Pescar truchas durante el ardiente estío en la Alcarria no es precisamente el mejor momento.
Los momentos más agradecidos son los extremos del día y no son demasiados los que les pilla el albor u ocaso del día a pie de rio para dejar el resto del día en letargo, a la sombra de los pinos que dice el cantar.
Duro, duro y sacrificado meterse en el rio Tajo a mediodía, en aguas asoladas y transparentes, sin ver asomo de movimiento de truchas para posar a tientas nuestra mosca acá y allá, y la dureza agota cuando llegan horas de siesta con los sentidos embotados por el calor y cantar de cigarras, habiendo pescado el rio durante horas sin gratificación alguna.
Pese a saberlo somos adictos y necesitamos nuestra dosis de pesca a mosca, buscamos triquiñuelas, aventuras y sensaciones diversas.
Es así como entra en juego el pescar con hermosos "bicharracos" de foam. Extravagantes montajes, diseñados para la pesca allende los mares de hermosas truchas iris y marrones, allá donde a todos en algún momento nos lleva la imaginación a pescar.
Aconsejable utilizar equipos de pesca más recios que los empleados durante la temporada para manejar diminutas emergentes. Los equipos de numeración 4/5/6 manejan muy bien estos modelos.
No, pescar con el "bicharro" de foam no es bálsamo de Fierabrás, no conseguirás grosso numero de capturas, acaso conformarte con la muestra.
En contraposición si obtendrás sensaciones, y abundaras en el arte del lance alejado que en ocasiones tan poco practicamos.
Llegar a una tabla de aguas lentas y transparentes, realizar lances ajustados a distancias mas allá de las habituales, viendo como tan hermoso engaño deriva por las aguas ya son sensaciones que provocan placer al mosquero.
Avanzar por aguas la mayoría de las ocasiones con buena profundidad, lanzando aproximado a las orillas, a las pequeñas corrientes o zonas querenciosas como piedras, rocas y obstáculos que nuestra experiencia... o imaginación nos hacen pensar apostadero de la pintona buscada.
De repente, cuando menos lo esperas ves como una saeta sale disparada de una orilla socavada, de la cueva profunda de una roca o del amparo camuflado de un tronco sumergido, sale disparada, digo, hacia el "bicharro" que lanzamos y en ataque brutal en muchas ocasiones incluso sacando todo el cuerpo fuera del agua, apresa y captura la mosca, provocando un chapoteo y explosión en las aguas.
Esta es una sensación muy difícil de explicar para mí.
Provoca una inyección de adrenalina en mi corazón, un choque de neuronas en mi cerebro, pone los vellos de mi cuerpo de punta, electrificados ante tamaño acontecimiento.
La sensación me embarga incluso cuando el suceso no llega a buen puerto.
Cuando la trucha que acudió fulgurante ante nuestro "bicharro", al pronto y estando a centímetros de él frena en seco su ataque, examina esa cosa tan rara durante pocos segundos que nos parecen eternos y al fin, tranquilamente torna sus pasos por donde vino.
Evidentemente la prima produce mucho mayor placer que la bis.
Placer que aumenta cuando en las mas de las ocasiones dichas truchas tienen un tamaño hermoso que nos hacen disfrutar de una buena pelea hasta conseguir llevarla a la malla de nuestra sacadera.
No, no diré que de aquestas artes lograremos abundantes capturas, pero si diré que, a quien relata, conseguir tan solo una captura le es suficiente como para acudir a pescar en las horas centrales de un estío ardiente.
A quien relata y a los compañeros mosqueros con los que comparto salidas de pesca, tan locos y envenenados por la pesca a mosca como yo mismo, que primero me escucharon relatar de esta pesca y sus sensaciones y tras ello decidieron probar en persona lo comentado.
Ya, ya saben del placer de la pesca con el "bicharro", aquello que antaño miraban de reojo y que en el presente portan en una cajita especial en el chaleco de pesca.
Locos...., que estamos locos por la pesca a mosca en ríos maravillosos.
Que acudimos a la llamada del rio padre pese a las adversidades, por algo que va mucho mas allá de conseguir la captura de un pez.
Sé que algunos de vosotros, Tajoadictos como yo me entendéis...
LasmoscasdePaco.
Qué buenos resultados dan estas moscas a medio día pescandolos en los huecos de las orillas, incluso con alguna gran sorpresa.
ResponderEliminarYo que no suelo pescar durante toda la temporada con éstos montajes llevo un par o tres temporadas utilizándolos en el esíio y debo reconocer que "levantan" truchas donde y cuándo menos te lo esperas.Gracias por tu comentario José Andrés
EliminarSiempre gustaba pescar con moscas grandes y feas. Ya sabéis: burra grande ande o no ande. Estos moscos son de origen norteamericano, creo yo, por lo menos las cajas de estos colegas contienen cientos de ellos. Pero si hay buenas eclosiones, o puestas, mejor es no emplearlas, generalmente. Eso sí, son buenas para los noveles:se ven bien y demandan posadas ruidosas casi siempre.
ResponderEliminarGracias por esas bellas fotos.