De Ríos y de Truchas. Y de Pesca a Mosca. Y de amigos mosqueros.

Aquí se plasmarán todas esas ideas, sensaciones y vivencias de un pescador a mosca y de su grupo de compañeros.

Su finalidad es tratar de inculcar que la pesca a mosca puede llegar a ser una forma de vida.

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Competición NO..... Gracias.

domingo, 28 de octubre de 2012

DE TAL PALO … TAL ASTILLA …

          Al postrer de septiembre disfruté de nuevo de una jornada de pesca de las que dejan huella.

Mojar moscas en compañía de buenos mosqueros es un lujo y, a fe mía que Juanma, Paco Pepe y Roberto lo son.

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En esta ocasión hicimos intercambio de parejas (no, esto no va de sexo) y mientras Paco Pepe marchaba rio arriba acompañado de Juanma yo seguía a Roberto por dificultosas trochas rio abajo.

Fue en un estrecho paso de la senda donde resbalé y rocé la pantorrilla por una gruesa piedra rocosa, a más decir con una arista afilada como cuchilla de afeitar que provocó un corte en el vadeador transpirable de cinco capas y aún desgarro el pantalón polar interior.

Un “siete” de cuatro dedos de largo que hizo tara durante toda la jornada de pesca y que me tuvo empapado todo el día. 

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Al fin llegamos al punto donde empezar a pescar. Meternos en las aguas, vadear hacia orilla cómoda y allí montar cañas de pesca.

Nada más empezar Roberto me dejo ver su buen hacer, yo había pescado una zona de corrientes muy apetecibles sin conseguir activar ninguna trucha, tras buen rato lo deje y fue cuando Roberto se puso a pescar lo pescado por mi, pegada a la orilla consiguió que una trucha tomase su mosca y capturarla.

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Tras ello volvió su mirada a la zona de corrientes de final de tabla donde estábamos, evaluó las cebadas que veíamos desechando cebadas estrepitosas de juveniles y prestando atención en otras comedidas, de truchas de mayor tamaño
.
Escogió una de estas últimas, se aproximo cautelosamente y tras una nueva cebada lanzo su mosca, ésta fue tomada sin demora por la trucha, la clavada fue segura y el lance termino rápidamente con la trucha en la sacadora donde sin salir apenas del agua la libero del anzuelo y la devolvió presto a las aguas.

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Yo, que andaba pescando pescador en mayor medida que pescando truchas no pude por menos que aprender de nuevo una lección mosquera.

Raudo me vino a la mente que lo aprendido no me era nuevo, los mismos pasos los había observado en un gran maestro mosquero, Paco Pepe, maestro de quien aprendió Roberto a desenvolverse en la pesca a mosca.

Efectivamente, ver pescar a Roberto es muy próximo ver pescar a Paco Pepe aliñado del brío y vitalidad de la juventud.

Y es que, de tal palo… tal astilla.

Quien relata pescaba con la tara de no vadear más profundo de los muslos, y es que, sinceramente, entrándome el agua (muy fría a más decir) a raudales dentro del vader, apetecía muy poco mojarse las “partes nobles” que dicen.

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Pese a ello no le andaba a la zaga a mi compañero y conseguía hacer subir a mis moscas un buen número de truchas. Curiosamente muchas de ellas no conseguía capturar y, en principio yo lo achacaba a fallo propio al clavar.

-Paco, muchas truchas nos están rechazando en el último momento-

Siendo así, el error no es achacable al tirón brusco sino más bien a la exactitud de la imitación.

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Roberto acoplo un fina malla en la sacadora y la introdujo en las aguas un buen rato, tras ello observo la malla.

-Hay ninfas con el saco alar muy marcado, ninfas nadadoras emergiendo-

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Ante nosotros el comienzo de una tabla. Sus corrientes de entrada y tramo medio de aguas movidas, en dichas aguas se observaban al menos seis truchas diferentes cebándose a buen ritmo.

Antes de afrontar el tramo buscamos moscas entre nuestras cajas que se adecuaran a lo observado.

Evidentemente no paso por nuestra cabeza el atar un ninfa (en mi caso además, porque hace meses que deje la caja de ninfas en casa), a cambio buscábamos algún tipo de montaje que pescara muy placado o justo bajo la superficie del agua.

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Me decante por una emergente oliva que navega bajo la superficie suspendida por una burbuja de foam. Roberto opto por algo parecido.

Ya con la mosca seleccionada y atada al bajo atacamos las cebadas que observábamos en aguas corrientes.

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Yo me afane en la cebada más próxima y al tercer lance conseguí capturar una bonita pintona de tamaño moderado que me deparo una apreciable lid.

