De Ríos y de Truchas. Y de Pesca a Mosca. Y de amigos mosqueros.

Aquí se plasmarán todas esas ideas, sensaciones y vivencias de un pescador a mosca y de su grupo de compañeros.

Su finalidad es tratar de inculcar que la pesca a mosca puede llegar a ser una forma de vida.

Páginas

Competición NO..... Gracias.

domingo, 3 de junio de 2012

RIO TAJO … UNA NUEVA LECCIÓN …

          Tras una jornada de pesca en un rio de la Sierra Norte, con la dureza del entorno pero con la “amabilidad” en capturas que suele ofrecer, digo, tras una jornada de dichas características toca de nuevo echar el resto en las aguas del rio padre, del rio Tajo, y lo que ello conlleva.

clip_image002

Calor, mucho calor, un sol de justicia en todo lo alto y unas aguas a dieciocho grados no son precisamente las mejores condiciones, si cabe, el tramo a pescar, ancho, rectilíneo y con orientación este-oeste (mirando aguas arriba) endurece dichas condiciones.

Un rio totalmente aletargado, sin rapaces sobrevolando los altos farallones, sin el canto de un pajarillo en el bosque de ribera y, lo que es peor, sin ningún tipo de eclosión de insectos en las aguas.

 Duro, muy duro el panorama.

clip_image004

-Aun te queda la baza de la “Royal” en los chorritos, ¡¡esa no falla!!-

Pues si y no, o lo que es lo mismo, tras pescar un par de tramos de aguas corrientes con sus rápidos y chorritos el resultado fue que no conseguí capturar ninguna pintona y mi compañero tan solo una y de tamaño contenido…

-Poco feligrés para tantas ostias-  que diría quien yo me sé.-

clip_image006

Lo peor es lo siguiente.
Encarar una larga tabla de aguas lentas, transparentes en grado máximo como solo el Tajo es capaz, con ausencia total de eclosiones, de cebadas o del mínimo indicativo de donde posar nuestras moscas con atisbo de conseguir atraer a la trucha es la lección más dura que el mosquero puede afrontar.

clip_image008

No queda otra sino templar ánimos, buscar un posicionamiento cómodo y esperar alguna señal que nos haga ponernos en acción. 

Doy fe que dichos momentos en soledad son duros, durísimos, al punto que uno termina pensando si no está haciendo el canelo y que más valdría estar sentado echando una partida a la garrafina.

clip_image010

Como he dicho en varias ocasiones, soy afortunado, muy afortunado por poder compartir jornadas de pesca con mosqueros fetén.

Mosqueros que en dichas ocasiones tienen mil y una historia o anécdota que compartir y que convierten una espera interminable en un ameno momento del cual aprender muchas cosas.

Así echamos la tarde en coplas, sentados en unas piedras aflorantes en medio del rio echando mirada en lontananza esperando descubrir la cebada de una trucha… que no ocurrió.

clip_image012

Llego la caída del sol, la bajada de intensidad de la luz ambiental y con ello emergieron eclosiones de insectos.
 De tricos marrones oscuros en muy buena cantidad que revoloteaban cercanos a las aguas.
 De alguna efémera grandecita de tonos amarillentos que uno se atrevió a denominar “Ibérica”. 
Y, cómo no, de la danza de esos efemerelidos de color indefinido rosa-burdeos-anaranjado que vaya usted a saber que nombre tienen y, lo peor, que vaya usted a imitar con un color del cuerpo que nunca soy capaz de atinar.

clip_image014

Tras activarse las eclosiones nos activamos los mosqueros, puestos en pie nos repartimos por las aguas, en diferentes posturas esperando observar las cebadas de las truchas. Pero éstas no llegaron, acaso media docena de tímidas cebadas que aprovechamos para eludir la pesada carga del rotundo boloncio, a base de lanzar más de una docena de veces y repetir y repetir.

Mas conseguir la captura de alguna truchilla palmera no es ni con mucho lo esperado, si me apuran no es ni ungüento que alivie la sensación de pesadumbre que nos embarga al finalizar la jornada. 

clip_image016

Pero es que el padre Tajo es así, austero la máxima expresión, pocas muy pocas veces regala algo. Es por ello que uno tiene en estima y aprecio muy alto la captura de una preciosa trucha del rio Tajo. Y es por ello, por el reconocimiento de la dificultad de conseguir buenas capturas… no digamos ya si además son truchas de categoría, por lo que algunos mosqueros se vuelven Tajo-adictos y, amigo mío, si te contagias de éste virus ya no podrás dejar de acudir a la cita con las duras, esquivas y preciosas truchas del rio padre, del rio Tajo.
                
                    LasmoscasdePaco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario