La climatología adversa no arredro al grupo de mosqueros que teníamos en esta ocasión un pase para pescar en un tramo de rio de alta montaña. Tramo por mas decir con mucha vegetación de ribera que obligaba a utilizar cañas cortas y a tirar de todo el repertorio de “lances de recurso” del que uno dispone.
Si a eso añadimos un rio turbio y arrastrando mucha materia no encontramos un escenario duro, difícil, con retos a superar. Justo lo que vamos buscando, pues bien sabido es que las capturas en dichas condiciones akilatan mucho mas.
Lo cierto es que pese a todo, el tramo tiene una muy buena población de truchas que con una frecuencia más que aceptable se lanzaban raudas a las moscas que las presentábamos.
Algo a favor del pescador es que en dichas condiciones las truchas son poco selectivas y aceptan de buen grado muchas imitaciones, además imitaciones de tamaños generosos y bien visibles, en muchos casos grandes moscas atractoras como Stimulators, Adams o variantes de Royal
Con dichas moscas y un poco de fortuna las truchas iban llegando a nuestra sacadora y tras ser fotografiadas devueltas de nuevo a su hábitat
La dureza del día se cobraba factura, transitar por dura roca granítica, mojada y con unas botas con suelas inapropiadas, provocaba resbalones y caídas, afortunadamente no tuvieron un final grave y tan solo algún rasponazo y culo dolorido, pero esto señores lo lleva adjunto el terreno y son gajes del oficio.
La mañana fue abundante en capturas, en múltiples capturas a más decir, prueba fehaciente del privilegiado enclave donde celebrábamos la jornada de pesca.
Justo a la hora que habíamos quedado en reunirnos a comer arreciaba la lluvia, empero la fortuna estaba de nuestro lado y en el aparcamiento hay un kiosco, dejamos bocatas en el maletero del auto y tal como íbamos vestidos, de pescadores con botas y vader nos colamos en el kiosco donde remojamos el gaznate con un par de espumosas cervezas y nos metimos entre pecho y espalda unos huevos fritos con chorizo, morcilla y lomo acompañado de abundantes patatas. Un lujo añadido al enclave donde pescábamos.
Retomamos la pesca por la tarde, que siguió siendo abundante en capturas. Prácticamente cada nueva zona deparaba al menos un par de ataques de truchas a nuestras moscas.
En el avanzar por el rio llegue a una zona de roca granítica muy lisa con grandes pozas, zona muy bella pero donde la suela plástica en mis botas provocaba un gran riesgo el caminar por ellas, tras un par de resbalones y un culetazo me lo pensé mejor y retrocedí por mis pasos volviendo a pescar rio abajo, no siendo esto inconveniente para seguir disfrutando de abundantes capturas.
Bajo un cielo gris encapotado la falta de luz diurna llego pronto. Me encontró pescando una bonita poza donde las truchas se cebaban con muy buena frecuencia y donde remate la jornada con más de una docena de truchas capturadas cosa que, sin lugar a dudas, fue el mejor colofón a una estupenda (y dura) jornada de pesca.
Ya de noche nos cambiamos en seco gracias al porche del kiosco y justo cuando arrancamos el auto camino de vuelta, la lluvia moderada se convirtió en impresionante aguacero que circulando por una angosta carretera de montaña provocaba conducir con el máximo cuidado y atención, sensaciones que tras la jornada de pesca aferran con más fuerza si cabe la entrañable amistad entre “SorbeyJarama”, “Uncas” y “LasmoscasdePaco”.
LasmoscasdePaco.
Chico, vaya jornadas de pesca más completas que te pegas, bueno que os pegais los colegas.
ResponderEliminarVeo que sabeis sacarle todo o casi todo el partido posible a los bellos tramos de río y naturaleza que mencionas.
A ver si mañana no me abruman mucho con el trabajo y pregunto algo sobre el "asunto turbio" del Alto Sorbe.
Un saludo