Tras desanzuelarla devolverla a las aguas, me dio tiempo ha realizarla una foto subacuática mientras estaba en mis cercanías

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Roberto, a mi mismo compas conseguía capturar la trucha que se cebaba próxima y mientras tanteaba la trucha en la sacadera y desclavaba la mosca de sus fauces observaba con interés las aguas determinando cual seria la siguiente postura donde realizar nuevos lances.

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El tramo nos deparo al menos media docena de capturas de bravas truchas y a mí en particular me ofreció una buena sintonía de pesca con Roberto, una confirmación de haber encontrado un buen compañero con quien mojar moscas a la par.

Tras las corrientes teníamos ante nos una espectacular tabla del rio padre, un tramo de aguas lentas de esas que echan para atrás a mosqueros poco cuajados.

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Sinceramente debo decir que mi primera opción fue saltarme la tabla, no por la dificultad de su pesca (que también) sino porque a buen seguro tendría que realizar un profundo vadeo con la consiguiente remojadura.

Ver tres cebadas continuadas en puntos diferentes me hizo trocar planes y adentrarnos en la tabla con un caminar lento y sigiloso.

Llegue a la primera cebada, lance mi mosca y conseguí capturar la trucha que se cebaba, devolverla de nuevo a las aguas y recular para dejar de empaparme de frías aguas, el reto de la tabla de aguas paradas estaba solventado.

Roberto fue quien pesco la tabla entera y consiguió capturar algunas de las truchas que se mostraban cebándose.

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El día no daba para mucho mas, avanzaba con premura la caída de la tarde con la consiguiente bajada de temperaturas y quien escribe, calado hasta los huesos no pensaba sino en llegar al auto quitarse remojadura y ponerse ropa seca.

Antes de ello hubo un lance cuanto menos a comentar.

Llegamos a unas corrientes querenciosas donde pegada a la orilla contraria observamos como la trucha se cebaba a buen compas.

Roberto se adentro en la corriente…

-Adéntrate en las aguas…- que decía el film.

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Y tras posicionarse lanzo aguas arriba su mosca. Ésta navegando por aguas briosas llegaba a la zona donde la trucha se cebaba y pasaba de largo sin conseguir que “maese pintona” se decidiera a tomarla.

-No la quiere, Paco. Es claro que quiere otra cosa-

-Si, Roberto. Creo que tienes razón-

Le ofrecí mi caña donde llevaba atada un patrón de mosca diferente al que él tenía, para que tratara con ella de engañar a la trucha.

Roberto me miro, se puso en pie y dijo.

-No, Paco. Péscala tú-

Agradecí la invitación y lo que a buen seguro sería el último lance de la jornada por mi parte, me coloque en el mismo punto donde había estado Roberto y estudie el lance.
No demasiado complicado, un lance medio pegando la mosca a la orilla contraria, aguas arriba y dejando derivar hasta el punto donde la trucha seguía cebándose.

Flotabilize la mosca, estire el bajo y efectué un lance aguas arriba, la mosca poso en buen lugar, cercana a la orilla y fue derivando aguas abajo por la corriente.

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Al llegar a la zona de las cebadas, la trucha ataco la mosca con premura y seguridad. 

Yo respondí clavando con certeza, trucha de tamaño terciado.

 La única dificultad fue no dejarla orillarse ni permitir que se descolgara demasiado por las corrientes.

 Al fin la trucha llego a la sacadora para ser desclavada del acero y devolverla a las aguas.

En este punto dimos por zanjada la jornada de pesca.

 Ascendimos por la senda hasta encontrar el auto donde nos aguardaban nuestros dos compañeros.

-Juanma, ¿Qué tal el día con el Maestro?-

-Ha sido demasiado, una gozada-

Ya en el auto camino de casa reflexionaba sobre la jornada disfrutada, de mi cabeza no se iba una frase…

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-De tal palo, tal astilla-

Cuán grande es el maestro y sus alumnos aventajados.

-¡¡ Forja de mosqueros !!- 

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                     LasmoscasdePaco.

3 comentarios:

  1. Buenas, ese día me ha marcado un antes y un después en la manera de ver la pesca a mosca.

    Un saludo y gracias.

    Juan

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  2. Te pueden los sentimientos Paco, como ya te he dicho para mí sólo hay un maestro y está en Chile, en cuanto a Juan decirte que me alegra haberte ayudado.

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  3. En caso de Palo estaríamos hablando de una sequolla gigante, y la astilla sería mas bien un quercus pirenaica.

    Ni tan flaco como un palo, ni tan fino como una astilla.

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