De Ríos y de Truchas. Y de Pesca a Mosca. Y de amigos mosqueros.

Aquí se plasmarán todas esas ideas, sensaciones y vivencias de un pescador a mosca y de su grupo de compañeros.

Su finalidad es tratar de inculcar que la pesca a mosca puede llegar a ser una forma de vida.

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domingo, 9 de octubre de 2011

¡¡ PERO QUÉ PESCADAS ESTÁN!!

          Pescar en el mes de septiembre es todo un lujo. Disfrutar del rio en época pre otoñal es sentir extrañas sensaciones.

Todo tiene su cara positiva y su cara negativa. 

Pescar en septiembre en ríos regulados, ríos donde por su exceso de caudal no se pudo pescar ni en primavera ni en verano, en éstas fechas si son factibles de pescar, buenos tramos de ríos y truchas muy poco tentadas. 


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Pescar en septiembre en ríos y zonas donde se viene haciendo desde comienzo de temporada es hacerlo en zonas muy pescadas y con truchas muy avisadas, por lo tanto a la hora de pescar hay que poner todo lo que sabemos si pretendemos conseguir alguna captura.

Con dichas premisas, Juanma “Uncas” y quien suscribe “LasmoscasdePaco” se fueron a pescar un Tramo sin Muerte donde al presente las truchas saben más de montajes de moscas que los pescadores que pretenden engañarlas.

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Todo es tesón, pescar lento realizando mejor que bien el posado de la mosca y evitar dragados de moscas, rayados de bajos y pisotones y resbalones de pies.

Hay que pensar cómo vas a afrontar el tramo a pescar, donde te vas a posicionar. Tras ello un tiempo de espera que serene cuerpo y espíritu. Preparar el equipo, secar mosca, flotabilizarla, estirar el bajo. Ahora nos queda el lanzar suave y delicado el posar la mosca cual sutil efémera natural y dejarla derivar por las aguas. Y renovar acciones y actitudes con un tempo sosegado, sin apremios.

Haciendo uso de tales artimañas conseguimos engañar alguna de las avezadas truchas que pueblan el tramo de rio en cuestión. Quizás por ello, por apreciar el grado de dificultad valoramos en su justa medida la media docena de truchas capturadas por cada uno.

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Mención especial el lance de una bonita trucha capturada. 

Sabia de su existencia, no hacia ni veinte días José “Pulgin” y yo mismo la vimos solearse en una tabla de aguas serenas y profundas, en aquella ocasión la trucha nos vio y se escondió en la solapa de la orilla entre las raíces de los árboles que crecen pegados al rio.

En el presente subo por las corrientes del rio tras haberlas pescado.

Avanzo agachado, sigiloso, amparado por el rugir del agua en las corrientes.

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Llego a la cabecera de las corrientes, me arrodillo sigiloso, preparo “La Marroncita” , estiro el bajo y saco línea del carrete. 

Dos falsos lances y una suave posada en la tabla de aguas quietas.

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La veo venir. 

Ha salido de la sobaquera de la orilla nada aguas abajo, se aproxima tranquila y sin recelo alguno toma la mosca, aún espero a verla cerrar las fauces y sumergirse con la mosca atrapada, es cuando doy un cachete corto, seco, duro. ¡¡zas!!.

La trucha corre despavorida a buscar refugio en su solapa habitual, yo freno sus intenciones, la obligo a luchar en medio de poza de aguas profundas y despejadas de obstáculos donde voy conteniendo sus embestidas y arreones, una, dos, tres veces. Poco a poco la acerco a mi posición.

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Con un tirón libero la sacadora de su enganche en mi espalda, la coloco dentro del agua, delante de mí. Recojo línea a la vez que bajo el puntal de la caña a media altura. Tras ello elevo de nuevo la punta de la caña y con dicha acción atraigo raudo la trucha y la introduzco en la sacadora con buen hacer. En su afán de liberarse aún chapotea al notarse redada, más en vano.

Dentro de la sacadora, sin sacarla del todo de las aguas desclavo “La Marroncita” del morro de la trucha , preparo la cámara fotográfica, cojo la trucha con mis manos, un par de rápidas fotos y de nuevo a las aguas donde la trucha se va recuperando, noto sus aleteos y es entonces cuando la libero. Lenta, tranquila la veo alejarse y profundizando en la poza con un nadar sinuoso.

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Sin moverme, arrodillado en la corriente recuerdo el lance pasado. Disfruto del entorno y paladeo cual buen vino las sensaciones que me embargan y el placer de la pesca a mosca.

Con la satisfacción del lance pasado me encamino en busca de Juanma, para verle pescar un rato y realizar algunas fotos.

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Hubo más lances, y más truchas, incluso una que rompió el bajo que no debería ser menguada y que llenaron el copo de las sensaciones.

Lo cierto es que a estas alturas de la temporada, con un buen ramillete de salidas de pesca realizadas y de truchas capturadas, no soy nada codicioso, no busco cifra (que nunca la busque) y me conformo con saborear cual buen brandy la captura en vez de apresurarme a conseguir otra y otra, aparte de que el rio en estas fechas no anda para esos trotes.

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                 LasmoscasdePaco.

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