Muchas veces hablamos de lo placentero de la soledad en la pesca, y bien cierto que es. Esto no implica que lo contrario, el realizar una jornada de pesca con un grupo de pescadores no lo sea.
Un grupo de amigos nos reunimos para pescar por la Sierra Norte de Guadalajara y, aprovechando buenos vehículos 4X4 perdernos por pistas forestales hasta al fin llegar a un encajonado y precioso rio.
Dando fama a las “Quedadas Mosqueras” una buena comida, esta vez un rico guiso de albóndigas con patatas y almejas acompañado con tinto de verano que nos dejo a todos más que satisfechos.
El rio aun alto de aguas, sin las posturas definidas auspicia pocas capturas, aumentado por la negación de pescar a ninfa y hacerlo a mosca seca.
Vuelan hermosos Pardones que nos ayuda a la hora de escoger la mosca a atar al bajo de línea o bien la clásica Royal Coachman o bien una imitación de Pardón.
También hay en el grupo quienes visto como baja el rio se decantan por atar un par de ninfas pesadas al bajo.
Al final el rio es parco en capturas, algunos ni ven las pintas rojas, otros (es mi caso), la muestra y de pequeño tamaño, el más afortunado seis truchas.
Como anécdota la trucha brava de una poza, por la mañana pescada a seca con una Royal Coachman, trucha hermosa, de las llamadas “barras de pan” que luchando en buena lid se desclava del anzuelo opresor… la tertulia está servida a la hora de comer, - en los anzuelos sin muerte se sueltan muchas truchas-. Por la tarde a última hora la poza vuelve a ser pescada, en esta ocasión a ninfa y, la trucha vuelve a clavarse, la lucha aumenta en tensión y en el tiempo, el pez esta rendido y se acerca a las manos del pescador, en ese momento, último esfuerzo por desasirse del anzuelo, rabotazo y sus esfuerzos son premiados desclavándose del anzuelo… imagino la cara del pescador…. No sería la misma que cuando posaban con la trucha del Chorrón, jeje.
Se pesca con empeño, con ilusión, tratando de posar las moscas en lugares difíciles, pescando al agua en ausencia de cebadas lo que provoca enganchones, perdidas de moscas pero pocas capturas, los hay que sus capturas son las ovas y plantas del rio…
O capturas de truchas tan pequeñas que las manos las cubren…
Los hay más afortunados que, sin ser capturas notables al menos ya tienen un tamaño aceptable y es que la Royal Coachman no falla…
La falta de capturas no es impedimento para pasar un agradable día de pesca, pues como he repetido en varias ocasiones lo que pretendemos no es llenar el zurrón de capturas, sino de gratas sensaciones, de esas que pese a escasas capturas nos hagan sonreír…
Y que en el ocaso de la tarde, ya recogiendo los trebejos, fatigados por la dura jornada de pesca a todos nos embargue una placida sensación de felicidad que se plasma en nuestros rostros…
Y es que con el transcurrir del tiempo uno va conociendo a muchos y buenos mosqueros, bastantes de ellos verdaderos “Caballeros Mosqueros”.
LasmoscasdePaco.
Enhorabuena por saber disfrutar de la pesca sin necesidad de sacar truchas y aunque a nuestro común amigo se fuese la grande, el mayor premio lo tuvo en la compañía.
ResponderEliminarA ver si algún día nos venís a visitar, a pescar y a disfrutar de una comida juntos, aunque sea en el río.
Saludos.
Hola Paco.
ResponderEliminarEs dificil sacarnos de nuestros habitos, e igual que la cabra tira al monte, nosotros tiramos para la Alcarria, jejeje.
Lo de la salida de pesca y comida, en cuanto tercie, comer, pescar y disfrutar de tu compañia es un placer.
Ya me dices y vemos como lo hacemos.
Un saludo.
Que lujazo!
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