de las afamadas moscas atractoras he preferido pescar con moscas imitativas de las que eclosionaban siempre y cuando eclosionen y utilizar las moscas atractoras cuando no vemos eclosiones por el rio o cuando viéndolas por alguna cuestión no conseguimos atrapar peces con las imitaciones de las reales.
Es aquello de comer sopa siempre porque la sopa nos encanta.
Nos puede gustar mucho, pero todos tendemos a variar el menú, porque como siempre se ha dicho
-En la variedad está el gusto-
Y si quien se alimenta tan solo de sopita es parco de paladar, a quien pesca solo con una mosca se le puede achacar de igual manera...pero doctores tiene la iglesia.
Otra de las cosas notorias ya desde comienzo de la temporada es apreciar un notable aumento de la población de truchas y así mismo un aumento de tamaño de las mismas, no solo hablo de capturas sino también de aquellas que por el rio observamos.
Sin duda alguna esto viene determinado por la normativa de una pesca sin muerte desde algunos años, cuestión ésta nada baladí y que al igual que se critica negativamente las normas incoherentes, se aplauden las razonables que tan solo al paso de pocas temporadas se va observando por el rio la efectividad de las mismas.
Por la Sierra Norte también se noto un incremento notable de depredadores tanto autóctonos como alóctonos (nutrias, visones y demás animalejos) que proliferan doquier gracias al aumento exponencial del cangrejo señal del cual se alimentan... y entre col y col se aprietan una trucha, y mucho más en época de estío con poca agua donde los peces tienen defensa mínima.
La suma de todos los factores fueron jornadas de pesca con mucha dureza, mucha investigación, mucho trochar senderos y a la postre muchas satisfacciones por el placer de la pesca a mosca seca en parajes inigualables donde las truchas nos premiaron con asaz de capturas la osadía de ir a buscarlas mas allá de lo que la sensatez aconsejaba.
La cara "B" la tuvieron los ríos mesetarios y sus zonas mas cómodas de pescar, soportando un aumento de pescadores y una mayor presión pesquera ya desde inicio de temporada que, si bien en aquellas fechas las truchas aun no recelaban en demasía, al postrer de la temporada si vimos los resultados.
Empero en aquellos momentos una olivita o una marroncita colocada frente a la cebada de la trucha fue pasaporte suficiente para en la mayoría de los casos conseguir que maese pintona tomara el engaño, luego pararlas, frenarlas y negarlas el escape al perdedero ya fueron palabras mayores que unas veces conseguimos y otras no.
En el recuerdo quedan encuentros con truchas de muy buen ver que consiguieron zafarse del acero engañoso y a las que luego por diferentes motivos no volvimos atentarlas... retos que quedan para la próxima temporada.
Pescar el rio Tajo allá por el mes de abril resulto palabras mayores, un rio henchido, rápido, fuerte.
En la mayoría de las ocasiones invadeable, ya no porque el agua traspasara el límite del vader, sino porque con su fuerza al meterte en el agua por la cintura el rio levantaba los pies del suelo.
Provoco no poder acceder a muchos lugares, mas no hizo falta para encontrarnos con "lobas del rio" tomando moscas secas.
Allí tuvieron lugar los primeros sucesos y como aquellos "misiles con pintas rojas" se lanzaban furiosas por las corrientes prendidas por anzuelos y nylon que se ponían a prueba.
Anzuelos de marcas punteras que se enderezaban, nylon renombrados como resistentes que se partían y, como en botica, también hubo ocasiones donde la lid torno a favor del pescador para su placer y deleite.
Fueron unos comienzos de temporada esperanzadores pese a las zancadillas, pocos bolos y muchas satisfacciones.
Jornadas agotadoras por el esfuerzo y pese a ello maravillosas, el ejemplo más fehaciente resultaba contemplar la faz de los compañeros tras la jornada al llegar a los autos, sudorosos y resoplando por la fatiga y pese a ello (o precisamente por ello) con un brillo de felicidad en los ojos por el disfrute, a tal punto que apenas un par de días ya pasado el cansancio ya andábamos determinando un nuevo reto, una nueva odisea en pos de Lamias, Xanas, Bruxas y Princesas vestidas de hábitos moteados de rojo.
LasmoscasdePaco.
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